Juan Pablo II: «La Iglesia no tiene la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres»

Irlanda sacerdotes
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La reciente publicación de la Constitución Apostólica «Predicate Evangelium», ha servido de excusa para algunos para intentar reabrir algunos debates dentro de la Iglesia.

Estos días, hemos visto en algunos medios del ámbito eclesial, como han intensificado sus publicaciones, artículos, editoriales y columnas hacía una dirección: la ordenación de las mujeres.

Con la promulgación de la nueva Constitución Apostólica, firmada por el Papa Francisco, se abre la puerta a la entrada de laicos, y por tanto también de mujeres, en puestos de responsabilidad dentro de la Curia. Dar más protagonismo a los laicos en tareas de administración y gobierno, no debe significar nada más de lo estipulado.

El propio Francisco ha criticado en numerosas ocasiones a aquellos que utilizan la Iglesia para intentar colar sus ideologías personales contrarias a la fe y a la doctrina. Para aquellos que todavía ansían cambios de mayor calado y sueñan con ver mujeres ordenadas de sacerdotes de la Iglesia Católica, el Papa san Juan Pablo II tiene un mensaje para ellos. Se trata de la Carta Apostólica «Ordinatio Sacerdotalis» sobre la ordenación sacerdotal reservada sólo a los hombres, publicada en mayo de 1994.

Ordinatio Sacerdotalis

Venerables Hermanos en el Episcopado:

1. La ordenación sacerdotal, mediante la cual se transmite la función confiada por Cristo a sus Apóstoles, de enseñar, santificar y regir a los fieles, desde el principio ha sido reservada siempre en la Iglesia Católica exclusivamente a los hombres. Esta tradición se ha mantenido también fielmente en las Iglesias Orientales.

Cuando en la Comunión Anglicana surgió la cuestión de la ordenación de las mujeres, el Sumo Pontífice Pablo VI, fiel a la misión de custodiar la Tradición apostólica, y con el fin también de eliminar un nuevo obstáculo en el camino hacia la unidad de los cristianos, quiso recordar a los hermanos Anglicanos cuál era la posición de la Iglesia Católica: «Ella sostiene que no es admisible ordenar mujeres para el sacerdocio, por razones verdaderamente fundamentales. Tales razones comprenden: el ejemplo, consignado en las Sagradas Escrituras, de Cristo que escogió sus Apóstoles sólo entre varones; la práctica constante de la Iglesia, que ha imitado a Cristo, escogiendo sólo varones; y su viviente Magisterio, que coherentemente ha establecido que la exclusión de las mujeres del sacerdocio está en armonía con el plan de Dios para su Iglesia».

Pero dado que incluso entre teólogos y en algunos ambientes católicos se discutía esta cuestión, Pablo VI encargó a la Congregación para la Doctrina de la Fe que expusiera e ilustrara la doctrina de la Iglesia sobre este tema. Esto se hizo con la Declaración Inter insigniores, que el Sumo Pontífice aprobó y ordenó publicar.

2. La Declaración recoge y explica las razones fundamentales de esta doctrina, expuesta por Pablo VI, concluyendo que la Iglesia «no se considera autorizada a admitir a las mujeres a la ordenación sacerdotal». A tales razones fundamentales el mismo documento añade otras razones teológicas que ilustran la conveniencia de aquella disposición divina y muestran claramente cómo el modo de actuar de Cristo no estaba condicionado por motivos sociológicos o culturales propios de su tiempo. Como Pablo VI precisaría después, «la razón verdadera es que Cristo, al dar a la Iglesia su constitución fundamental, su antropología teológica, seguida siempre por la Tradición de la Iglesia misma, lo ha establecido así».

En la Carta Apostólica Mulieris dignitatem he escrito a este propósito: «Cristo, llamando como apóstoles suyos sólo a hombres, lo hizo de un modo totalmente libre y soberano. Y lo hizo con la misma libertad con que en todo su comportamiento puso en evidencia la dignidad y la vocación de la mujer, sin amoldarse al uso dominante y a la tradición avalada por la legislación de su tiempo».

En efecto, los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles atestiguan que esta llamada fue hecha según el designio eterno de Dios: Cristo eligió a los que quiso (cf. Mc 3,13-14; Jn 6,70), y lo hizo en unión con el Padre «por medio del Espíritu Santo» (Hch 1,2), después de pasar la noche en oración (cf. Lc 6,12). Por tanto, en la admisión al sacerdocio ministerial, la Iglesia ha reconocido siempre como norma perenne el modo de actuar de su Señor en la elección de los doce hombres, que El puso como fundamento de su Iglesia (cf. Ap 21,14). En realidad, ellos no recibieron solamente una función que habría podido ser ejercida después por cualquier miembro de la Iglesia, sino que fueron asociados especial e íntimamente a la misión del mismo Verbo encarnado (cf. Mt 10,1.7-8; 28,16-20; Mc 3, 13-16; 16,14-15). Los Apóstoles hicieron lo mismo cuando eligieron a sus colaboradores que les sucederían en su ministerio. En esta elección estaban incluidos también aquéllos que, a través del tiempo de la Iglesia, habrían continuado la misión de los Apóstoles de representar a Cristo, Señor y Redentor.

3. Por otra parte, el hecho de que María Santísima, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, no recibiera la misión propia de los Apóstoles ni el sacerdocio ministerial, muestra claramente que la no admisión de las mujeres a la ordenación sacerdotal no puede significar una menor dignidad ni una discriminación hacia ellas, sino la observancia fiel de una disposición que hay que atribuir a la sabiduría del Señor del universo.

Por otra parte, la estructura jerárquica de la Iglesia está ordenada totalmente a la santidad de los fieles. Por lo cual, recuerda la Declaración Inter insigniores : «el único carisma superior que debe ser apetecido es la caridad (cf. 1 Cor 12-13). Los más grandes en el Reino de los cielos no son los ministros, sino los santos».

4. Si bien la doctrina sobre la ordenación sacerdotal, reservada sólo a los hombres, sea conservada por la Tradición constante y universal de la Iglesia, y sea enseñada firmemente por el Magisterio en los documentos más recientes, no obstante, en nuestro tiempo y en diversos lugares se la considera discutible, o incluso se atribuye un valor meramente disciplinar a la decisión de la Iglesia de no admitir a las mujeres a tal ordenación.

Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia.

Mientras invoco sobre vosotros, venerables Hermanos, y sobre todo el pueblo cristiano la constante ayuda del Altísimo, imparto de corazón la Bendición Apostólica.

Vaticano, 22 de mayo, solemnidad de Pentecostés, del año 1994, decimosexto de pontificado

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Comentarios
27 comentarios en “Juan Pablo II: «La Iglesia no tiene la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres»
  1. Y llevan la estafeta los alemanes comandados por su amo.
    La de cambios con que sueñan.
    Quieren una Iglesia Caótica no Católica. Los que abogan por los gsys dentro de ella, da la impresión que abogan por sí mismos. Los que quieren mujeres de sacerdotes, abogan por quienes ya habrán de conocer.
    Y sin embargo, el Obispo de Puerto Rico fue apedreado por infiel. Lo que hay qué ver.

  2. Si prestamos atención a las «innovaciones» que trae consigo la nueva Constitución Apostólica sobre la curia, una de las más importantes es justo la de dar más espacio a los laicos, hombres y mujeres, en los dicasterios romanos, por lo que es incoherente hablar de posible ordenación de mujeres por ocupar esos cargos cuando el principio que se quiere impulsar es el de la presencia laical.

  3. Aunque muchos promotores del sínodo de la sinodalidad no quieran creerlo, es teológicamente imposible la ordenación sacerdotal de mujeres.

    1. ¿Quien dicta lo que es teológicamente posible?, pues eso , la iglesia dicta, luego la iglesia pone y la iglesia quita, quien dice qué vale, qué no vale y en que condiciones vale es la iglesia, o eso dicen los católicos.
      O al menos lo decían hasta ahora, porque está surgiendo una nueva interpretación del catolicismo en que la iglesia ya no es la interprete de la biblia y la tradición auspiciada por el integrismo, ahora que ya la iglesia no dice que lo que ellos quieren oír.
      Antes la iglesia era la única intérprete autorizada, ahora ya no, como ahora dice cosas que no me gustan, la iglesia ya no es nada, ahora la iglesia ya no es la guía, lo es lo que decía antes la iglesia pero ya no la iglesia

      1. No tiene ni idea de lo que habla: la Iglesia no tiene potestad alguna para ordenar mujeres. ¿Qué tal si lee los artículos antes de comentar? Estaría bien que se creyese lo dicho por Juan Pablo II, que sabía un poquito más que usted sobre la Iglesia. El resto de su deposición es sólo una serie de disparates encadenados.

        1. “La iglesia no tiene potestad alguna para ordenar mujeres” ¿eso quien lo dice? ¿La biblia? No ¿jesús? No. Lo dice El Papa, o sea la propia iglesia, ¿no ve la ironía? la iglesia no puede hacer algo y la autoridad de lo que no puede hacer es ella misma, ¿y si el Papa Francisco dice mañana que sí?, porque eso va a suceder, si no es Francisco, lo hará el siguiente, pero está claro que es cuestión de tiempo

          1. «‘La iglesia no tiene potestad alguna para ordenar mujeres’ ¿eso quien lo dice? ¿La biblia? No ¿jesús? No.»

            Claro, hombre: es que en aquel tiempo «no había grabadoras». Ya sabemos. Ande, deje de trollear y de decir disparates. Ya ha demostrado que sabe de la Iglesia como de cerámica medieval vietnamita: nada de nada. Menos mal que su ignorancia le protege de sentir ridículo al decir las chorradas que dice (que a usted le parecerán súper ocurrentes) porque, si no, sería para meterse debajo de la cama y no volver a salir de la vergüenza.

          2. Jose. La norma básica de la Iglesia no es el Papa, es la Tradición. El problema es que Pablo VI ya fue el sepulturero de la Sagrada Tradición, y los posteriores no han hecho nada para remediarlo.

      2. La Iglesia no es dueña sino depositaria de la Verdad, nunca ha podido hacer con el depósito de la Fe lo que le venga en gana, eso te lo sacas tú de la manga, “la Iglesia quita, la Iglesia pone”, vaya una Teología. Pues no, señor, la Revelación que procede de Dios se contiene en la Escritura y en la Tradición, y es interpretada por el Magisterio, el cual, evidentemente, no tiene derecho alguno a proponer algo contrario a la Escritura y la Tradición, como si pudiera decir lo que le diese la gana. El Papa y los obispos no pueden decir lo que les parezca, eso sería tiranía, sólo pueden decir lo que se contiene en la Revelación. Yo no soy integrista, sólo soy católico -léete la Constitución dogmática Dei Verbum del Vaticano II-, sois vosotros los herejes que estáis intentando destruir la Iglesia. Bueno, llevamos veinte siglos de herejías y cismas y al final siempre ha triunfado la Verdad, y tú has elegido la peor parte. Rezaré por ti.

        1. Pues sí, la iglesia quita y la iglesia pone, la de ahora digo, la modernista, ajena al principio de legalidad, es decir ausencia de procedimiento alguno y de norma, de esta manera actúa, cesando manu militari al Obispo de Arecibo. Solo persigue a los leales a la Tradición de la iglesia nunca a ningún hereje de los que proliferan en esta primavera conciliar. A ver si se entera, la escritura y la tradición ya fueron interpretados hace siglos y quedó fijada para siempre. Eso fue así hasta el concilio, en que se cambió TODO, por cambiar cambiaron hasta el lenguaje en que está escrito, vergonzoso alarde de ignorancia, textos asimilados a los gárrulos sofistas de la ilustración, es decir, escrito en masonés, no faltan, ni ciudadanos por un tubo ni la fraternidad del trilema revolucionario, el lenguaje del modernismo tantas veces condenado por la iglesia. Nos dieron el cambiazo, nos dieron gato por liebre, nos secuestraron a nuestra iglesia y así sigue.

        2. ¿Y como sabes que lo que tú crees es la verdad?, si hubiera triunfado el nestorianismo ahora tu serías nestoriano dirías que el nestorianismo es la verdad y el catolicismo es una herejía, verdad es lo que triunfa, lo que tu defiendes será herejía dentro de un siglo,

          1. ¿Y cómo sabemos que usted es un troll? Pues ya ve: porque somos muy listos (a diferencia de usted, que pierde el tiempo aquí para nada).

          2. Sabemos que la Verdad es la Verdad porque los papas anteriores al concilio no fueron ágrafos, sino que dejaron toda la verdad puesta por escrito y siempre es la misma. Por eso sabemos si los Papas actuales se equivocan o no. El Papa no es un medium que recibe revelaciones, es el custodio de la verdad, no puede dar el cambiazo, de hecho lo pillamos cada vez que lo hace.

    2. Y eso lo dejó claro Francisco en varias oportunidades, citando justamente este texto de San Juan Pablo II y si no recuerdo mal, unas palabras de San Pablo VI. Y lo volvió a recordar en la carta con la que permitió el acceso de las mujeres a los ministerios laicales, dejando claro que no era ni mucho menos un paso para el sacerdocio femenino, pues el ministerio ordenado está reservado por voluntad divina a los hombres.

  4. También era teológicamente imposible el anular la unidad católica, y el dogma de que solo en la iglesia está en la salvación. Con el Dignitatis Humanae se dejó sin efecto esta realidad, y se animó a todo el mundo a creer lo que les saliera de sus bemoles, en base al sacrosanto derecho a la libertad para el mal nacida en la Revolución Francesa. Y es que cualquier creencia vale para salvarse incluso si eras ateo, masón o satanista. Palabra del sacrosanto concilio ecuménico, que con estas medidas tuvieron el efecto rebote de quitar todos los derechos a Cristo en la sociedad, quedando marginado como un segundón en el rincón de la historia.
    Viendo que todo esto que predicamos unos pocos, pasados los años no sirve para nada, y en la iglesia mandan los mismos renegados, ninguno de los cuales ha osado rebatirnos, No creo que merezca la pena seguir……¿para qué?. Adiós donaires adiós…..

    1. Muy particular su interpretación de la Dignitatis humanae… Ya decía Ratzinger que se han vivido dos concilios, el de los Padres conciliares y el de la prensa.
      En primer lugar, profesa el sagrado Concilio que Dios manifestó al género humano el camino por el que, sirviéndole, pueden los hombres salvarse y ser felices en Cristo. Creemos que esta única y verdadera religión subsiste en la Iglesia Católica y Apostólica, a la cual el Señor Jesús confió la misión de difundirla a todos los hombres, diciendo a los Apóstoles: «Id, pues, y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado» (Mt., 28, 19-20). Por su parte, todos los hombres están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla. DI, 1.

      1. ¿Para qué nos pone ese fragmento, accesible para todo el mundo en la web de la Santa Sede y discutido durante las últimas seis décadas? No pretenderá que desarrollemos en los comentarios todo lo dicho y publicado desde entonces, ¿verdad?

        «Creemos que esta única y verdadera religión subsiste en la Iglesia Católica y Apostólica…»

        Y tanto que «subsiste»: como que la Iglesia de Cristo ES la Iglesia Católica, como enseñó todo el magisterio precedente de forma ininterrumpida. Claro, que bajo este pontificado ha adquirido un nuevo matiz: sólo ‘subsiste’ la fe católica en parte de la Iglesia, dentro de Ella (en cuyo seno están todos los que son -católicos-, aunque no son todos los que están). Y tampoco fue casual que obviaran el pasaje del mandato de evagelizar que especifica que quien no se bautice se condenará (Palabra de Cristo).

      2. Si fuera legionario de verdad, echaría al Cristo de la buena muerte, y lo sustituiría por cualquier ídolo de los que adora el modernismo.Si tuviera un mínimo de sensibilidad cristiana, detectaría que ese párrafo que nos presenta podría haber sito redactado en cualquier logia que se precie. No se da cuenta que es el lenguaje de la herejía, el masonés que es el nuevo lenguaje de la iglesia modernista. «Creemos que esta religión subsiste en la iglesia católica………», ¿ no estaban seguros?, unos prelados que no saben si Cristo informa a la iglesia. Y se fabrican un concilio agnóstico para que, dentro de la libertad que Dios nos dio, podamos hacer de nuestra capa un sayo y practicar la creencia que nos de la gana por que Cristo nos ampara…….. Y Cristo de esa manera pasó a ser un referente social, o político, utilizado hasta la náusea para sus intereses bastardos, ajeno al centro que debería ser en nuestra vida.

      3. EresLegionario.
        No vale citar del concilio los párrafos más o menos católicos, el problema sigue estando en los parrafos erróneos.
        Por ejemplo, el verbo subsistir no excluye que la Iglesia de Cristo subsista en más sitios. El Espíritu Santo no puede inducirme a la her ejía. Fue Ratzinger precisamente el que puso esa palabreja.

  5. A ver, si de la partibusmontirienta constitución apostólica se dice que «abre la puerta a la entrada de laicos, y por tanto también de mujeres, en puestos de responsabilidad dentro de la Curia.», y por lo tanto, se les podría ordenar sacerdo(tas, tisas, tesas, tistas, rientas, a elección)….. dejarían de ser laicas.

    No es un problema de orden teológico, sino de comprensión lectora; se autodefinen……….

  6. Si la misa es meramente algo disciplinar y por tanto cambiante, y el Papa la puede cambiar por la misa de Cranmer a pesar de los anatemas que lo excomulgan, por qué motivo otro Papa no va a poder cambiar el sacerdocio masculino por el femenino si también es una cuestión disciplinar. Además no hay anatemas que yo sepa. Si los hubiese, poner curesas no niega que existan hombres curas.

    1. Abristeis la caja de Pandora y ahora os quejáis de que sigan sacando nuevas cosas. ¿Pero por qué os quejáis?
      Pablo VI no prohibió sobre el papel la misa verdadera.
      Francisco sobre el papel tampoco prohibirá el sacerdocio masculino.
      Habéis caído en vuestra trampa. El cazador va a ser cazado. Os aguantais. El que obedece no se equivoca y donde está el Papa está la iglesia. Aplicaos vuestro propio cuento.

      1. ¿Qué me importa lo que dijera San Pío V en su época si lo que importa es lo que diga Juan Pablo II que es el Papa de ahora al que hay que obedecer?
        Por eso mismo:
        ¿Qué me importa lo que dijese Juan Pablo II en su época si lo que importa es lo que diga Francisco que es el Papa de ahora al que hay que obedecer?

          1. Para el modernismo la cabeza es el Papa en cada momento aunque deje por embustero al Papa anterior. Y Cristo va asintiendo lo que cada Papa vaya inventando.

  7. Si se comete un acto indebido un día, y luego al siguiente y al siguiente, acaba por hacerse ley, aunque haya quién proteste, cada vez serán menos. Creo que éso es lo que hacen.
    Qué escándalo tan grande fue la pachamama, y sin emb4rgo continuó de una forma o de otra, con su4vidad y discreción.
    Se le hace un recuerdo a la madre tierra, una custodia con su imagen,,y ya estuvo. Se queda..
    Igual las bendiciones a los gays.
    Se queda.
    Darle la Comunión a los abiertamente sacrílegos.
    Se quedan.
    La Comunión en la mano ya se quedó, porque todos con una facilidad inaudita ponen su mano más prestos que un pistolero.
    No fueron difíciles de convencer, entregaron la plaza con una rapidez sorprendente.
    No se dan cuenta que éso es de protestantes.

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