El libro de un sacerdote cuenta la triste historia de la complicidad de los jesuitas con el aborto en EEUU

jesuitas aborto EEUU Paul Mankowski, SJ.
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El difunto padre jesuita Paul Mankowski sabía bien cómo algunos de sus hermanos sacerdotes y sus superiores habían traicionado a la Compañía de Jesús.

(National Catholic Register/ F. Raymond J. de Souza) ¿Necesita un clérigo prominente para dar cobertura a los políticos católicos que votan a favor de preservar y ampliar el acceso al aborto? Durante más de 50 años, los jesuitas han tenido un hombre preparado para esa tarea. Es un grave escándalo en una de las órdenes más venerables de la Iglesia.

El padre jesuita Pat Conroy, que fue capellán de la Cámara de Representantes desde mayo de 2011 hasta enero de 2021, concedió una entrevista, publicada recientemente en The Washington Post, en la que defendió a los políticos católicos que promueven el acceso al aborto. Llegó a citar a Santo Tomás de Aquino sobre la conciencia para defender su posición, lo cual es vergonzoso y no habla nada bien de lo que debería ser una correcta formación jesuita.

Para los que tengan más memoria, la idea de que un destacado jesuita en la Cámara de Representantes defienda las leyes permisivas del aborto no es nueva. El Padre Conroy es una versión de bajo presupuesto del difunto jesuita Padre Robert Drinan, pero sigue siendo un abanderado de lo que sus hermanos suelen llamar «la tradición jesuita».

Esta semana se cumplieron 15 años desde que el Padre Drinan volvió a estar en el candelero. Recordemos las circunstancias. A principios de 2007, Nancy Pelosi se convirtió en la primera mujer presidenta de la Cámara de Representantes, lo que supuso el colofón de una notable carrera política. El hecho de que vuelva a ser presidenta 15 años después es una prueba más de la formidable fuerza política que sigue siendo.

Pelosi, consciente del hito alcanzado en 2007, organizó una gala de cuatro días para celebrar su acceso a la presidencia. Comenzó con una misa «en reconocimiento a la presidenta electa de la Cámara de Representantes, Nancy D’Alesandro Pelosi», en su alma mater, la Trinity University, en Washington D.C. El celebrante principal y encargado de la homilía fue el padre Drinan, que entonces tenía 86 años. Fue su último gran acto público. Murió ese mismo mes.

Es la punta del iceberg de la escandalosa historia de la complicidad de los jesuitas con el aborto en Estados Unidos, una historia que se cuenta de forma más completa en un nuevo e importante libro del difunto jesuita Padre Paul Mankowski, que sabía de primera mano cómo algunos de sus hermanos jesuitas y sus superiores estaban traicionado a la Compañía de Jesús.

El padre Robert Drinan tenía un talento prodigioso, incluso para el alto nivel por el que eran célebres los jesuitas de los años 60. Fue decano de la facultad de Derecho del Boston College a los 36 años, y llevó a esa facultad a nuevas cotas durante 14 años. En 1970 se presentó como candidato al Congreso por Massachusetts y fue elegido cinco veces como demócrata, ocupando el cargo de 1971 a 1981.

En mayo de 1980, el Papa San Juan Pablo II le ordenó que no se presentara a la reelección en noviembre, por lo que el padre Drinan dejó el Congreso en enero de 1981. La decisión de Juan Pablo II formaba parte de una prohibición más amplia de que los clérigos ocuparan cargos políticos. Cuando llegó la decisión definitiva del Papa, el Padre Drinan obedeció, diciendo que la rebeldía era «impensable», aunque, de hecho, su actitud desafiante había sido su modus operandi durante una década.

El padre Drinan se presentó en 1970 liderando una fuerte plataforma contra la guerra de Vietnam y fue el primer congresista que presentó cargos de impugnación contra el presidente Richard Nixon. Tras el caso Roe contra Wade en 1973, defendió la decisión y siempre votó a favor de la ampliación del aborto, incluida la financiación por parte de los contribuyentes, durante todo su mandato en el Congreso.

El sacerdote jesuita fue el padrino de que los demócratas se convirtieran en el partido del aborto, una transformación liderada por los demócratas católicos: Ted Kennedy, Joe Biden, Mario Cuomo y más tarde la propia Pelosi. Ningún sacerdote católico hizo más por promover el aborto con medidas legislativas que el padre Drinan.

Aquella misa, hace 15 años, fue una adecuada despedida, pasando el testigo de la política pro-aborto a Pelosi, que lo considera como una inspiración sobre cómo un político católico puede promover el acceso al aborto.

«El padre Drinan fue una inspiración para muchos en el Congreso, no sólo para los que sirvieron con él, sino también para los que vinieron después», dijo la presidenta del Congreso tras su muerte. «Me siento especialmente honrada de que, a principios de este mes, el padre Drinan presidiera una misa en mi alma mater, la Trinity University, antes de que yo tomara posesión como presidente del Congreso. Celebró esa misa en honor de los niños de Darfur y del Katrina, predicando que ‘las necesidades de cada niño son las necesidades del propio Jesucristo’. A lo largo de su vida, el padre Drinan no sólo predicó ese mensaje de justicia y derechos humanos; sino que lo encarnó».

Sí, el último acto público del padre Drinan fue anunciar que «las necesidades de cada niño son las necesidades del propio Jesucristo» mientras rendía honores a la presidenta del Congreso más proabortista de la historia de Estados Unidos.

A lo largo de la década de 1970, muchos se preguntaron a menudo cómo podía el padre Drinan ser congresista siendo a la vez sacerdote, y especialmente cómo era posible que un sacerdote utilizara su voto en el Congreso y su posición pública para promover el aborto. El padre Drinan y sus hermanos jesuitas dieron repetidamente la impresión de que había recibido la aprobación de sus superiores jesuitas y de sus obispos locales.

Era mentira.

Ahora lo sabemos con más detalle gracias al Padre Mankowski, un jesuita que murió repentinamente en septiembre de 2020.

Ignatius Press, fundada por el Padre Joseph Fessio, otro jesuita deseoso de que se conozca la verdad, ha publicado recientemente Jesuit At Large: Essays and Reviews by Paul V. Mankowski, S.J., editado por George Weigel.

Esta colección póstuma pone a disposición del lector algunos de los brillantes ensayos y críticas del Padre Mankowski, que son a la vez feroces e hilarantes, a veces simultáneamente. La colección es una digna introducción para aquellos que no han leído al Padre Mankowski – y un motivo de arrepentimiento por no haberlo hecho antes.

La parte más notable del libro es un memorando inédito de abril de 2007, enviado por el Padre Mankowski a algunos de sus amigos, titulado: «La candidatura de Drinan y los archivos de la Provincia de Nueva Inglaterra». Aunque nunca lo publicó él mismo, dados sus problemas con sus superiores jesuitas, estaba claro que quería que hubiera un registro preciso para la posteridad.

Ese registro está ahora disponible. Deja claro que lo que muchos católicos consideraban un escándalo en los años 70 era en realidad mucho peor.

El Padre Mankowski estaba investigando en los archivos de los jesuitas de Nueva Inglaterra a principios de la década de 1990. Se encontró con los archivos del Padre Drinan. Pidió y obtuvo permiso para hacer copias del material para un artículo sobre el servicio del Padre Drinan en el Congreso.

El Padre Mankowski descubrió que, lejos de haber obtenido un permiso para presentarse al Congreso, el superior general de los jesuitas, el Padre Pedro Arrupe, se lo prohibió repetidamente. El Padre Drinan y el padre jesuita William Guindon, el provincial de Nueva Inglaterra, conspiraron para favorecer la candidatura del Padre Drinan y frustrar las órdenes del Padre Arrupe. Los archivos proporcionan con gran detalle las mentiras y evasivas de los padres Drinan y Guindon durante muchos años.

El Padre Mankowski sabía que el material corregiría la impresión de que la orden jesuita en su conjunto estaba encantada con el Padre Drinan promoviera el aborto en el Congreso. También revelaría lo pérfidos que eran los jesuitas de alto rango de Nueva Inglaterra en la década de 1970.

El Padre Mankowski decidió no escribir un artículo sobre la candidatura del Padre Drinan. Era un asunto sumamente desagradable y el Padre Drinan parecía ser alguien ya en retirada.

Hasta junio de 1996, claro. El New York Times publicó entonces un artículo de opinión del padre Drinan «como sacerdote jesuita» alabando el veto del presidente Bill Clinton a la prohibición del aborto por nacimiento parcial. El hecho de que un sacerdote apoyara mantener la legalidad del aborto por nacimiento parcial escandalizó incluso a los que simpatizaban con él.

El cardenal John O’Connor se puso furioso y escribió en su columna de Catholic New York: «Lo siento profundamente, padre Drinan, pero está usted equivocado, muy equivocado. Podría haber elevado su formidable voz por la vida; la ha levantado por la muerte. No es lo que se espera de un jurista. Y con toda seguridad no es lo que se espera de un sacerdote».

El padre Mankowski juzgó que el regreso del padre Drinan a la controversia pública requería que se dijera la verdad. Entregó su material al profesor James Hitchcock, distinguido historiador de la Universidad jesuita de San Luis. Hitchcock publicó el material en un artículo ese verano en Catholic World Report, «La extraña carrera política del Padre Drinan«.

Los jesuitas estallaron en cólera. No contra el Padre Drinan por su posición, ni contra los jesuitas que lo permitieron, ni contra los superiores que encubrieron las mentiras. La dirección de los jesuitas estadounidenses hizo recaer su ira sobre el padre Mankowski, que no ocultó su papel en el suministro del material de archivo al profesor Hitchcock.

«Los resultados de todo esto para Paul Mankowski fueron draconianos», escribe Weigel en la introducción de su editor. «Se le prohibió durante años publicar con su propio nombre. Se vio limitado en su trabajo pastoral. A menudo fue tratado como un paria. Y aunque finalmente se le permitió hacer los votos religiosos definitivos y convertirse en «coadjutor espiritual» dentro de la Compañía de Jesús, a Mankowski se le negó la «incorporación plena» a la Compañía (que implica el famoso «cuarto voto» jesuita de obediencia al Papa con respecto a la misión).»

La publicación del Memorándum del Padre Mankowski con la documentación que lo apoyan es, como escribe Weigel, «esencial para la vindicación póstuma del honor del Padre Mankowski», tanto tiempo mancillado por algunos de sus hermanos jesuitas, mientras colmaban de elogios al Padre Drinan.

Quince años después de la bendición final del Padre Drinan a Pelosi, tanto la presidenta de la Cámara como el presidente Joe Biden acuden a los jesuitas en busca de cobertura política para su política abortista. Ambos buscaron recientemente audiencias con el primer Papa jesuita, y Biden reclamó la aprobación del Papa Francisco para seguir recibiendo la Sagrada Comunión en la parroquia jesuita de Washington a la que asiste.

El Papa Francisco, antiguo provincial jesuita y admirador del Padre Arrupe, se escandalizaría sin duda -si no es que se sorprendería- al conocer el grado de complicidad de los jesuitas en el monstruoso escándalo que supuso la carrera del Padre Robert Drinan en el Congreso.

En este «Año Ignaciano» declarado por la Compañía de Jesús, la prioridad ignaciana sobre el examen de conciencia parece adecuada en relación con la actividad política del Padre Drinan, ahora que el memorándum del Padre Mankowski ha revelado una historia más completa.

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Comentarios
21 comentarios en “El libro de un sacerdote cuenta la triste historia de la complicidad de los jesuitas con el aborto en EEUU
  1. Aquellos jesuitas no es que traicionaran a la Compañia , sino que ha sido la Compañía de Jesús la que ha traicionado a la Iglesia y al mismo Jesucristo. En condiciones normales hace mucho tiempo que la Compañía tenia que haber sido disuelta, pero en estos momentos es imposible, al contrario, todos esos miembros preclaros y destacados son premiados con obispados y cardenalatos, o con diferentes cargos de poder, que es lo que más les gusta.

  2. Los jesuítas han pasado de 36000 en 1965 a los 14.000 actuales, con una media de edad elevadísima. Van camino de la extinción en dos décadas, si siguen traicionando el carisma fundacional. Pero quieren morir matando, no sólo la Iglesia Católica sino hasta los niños en el seno materno con su apoyo a los programas y candidaturas abortistas. Van a la muerte porque son cultura de la muerte. Están muertos para el espíritu y transmiten mortandad. Hay que huir de ellos, salvo los buenos, muy pocos, poquísimos, que son unos mártires, perseguidos desde dentro y la cúspide de ¡Jesús qué compañía!

  3. La complicidad del P. Drinan con el aborto, encuentra (salvando las distancias) otro exponente en los silencios del también jesuita Francisco, que aunque dice estar contra el aborto, no se implica con dedicación a esta campaña.
    Es triste reconocerlo, pero en la Compañía de Jesús y en otras instituciones eclesiales, hay muchos apoyos a algunos tipos de aborto, y un ostracismo hacia los pocos sacerdotes pro vida.

  4. Lo vió claro hace décadas Ricardo de la Cierva en su libro «Jesuitas, oscura rebelión en la iglesia» El terror que hay en la jerarquía desde Pablo VI en dar buenos palos a los progresistas nos ha llevado a eso.

    1. No hay terror a dar palos a los progresistas, los papás postconciliares don modernistas y elevaron a tanto modernista a los puestos más altos. O es que íbamos a tener s Bergoglio de papá si no fuera por los amores de JP2?

      1. Yo creo que OSCAR tiene toda la razón. Hay que llamar a las cosas por su nombre. ¿Cuántos nombramientos como el de Bergoglio firmó Juan Pablo II? A Bergoglio le firmó 2, el de obispo y el de cardenal.

    2. Yo también pensaba escribir lo mismo, pero te has adelantado. Pero voy a agregar que en el libro «Las puertas del infierno», del mismo autor, habla con muchos más detalles sobre los jesuitas, ya que fue escrito en la década de los noventa.

    1. Si Satanás tuvo el atrev6de tentar al mismo Cristo, ! cuánto más fácil le será un sacerdote! Creo que rezamos poco por ellos, para que resistan en su soledad y tengan fortaleza.

  5. ¡Qué lastimosa historia de colaboración con el aborto y su injusticia, y cuánto se ha prolongado en el tiempo! Que el Señor ilumine a los miembros que aún quedan en la Compañía, para que sepan conducirla por las
    sendas queridas por San Ignacio

  6. Los jesuitas desde casi su fundación ha sido una orden extraña, muy elitista, soberbia, prepotente y muy ligada al poder. Muchas veces no se sabía si iban o venían, pero les gusta estar en los puestos de poder, controlar la enseñanza y todo el mundo científico, etc etc etc. Yo no sé si esa fue la idea que tuvo mi compatriota Iñigo de Loyola, pero sus seguidores la han practicado durante años. Luego me direis que ha habido buenos jesuitas, pues si pero su trayectoria como orden ha sido dominar el mundo del saber y estar en el podium.

    1. La orden, en principio, iba por los caminos de Dios, pero luego, a partir del siglo XVIII, comenzaron a tomar un camino diverso al de las enseñanzas de la Iglesia, ya que se ensoberbecieron mucho, se convirtieron en un grupo elitista, y creyeron ser los dueños de la enseñanza. Ricardo de la Cierva lo cuenta mejor que yo.
      Pero también he leído que en la Compañía se han infiltrado varios marranos que comenzaron a hacer muchísimo daño.

  7. Lo mejor que se ha escrito sobre la «secta» jesuítica se debe a Malachi Martin, con el sencillo pero revelador título: «Los Jesuitas: la Compañía de Jesús y la traición a la Iglesia Católica Apostólica Romana».

  8. El Padre Mankowski, el que denunció todo eso, murió repentinamente.
    repentinamente es la palabra utilizada en lugar de «posiblemente asesin@do».

    Esos jesuitas soberbios es muy posible que fueran seducidos por logias a cambio de poder. Poco a poco fueron enfangándose a través de amen@zas y sobornos hasta llegar a lo mas abyecto.

    Hay testimonios de víctimas utilizadas en ritos satánicos realizados por la CIA en experimentos de control mental. Algunos testigos hablan no solo de politicos americanos famosos sino de religiosos que estaban metidos en el asunto. Mc Carrick sin ir mas lejos practicaba misas sacrileg@s. Todo lo que parece conspiranoia es poca a lado de la realidad, que se desvelará cuando Cristo vuelva por segunda vez. Y ya queda poco.

    1. Ruego encarecidamente que se vean los videos del «Expediente Royuela» en youtube para ver como el estado profundo, una mafia crimin@l formada por las logias que controla los estados, va haciendo cómplices a politicos, jueces, médicos, periodistas etc.

  9. Pobre hombre murió con sólo 39 años, demasiado joven. Cuánto bien hubiera podido hacer y cuántos buenos libros hubiera podido escribir desentrañando los oscuros tejemanejes de sus compañeros jesuitas.

  10. Yo nunca entendi que los Jesuitas fueran prohibidos y desterrados en el siglo 19º de muchas naciones, como siempre considere, variando lo variable, que los templarios, salvo por intereses dinerarios de reyes y principes, fueran exterminados. Pro entiendo que ahora hay motivos para que esta orden religiosa, cuyo fundador, hoy, los mandaria a todos a la hoguera.

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