Feligreses gallegos, en pie de guerra contra las prácticas “poco ortodoxas” de su párroco

Iglesia de San Miguel de Bouzas Iglesia de San Miguel de Bouzas
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Estamos en mayo de 2022, llevamos más de dos años de presunta pandemia y la vida parroquial vuelve poco a poco a la normalidad en todas las parroquias. ¿Todas? No, algunas parecen querer perpetuar la ausencia de vida sacramental que tanto daño ha hecho a la práctica de la fe en los últimos años, como un parroquia de Bouzas, junto a Vigo, que ha soliviantado a los fieles por su draconiana pasividad pastoral.

En la Iglesia de San Miguel de Bouzas, en las Rías Bajas, todavía es 2019: ni bautizos ni bodas ni comuniones. El padre Juan Carlos Rial, párroco desde hace poco más de tres años, ha acabado con casi toda la actividad pastoral, informa el Faro de Vigo, incluyendo catequesis, sesiones de coro, costurero de la parroquia… Hasta que los feligreses han estallado y han decidido movilizarse, reuniendo firmas para que el obispo llame al orden al párroco pasivo.

El detonante ha sido la imposibilidad de celebrar una tradicional procesión de Semana Santa. “Habíamos dedicado tiempo y esfuerzo. No hubo convocatoria, solo un mensaje el 28 de marzo. En esa fecha saben que no da tiempo a organizar una Semana Santa, pero sí el Domingo de Ramos. Siempre pensamos que iba a salir porque es un carro con ruedas, que lo pueden llevar las tres de la directiva y los que se apuntaron, pero no fue así”, señala María del Carmen Cambeiro, cofrade y ex miembro de la junta de la Cofradía del Nazareno y la Virgen Dolorosa de Bouzas.

Ya es la tercera vez que los feligreses se quejan al obispo de la actitud del párroco, sin lograr resultado alguno. “Nos dijeron que le diéramos tiempo, que es buena persona y con eso volvimos para casa”, declara Cambeiro al diario gallego. “Casi nunca está. Deja la iglesia abierta y se va. Instaló cámaras de seguridad a la entrada”.

Una situación “insostenible y humillante” que está provocando el trasvase de feligreses a otra parroquia colindante, la iglesia del Rocío, “donde mucha gente ya va a escuchar misa o a celebrar cualquier evento católico”.