Presentan en Noruega a un Papá Noel homosexual

Anuncio noruego con Papa Noel presentado como homosexual.
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(Mauro Faverzani/CR)- No tiene vuelta de hoja, la ideología de género se ha erigido en sistema mundial y entra en nuestros hogares por cualquier grieta, con la pretensión de imponerse en todas partes. No hay rechazo político que valga: Zan ddl1 o no, para entrar por la ventana lo que salió por la puerta. A veces la misma política es cómplice, como ocurrió en Nueva Zelanda, donde, tras el visto bueno de la Comisión Especial Parlamentaria sobre la governance2 y la administración, está a punto de ser aprobado un proyecto de ley para que la indicación del sexo sea «neutra», o mejor dicho, para cancelar de hecho la indicación del sexo en los certificados de nacimiento o para permitir que se cambie reiteradamente, una vez que se haya alcanzado la mayoría de edad. Todo esto, como afirma la Comisión Especial, para hacer entender que «el género puede ser fluido«. Lo importante, cuando se cambia de sexo, es no pretender volver atrás, ya que tal elección podría parecer cisgénero, es decir, propia de aquellos para quienes la identidad y el sexo biológico coinciden, lo que representaría un giro absolutamente intolerable, políticamente muy incorrecto y, por lo tanto, contraproducente para la galaxia LGBT. La medida del gobierno neozelandés cultiva la ambiciosa ilusión, en cambio, de cambiar la realidad, sin ninguna esperanza, en la práctica, de tener éxito.

En la misma línea están las nuevas directrices adoptadas por el Comité Olímpico Internacional para permitir que los atletas transgender participen en las competiciones femeninas sin restricciones. Se han suprimido todas las normas sobre los niveles de hormonales por considerarlas «médicamente innecesarias«, por lo que la decisión no establece ninguna restricción, imponiendo una evidente discriminación respecto a las mujeres, que difícilmente podrán alcanzar el mismo rendimiento deportivo de sus colegas masculinos, sean trans o no. Pero el entusiasmo desmedido con el que los mass media y las organizaciones LGBT han acogido la medida elimina cualquier duda sobre la matriz ideológica de todo el asunto.

A propósito de los mass media¸ en los últimos días ha llegado a todos los hogares noruegos el impresentable y vergonzoso anuncio publicitario de Posten, el servicio postal nacional, que no encontró nada mejor para promocionar sus servicios que inventar un anuncio con un Papá Noel LGTB, ofreciéndose como regalo a su pareja, un apuesto cincuentón llamado Harry. El vídeo termina con un apasionado beso entre ambos, frente al árbol decorado. Inmediatamente hubo protestas en la web y en las redes sociales por el icono navideño ideologizado tan torpemente, que dejó a todos boquiabiertos, incluidos los niños. Pero en este mensaje se vio más y peor: en el imaginario colectivo de todos los rincones del planeta, toda y cualquier versión del tradicional «Papá Noel» se refiere en realidad a un personaje histórico, San Nicolás, que era Obispo, Obispo de Myra, para ser precisos hoy Demre, en Turquía. Fue considerado protector de los niños porque, según la tradición, encontró y devolvió la vida a tres niños que habían sido secuestrados y asesinados por un posadero. El mismo nombre Santa Claus Noel deriva de Sinterklaas, versión holandesa de San Nicolás. Entonces, imponer la etiqueta LGBT a una figura así, sabiendo perfectamente que la práctica homosexual está absolutamente prohibida por la Doctrina de la Iglesia, significa querer atacar directamente la fe católica y herir los sensibilidad de millones de fieles. Es una lastima que nadie lo haya dicho.

En este archipiélago de pésimas noticias, la única buena llega, una vez más, de Francia: la Corte de París absolvió a Jean-Pierre Maugendre, jefe de redacción de Renaissance catholique, de la acusación de incitación a la discriminación, presentada por la asociación «Stop a la homofobia«, por haber publicado en junio de 2019 un artículo contrario a las uniones LGBT firmado por los Cardenales Raymond Leo Burke y Janis Pujats, como también por los Arzobispos Tomash Peta, Jan Pawel y el Obispo Athanasius Schneider. El trecho acusado no era sino un comentario sobre el pronunciamiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que data del 3 de junio del 2003, sobre la enseñanza de la Iglesia Católica respecto al reconocimiento civil de las uniones homosexuales. En particular, en la mira de los activistas LGBT estaba el siguiente trecho: «Las autoridades no deben legalizar las uniones civiles entre las personas del mismo sexo, que imitan abiertamente el pacto nupcial, ya que, incluso si no se les llama matrimonio, fomenta en ellos un pecado grave y provoca entre los otros un escándalo grave«.

Según lo denunciado por la revista católica Famille Chrétienne, la Corte Parisiense aclaró que la enseñanza de la Iglesia no es ilegal -contrariamente a cuanto era considerado por los querellantes, que esperaban precisamente por esto una condena, que hiciera escuela- y, de hecho, precisó que es una tarea precipua de los Obispos y los Cardenales reiterar la Doctrina tradicional: esto no representa una instigación a nadie, forma parte de hecho de la libertad de palabra y expresión. Digan lo que quieran los querellantes. De ahí la absolución de Maugendre.

En resumen, la ideología de género hace estragos con todos los medios y de todas las formas, independientemente de si el sistema político la sigue o no. Pero el caso de Renaissance catholique muestra que el juego aún está abierto, siempre que haya personas dispuestas a luchar por sus propias ideas y sus propios ideales.

1 Proyecto de ley contra la transfobia y la homofobia aprobado hace un año en la Cámara de Diputados que fue rechazado en el Senado por 154 votos a favor de bloquear la ley y 131 contrarios.

2 La gobernanza es un modo de dirigir un país o entidad buscando el progreso económico, pero también el desarrollo social y el fortalecimiento de las instituciones.

Publicado por Mauro Faverzani en Correspondencia Romana.