Siguen llegando nuevas conclusiones de la fase diocesana del Sínodo para la sinodalidad de distintas diócesis españolas. En este caso, la archidiócesis de Valladolid concluyó la fase diocesana del Sínodo con una asamblea celebrada en el Seminario, en la que participaron 150 personas.
Tras una bienvenida por parte de los obispos vallisoletanos, Ricardo Blázquez y Luis Argüello, destacaron la importancia de “reunirse en nombre del Señor haciendo asamblea y siendo Iglesia”, y en la que se ha recordado que la Asamblea no es un punto y final sino el inicio de una nueva forma de caminar juntos.
El resumen principal que hace la archidiócesis de Valladolid de las aportaciones sinodales es el siguiente: «La Iglesia debe ser participativa, dialogante, menos clerical, dispuesta a acercarse a los jóvenes y a dar protagonismo a las mujeres y a los laicos en general, abierta a abrazar al diferente y al que se encuentra en la periferia, esperanzada y dispuesta al diálogo social». Analicemos el documento de 8 caras publicado por la propia archidiócesis.
Experiencia sinodal
La síntesis que recoge los trabajos de los grupos sinodales afirma, entre otras cosas, que «se ha puesto de manifiesto la escasa participación de los jóvenes en el proceso sinodal» o que «principalmente, las aportaciones han venido de grupos ya configurados y que
colaboran habitualmente en las parroquias y/o movimientos».
En cuanto a la relación vivida durante el Sínodo entre párrocos y laicos se señalan distintas situaciones: «En algunos casos han sido los laicos los responsables del proceso bien porque el párroco ha delegado, bien por dificultades de organización. En otras situaciones los párrocos han animado el proceso. Otros no se han implicado en el proceso y/o no han animado a participar a sus comunidades. En otros, laicos, sacerdotes y consagrados han trabajado juntos». Por otro lado, afirman también que «se echa de menos la participación de movimientos laicales con gran implantación». ¿Hacía dónde habrá ido dirigido ese dardo?
Impacto del proceso sinodal
Las conclusiones de los trabajos afirman que «en conjunto se considera que la experiencia ha sido muy positiva, incentivando la labor
en parroquias y movimientos» aunque no esconden que «el impacto y su repercusión en la sociedad civil es escaso».
Los cambios que pide «el Espíritu Santo»
El resumen sería el siguiente: «Deseamos una Iglesia misericordiosa, humana y caritativa, servidora y profética, abierta y valiente, que denuncie la injusticia, a favor de las víctimas, solidaria, alegre y esperanzadora, al servicio de los más desfavorecidos, que atienda lo creado como nuestra casa común». ¿Inspiración del Espíritu Santo o convertir la Iglesia en una ONG? Ahí queda la pregunta.
Otros aspectos que destacan en las conclusiones de la fase diocesana del Sínodo en Valladolid es que desean «una Iglesia de pequeñas comunidades en donde no se pierda el sentido de parroquia como comunidad. El modelo de parroquia como lugar de culto y administrador de sacramentos no es suficiente» y que «el lugar de la mujer en la Iglesia, no ha de quedar relegado a un papel secundario».
También destacan que «algunos grupos piensan que la Iglesia en su jerarquía, se mantiene distante con relación a los intereses y preocupaciones de las personas». Igualmente añaden que «tenemos el reto de la falta de consenso en cuestiones fundamentales relativas a la
moral» y que «La Iglesia, para algunos grupos, no debería depender económicamente del Estado y ser capaz de autofinanciarse, mediante modelos de gestión más participativos», algo que viene predicando con fuerza durante los últimos meses el obispo de Bilbao, Joseba Segura.
Experiencias y aprendizajes
«Son ejemplo de sinodalidad: Cáritas; en red Incola, Procomar, Manos Unidas, Comedor social y centro de aseo vicenciano o el Centro Albor, entre otros, en los que colaboran párrocos, religiosos y laicos. Signos positivos de estas acciones en común son el trabajar unidos promocionando una sociedad fraterna, solidaria y libre de injusticias», recoge el documento. Destacan también que, por ejemplo, «en grupos matrimoniales, el camino se realiza conjuntamente parejas, sacerdotes y consagrados/as».
Otra de las conclusiones de la fase sinodal vallisoletana es poner de manifiesto la supuesta «dificultad de comprender el significado de la Eucaristía y su lenguaje. Se necesita que sean más vivenciales, y participativas, adaptadas al lenguaje y a la sensibilidad actual sin perder su transcendencia y cuidar especialmente la participación de los jóvenes». En vez de aspirar y profundizar e intentar conocer mejor la riqueza litúrgica, compensa seguir haciendo remodelaciones, parecen proponer.
No podía faltar tampoco la mención a la organización de la Iglesia, y es por eso que afirman que «hace falta adaptar las estructuras de gobierno de la Iglesia a un modelo más sinodal, que propicie una mayor participación en la toma de decisiones». Unido a esto, persisten en la idea de que «las decisiones en la Diócesis deben ser consensuadas y fruto de una mayoría participativa». Es decir, de triunfar esta tesis, la Verdad será algo consensuado y votado, seguramente por esos mismos que pretender hacer de la Iglesia un traje a medida.
Además, insisten en su «preocupación por el reconocimiento de la misión de la mujer en la Iglesia» y piden «desarrollar una actitud acogedora hacia las personas de diferente condición sexual y los nuevos modelos de familia».
Próximos pasos a dar
El documento concluye con unas directrices claras sobre hacia donde pretenden ir en el futuro. «Necesidad de participación y formación del laicado, valoración del papel de la mujer en la Iglesia, participación y discernimiento especialmente a través de los Consejos, celebraciones más participativas y cercanas, acercarnos y dar protagonismo a los jóvenes y diálogo con la sociedad», sería el resumen.
Ahondando un poco más en acciones concretas, estos fieles sinodales piden «abandonar el clericalismo en la forma de ejercer la jerarquía: mediante los consejos y asamblea parroquial, para que sean consultivos, deliberativos y de participación en las decisiones».
En cuanto a la celebración de la Santa Misa sostiene que han de ser «más participativas, activas y con un lenguaje más claro, sencillo y transparente, actualizado a los tiempos. Homilías más prácticas y vivenciales».
Otra de las peticiones que recoge el escrito es «dar más protagonismo a las mujeres en las tareas de más responsabilidad de la
Iglesia. Plantear el Diaconado de las mujeres».
En cuanto a la elección de los obispos quieren «que se incentive una mayor participación de representantes de la diócesis». Además, se lee en las conclusiones que «algunos plantean el estudio de las razones teológicas para el no sacerdocio de la mujer en la Iglesia y también plantean el desvincular el celibato del sacerdocio».
Este será el pueblo sinodal con el que tendrá que lidiar, quien sabe si más pronto que tarde, Monseñor Luis Argüello. De todos modos, no parece que la participación en Valladolid haya sido elevada. Es, otra vez, una pequeña parte de la Iglesia. Como ha vuelto ha quedar de manifiesto entre algunas de las conclusiones de este documento, los principales movimientos dentro de la Iglesia, que son los que mantienen vivas las parroquias, han vuelto a pasar olímpicamente del proceso sinodal.
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Este sínodo es la excusa para implementar cambios desastrosos. Quieren construir la «Iglesia de Francisco»
Totalmente de acuerdo
Pero eso, quién lo ha pedido? Quiero decir, en general, uno pregunta a cualquier laico y estas cosas no te las dicen… Curioso que va de acorde con lo que quiere el mandamás. O a lo mejor no tan curioso…
Eso parece. No creo que lo logren, los católicos de pie no vamos a tragar. Es el clero el que está pervertido, no nosotros.
Leyendo las propuestas, se me pone el pelo de punta. Iglesia a medida del consumidor.
Señor, ten piedad.
Yo he pedido que se abran las Iglesias para adorar el Sagrario, y ni me han contestado. Me he quejado tambien que el Sagrario esté a un lado de la Iglesia y no en el centro. Que se pongan comulgatorios. Que se diga que es necesario confesar antes de comulgar en pecado mortal. Todo es un desastre. Yo no he querido meterme porque no me iban a hacer ni caso. Este sínodo no vale para nada. Un medio para alejarnos aún más de la fe. La prueba es las peticiones que ha habido. No tienen nada que ver con el ser cristiano. Es mundanal. Los jóvenes tienen al Hermano Rafael, copiar de él. Es un buen ejemplo al que hay que imitar. No necesitamos estas tonter´ías.
Un hermano mío le pidió al Obispo que hiciera una misa tradicional a la semana. Su contestación fue: «que si le conseguía 100 feligreses lo pensaría». Así estamos, ya pocos sacerdotes quieren seguir el evangelio tradicional, la palabra de Dios, en definitiva, se van detrás del humo de satanás por cobardía, por mantener sus poltronas de Obispo y de Cardenales. Este sínodo sólo puede otra idea de satanás para seguir separando a la Iglesia.
De todas formas Iglesia somos todos y solamente hay que discernir entre el bien y el mal, entre la verdadera palabra de Dios y la que éstos nos quieren imponer, que es la que vale, y si tienes las ideas claras, no tiene por qué alejarnos de la fe. Quedaremos pocos
Francisco I el Destructor
Hay obispos tan simplemente simples que se meten ellos mismos en un callejón sin salida.
Al final, dan voz a los que se meten en malas doctrinas por permitirse dudar de la buena.
Dan voz a los secularizadores de la religión.
Una voz minúscula en la Iglesia que toma el micrófono y se amplifica de forma inaudita.
¡Pero qué torpes son algunos obispos!
Y lo peor es que las afirmaciones humanas y hasta mundanas de ciertos fieles se presentan a modo del Espíritu Santo.
Más que locatis.
¿Creían que el pueblo fiel sanote en la fe y costumbres iban a participar como en un campo sin puertas? Pues no. ¿Por qué iban a hacerlo, además, cuando de hecho, en los terrenos más materiales, este pueblo fiel pasa de todo?
Están tratando de cambiar el orden dado por Dios y centran sus esfuerzos en conquistas en la vida terrenal como si no creyeran en la eternidad y fuesen agnósticos agrupados para expresar resentimientos personales y rebeldías.
Cada comunidad establece su doctrina libremente y, en última instancia, cada persona. Eso ya está inventado: el Protestantismo.
Sin poner en duda la buena voluntad de los participantes en la fase diocesana del Sínodo en Valladolid pienso que, estando demasiado influidos por la ideología del Papa Francisco (cayendo por tanto en clericalismo), por lo mundano, por el qué dirán (los de fuera de la Iglesia), por lo políticamente correcto…, yerran el tiro sobre las reformas que debe afrontar la Iglesia.
En mi opinión la Iglesia se ha apartado demasiado del primer mandamiento (amarás a Dios sobre todas las cosas) y se está convirtiendo en una ONG que busca el visto bueno del «mundo». La adoración, la oración comunitaria, la espiritualidad, la vida contemplativa, la evangelización… han pasado a segundo plano.
Además hay mucha tibieza, especialmente entre las autoridades de la Iglesia, a la hora de denunciar y manifestarse contra el mayor escándalo de nuestro tiempo: «el aborto», cada vez más permisivo.
De todo el documento, a esa diócesis se le puede facilitar el trabajo. De todo lo que piden, todo eso lo tienen fácil, sin necesidad de esperar a Roma. Lo que piden no es más que una iglesia pentecostal. En las comunidades pentecostales tienen todo lo que están pidiendo, sobre todo las «liturgias» (por llamarlas de alguna manera) muy vivenciales y adaptados al lenguaje actual, vamos, que hasta tocan regeton cristiano. Entonces ¿Para qué esperar las conclusiones del sínodo? Que el obispo declare abiertamente el cisma y convierta a su diócesis en una comunidad pentecostal, que ahí tienen todo lo que están pidiendo.
Si esto lo piden en la conservadora, y con gran influencia del Opus Dei, Valladolid…
señores lean los joseicos pues aunque yo muera los escritos quedaran.aveis tenido suerte de conocerme aun que no hayas creido,pero todo en la vida se acava y la muerte me acecha,aun estas a tiempo.
Apocalipsis 14:13
Entonces oí una voz que venía del cielo, la cual me decía: «Escribe: De aquí en adelante, bienaventurados sean los que mueren en el Señor.» Y el Espíritu dice: «Sí, porque así descansarán de sus trabajos, pues sus obras los acompañan.»
Valladolid, ciudad muy de derechas, solicita todas las peticiones tradicionales de los católicos liberales. Esto para que veamos quienes van a ser los laicos que formarán parte de los sínodos.
Propongo que tratéis el asunto más importante que tiene España, el Exoediente Royuela.
Pero ahí no, para eso hace falta quitarse el afeminamiento y tener un par
En el momento que quitas el celibato, automáticamente el sacerdocio se transforma en un oficio transmisible de padres a hijos.
Bueno, puestos a judaizar, ya tenían preferencia los sobrinos y apadrinados en esta nueva iglesia conciliar.
Que Dios pase de ellos como ellos pasan de Dios. A ver si es verdad.
Preocu`pànte esto….
«Dificultad de comprender el significado de la Eucaristía y su lenguaje. Se
necesita que sean más vivenciales, y participativas, adaptadas al lenguaje y a
la sensibilidad actual sin perder su transcendencia y cuidar especialmente la
participación de los jóvenes.»
En lugar de educar en entender….adaptar.
Encaminados al desastre.
¡¡¡Quien esperaba otra cosa!!! yo desde luego no lo esperaba. Sobre las homilias, que se lo digan a los celebrantes, pues tansolo los presbiteros pueden promulgar el Evangelio. De hecho asi damos la razon al sinodo Aleman. Si muchos obispos manifiestan asi los resultados de los respectivos sinodos, ¿porque vamos a extrañarnos del sinodo aleman? en el fondo y en la forma, tal para cual.
Acá mis propuestas «sinodales»:
– Restablecer el respeto a la liturgia sagrada en las Misas, de modo que no se pierda la sacralidad cristológica en aras de una festividad mundana o meramente socializante.
– Reafirmar la doctrina eterna e inmutable contenida en la «Ordenatio Sacerdotalis» y en la «Mulieris Dignitatem».
– Aplicación total de las Instrucciones canónicas que vetan el acceso al Orden sacerdotales de hombres con tendencias objetivamente desordenadas.
– Renuncia a cualquier subvención gubernamental o a la financiación estatal directa.
– Rechazo firme y condena de la Agenda 2030, de filiación claramente anticristiana.
– Defensa activa y constante de la libertad de enseñanza y de los derechos educativos de los padres frente al adoctrinamiento gubernamental.
– Respuesta pontificia completa a las dubia de los cinco cardenales en relación a «Amoris Laetitia».
– Amparo a la sacralidad de los templos católicos ante la ofensiva LGBTI en Alemania.
¿Y para qué proponen lo que ya está propuesto de antemano?
Los ejemplos de sinodalidad son cáritas, manos unidas, comedores sociales, etc. o sea la Iglesia de Jesucristo convertida en una ONG. Para ese viaje no necesitamos alforjas y perder el tiempo en reuniones. Pensé que el fundamento de la Buena Noticia es la conversión a Dios, la fe en Dios, la salvación por medio de Jesucristo, la aspiración a la Vida Eterna, la Esperanza en el Cielo…y que las ongs son cosas bastantes secundarias. Los masones y los comunistas dicen ser muy solidarios y fraternales. Muchos eclesiásticos han copiado sus doctrinas.
Muy parecido al Sínodo Alemán, y también a la Iglesia Anglicana,
Camino a más primaveras.