La Cigüeña de la Torre se despide del cardenal Amigo: «Su caridad pastoral me ganó para siempre»

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Nuestro bloguero en Infovaticana, Paco Pepe de la Cigoña, ha escrito en su blog unas palabras de despedida al cardenal Amigo. «La Cigoña de la Torre», ha compartido algunos de sus recuerdos y experiencias que tuvo con quien fuera arzobispo de Sevilla y que compartimos con vosotros:

Cuando por la mañana os pedía oraciones por su salud seguramente ya había fallecido.

Empecé muy mal con él y de modo impresentable por mi parte. Su respuesta fue tan humilde, tan eclesial tan rebosante de caridad pastoral que me ganó para siempre. Desde entonces siempre que le veía me acercaba a saludarle y siempre  me encontraba con esa sonrisa clara y afectuosa que tantísimos siempre recordarán. La última vez poco  antes de su triste accidente en la Almudena que terminó costándole la vida.

Era fray Carlos un extraño ejemplar de obispo emérito trabajando siempre en lo que la Iglesia le pidiere. Cuando los que cesan desaparecen para siempre, como si ya se hubieran muerto, él acudía a donde le llamaran en un permanente servicio a los fieles y a la Iglesia, Y siempre accesible, acogedor y sonriente.

No pretendo comparación alguna, cada uno fue lo que fue y ahí está la historia para acreditarlo, pero Don Marcelo y Fray Carlos llenaban donde estuvieren. Aunque fueran las inmensas catedrales de Toledo o de Sevilla. Y no me refiero a la talla física  que ambos la tenían sobrada sino a ese plus indefinible que llena espacios, conquista fieles y resalta púrpuras.

Ayer mismo evocábamos tres amigos en el excelente Restaurante Montes de Villacañas  un suceso ocurrido hace bastantea años  y del que son testigos varias personas todavía vivas y que nos lo han referido. El entonces vicario de Talavera recibe una mañana la llamada del secretario de Don Marcelo diciéndole que a la hora de comer Don Marcelo estaría en Villacañas y que le invitaba a comer, con sus sacerdotes, en Montes. Legada esa hora, el restaurante lleno, como es habitual, y entra Don Marcelo en el restaurante. Todo el mundo hablando de sus cosas y en tono alto como solemos hacer los españoles. Desde la puerta. con su voz grave y sonora dice a los comensales: Buenos días, señores, qué aproveche.

Y un silencio que se masticaba reinó en el restaurante toda la comida. No es que dejaran de hablar es que lo hacían casi silenciosamente. No sentían el menor temor, solo pretendían mostrarle el inmenso respeto que le profesaban. Y todos vivían que aunque en distintas mesas todos estaban comiendo con Don Marcelo.

La que voy a referir de Don Carlos la viví yo. Beatificación del obispo Palafox en Osma. Terminada la ceremonia en la catedral los obispos que participaron en la misma fueron a desvestirse al seminario y ya de clergyman se dirigían por la calle principal al restaurante en el que iban a comer. Creo recordar que intercambié breves palabras de saludo con Don José Diéguez, no recuerdo si todavía obispo de Orense o si ya de Tuy-Vigo que iba acompañado de Don Camilo Lorenzo.

Pues Don Carlos Amigo, con sus ropajes cardenalicios, llenó y desbordó la larga calle con su presencia. La gente se detenía para verle pasar,  le saludaba, se acercaba a besarle la mano, todo el pueblo parecía feliz por ver a un cardenal, vestido de cardenal, entre ellos.

Y Don Carlos también parecía feliz por hacer feliz a aquella buena gente.

Dale Señor el descanso eterno y brille para él la luz perpetua.

Ha fallecido el cardenal arzobispo emérito de Sevilla Don Carlos Amigo Vallejo

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Comentarios
2 comentarios en “La Cigüeña de la Torre se despide del cardenal Amigo: «Su caridad pastoral me ganó para siempre»
  1. Desconozco totalmente la vida de monseñor Amigo. No sé nada de él, pero sí que tengo en alta estima a Paco Pepe y si él loa a monseñor, será cuestión de que me lo mire. Me gusta ese detalle de que monseñor «salió vestido de cardenal». Ese «dar testimonio» que tanto nos exigen a los fieles esos sacerdotes que no sólo no llevan sotana, ni siquiera un pequeño crucifijo. Dios lo tenga en su gloria.

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