El cardenal Müller juzga ‘pecado grave’ la negación de los sacramentos por la pandemia

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La reacción de algunos obispos y sacerdotes a la pandemia, cerrando iglesias y negando sacramentos a los fieles, constituye un “pecado grave”, ha dicho en una entrevista concedida al National Catholic Register el antiguo prefecto para la Doctrina de la Fe, cardenal Gerhard Müller.

Una pequeña minoría de diócesis en Alemania limita la asistencia a la Santa Misa a los vacunados o a quienes se han recuperado recientemente del covid, una decisión que, al igual que el cierre de algunas iglesias, fue para Müller una “prueba escandalosa de lo lejor que ha llegado la secularización y la descristianización del pensamiento, alcanzando incluso a los pastores del rebaño de Cristo”.

Para el antiguo prefecto, políticos, medios convencionales y grandes tecnológicas han “explotado despiadadamente” el virus para promover un “pensamiento totalitario” que ha llegado a dividir a las familias.

La Iglesia Católica y los gobiernos, opina el cardenal, deben “trabajar por la cohesión social” y evitar la retórica divisiva que etiqueta a algunos como “teóricos de la conspiración” o, peor, “pecadores contra la caridad”. Dice, asimismo, que los obispos y sacerdotes “no deben ofrecerse como cortesanos de los gobernantes de este mundo y convertirse en sus propagandistas”.

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Comentarios
18 comentarios en “El cardenal Müller juzga ‘pecado grave’ la negación de los sacramentos por la pandemia
  1. Negar los sacramentos fue pecado mortal. Una gravísima omisión. Privar almas del bautismo, que debe conferirse cuanto antes, fue una barbaridad. Impedirles que se confesaran era fomentar la permanencia en el pecado. Negar la unción de enfermos supone inducir a grave peligro a los moribundos. Suspender las misas es frenar un magnífico caudal de gracia, y así con los demás sacramentos.

    1. Que el Papa y muchos obispos suspendieran la celebración de los sacramentos, demostró la fe débil que tienen, y creo que fue algo inspirado por los d e m o n i o s.

      1. Totalmente de acuerdo.
        Fue una acción gravísima.
        No se cómo evolucionará la situación, pero yo, cuando finalizó el arresto domiciliario, dije a mis feligreses que, pasara lo que pasara, el templo no volvería a cerrarse, aunque ello me pusiera en una situación de desobediencia a mi obispo o a lo que determinase la Conferencia Episcopal

  2. V4cúnate, es por tu bien.
    Mira, ama a tu prójimo.
    Si cómo no.
    Los que no quieren porque están despiertos, son negacionistas, seres despreciables y egoístas.
    Si cómo no.
    Que el mundo se deje manipular por un pequeño grupo de controladores, es una cosa, pero que sean los sacerdotes,, aquellos que cuando consagran son otros Cristos, cuando confiesan , son otros Cristos, y ¿ no imitar a Cristo en su lucha contra el mal?
    ¿Porqué contra los psicópatas no son otros Cristos y se llenan de Santa ira para e frenar al mal que invade el mundo?
    Tienen que actuar como Cristos y ayudarnos.

  3. Estoy de acuerdo con el cardenal. San Damián iba con los leprosos y hoy sería un hereje contra el credo moderno. No nos olvidemos a quien seguimos: a Jesucristo, médico de los cuerpos y las almas.

    No obstante, el problema es grave y supone un desafío intelectual y moral más allá del propio COVID. La hegemonía del estado providencialista, que se ha dado por supuesta tanto en el ámbito eclesial como civil, implica la consumación del daño definitivo a las libertades concretas de los individuos y de las entidades de la sociedad civil. El liberalismo, por otra parte, ha quedado al descubierto. La Iglesia ha sido desposeída por él de toda potestad dentro de los estados nacionales. Más aún, ha entregado ese poder con sumo gusto. Además, las creencias cristianas ya no tienen más importancia que el credo instaurado por el Covid y la supuesta generosidad pro-vacunas. Hemos despertado (algunos se han dormido) para ver (o no ver) que llevamos más de 200 años en una tiranía.

  4. Gracias, cardenal Müller. Habríamos agradecido que estas palabras hubiesen sido dichas desde el primer momento, pero nunca es tarde si la dicha es buena.

    «Políticos, medios convencionales y grandes tecnológicas han “explotado despiadadamente” el virus para promover un “pensamiento totalitario” que ha llegado a dividir a las familias», que es lo que pretenden. Divide y vencerás. Esta división la he sufrido en mi propia familia, aunque esa sumisión al pensamiento totalitario, pensamiento único, que vengo repitiendo, ya se va resquebrajando en algunos casos, pero acentuando en otros.

    Muchas gracias cardenal Müller, Infovaticana y Carlos Esteban.

  5. EL CARDENAL SARAH CALIFICA LA INMIGRACIÓN ACTUAL COMO ESCLAVITUD, pero no se atreve a decir quien es el principal promotor de esa esclavitud, Bergoglio y su mono tema, ni lo critica, hasta lo califica de regalo del cielo para la Iglesia de nuestro tiempo. Eso se llama mentir. Y la mentira es un pecado, incluso grave cuando el tamaño de la mentira es enorme y el daño no menor. A estas alturas un buen cardenal no puede quedarse a mitad de camino. Quizás es que no es tan bueno como creíamos.

    La Nuova Bussola Quotidiana recoge la entrevista que le hace el periódico on line Boulevard Voltaire.

  6. Para muchos (no la mayoría de católicos, ya lo sé, pero una minoría no despreciable) fue la primera vez en sus vidas que faltaron a misa en días de precepto (y ¡qué días!, Pascua incluída). Y no por estar enfermas ni por una crisis de fe, sino porque la Iglesia se lo negó.
    Lo hemos vivido y aún no lo asimilo.
    (Y el gusto que le ha cogido mi párroco a las misas en stream! Las sigue retransmitiendo y mira a la cámara..)

  7. Me gustaría que los obispos españoles pidieran perdon por haber cerrado las iglesias y haber suprimido los sacramentos, aún teniendo permiso del gobierno.
    Que reconocieran que se dejaron llevar del pánico, despues de tantas olas como hemos sufrido, y que ahora se ha demostrado que hubieramos podido asistir a misa con libertad, con las debidas medidas, las mismas que fueron presentadas por el gobierno al principio, no he oido a ninguno que haya reconocido que se equivocaron.

  8. Pues presencié pecados de tal índole en varias parroquias de mi diócesis, en dos casos concretos, con dos sacerdotes que, olvidando su simbolismo sacramental (representan a Cristo Redentor) reaccionaron de forma iracunda, desagradable y nada caritativa ante fieles que, en su pleno derecho canónico, no deseaban comulgar con la mano, abusando de su condición clerical y negando la santa Comunión fuera de los supuestos tasados por el Magisterio eclesial.

  9. No voy a criticar a nadie porque eso sería hacerle el favor al enemigo (el de los cuernos, para que quede claro), pero dado que la Iglesia sin sacramentos no es nada, pido una reflexión profunda de la jerarquía y analicen si es mejor dejar la Iglesia sin sacramentos u oponerse a los que mandan y caer en la persecución.

  10. LOS OLIGARCAS DEBEN ESTAR REALMENTE ENOJADOS: CAMPAÑA DE DESPRESTIGIO CONTRA VIGANÒ

    Los medios de comunicación oligarcas italianos han iniciado una concertada campaña de desprestigio contra el arzobispo Carlo Maria Viganò, el disidente más importante del régimen de Francisco.

    La campaña fue iniciada por el padre Filippo di Giacomo, un colaboracionista de Repubblica.it. En la publicación del 24 de noviembre acusó a Viganò en un artículo que no presenta hechos de “escándalos financieros”, “amigos vergonzosos” y “expedientes anónimos”.

    Massimo Giannini, del sitio web LaStampa.it, calificó al heroico arzobispo de “canalla”. Tanto LaStampa.it como Repubblica.it son propiedad de la familia Agnelli (Fiat, Ferrari, Lancia, Alfa Romeo, Chrysler).

    1. ohn Elkann -el presidente de Exor, la compañía de inversiones de Agnelli- escribió el prólogo de La Cuarta Revolución Industrial de Klaus Schwab (Foro Económico Mundial), quien describe el “Gran Reinicio” con todo detalle.

      Bruno Vespa, un difamador condenado en múltiples ocasiones, dijo que “Dios puede perdonar” a Viganò por sus críticas [pertinentes] a las controvertidas “vacunas” Covid.

      Viganò dijo el 3 de diciembre en la página web LaCrunaDellAgo.net que se le etiqueta de “enemigo público” porque es típico de los regímenes deslegitimar a los críticos.

      Primero se ridiculiza a los disidentes, luego se les presenta como “patológicos” y finalmente se les encarcela en hospitales psiquiátricos.

      Viganò califica la campaña de desprestigio como una farsa en la que los sumos sacerdotes del Covid se rasgan las vestiduras, lamentando toda objeción a sus mentiras.

  11. El sacerdote nos ha dicho hoy que vayamos a las confesiones comunitarias: una en Pascua y otra en Adviento porque por la pandemia las privadas se han eliminado. ¿Por orden de quién?. Es decir que si tu matas a alguien en junio tienes que esperar a la confesión comunitaria de Adviento para que el sacerdote te perdone sin saber siquiera lo que has hecho. En Australia decían que iban a anular el secreto de confesión en los casos de pederastia, pero el cura de mi parroquia no tiene ningún secreto de confesión que contar porque no tiene ni idea de lo que cada uno de nosotros hemos hecho. Es un caso de la Iglesia adelantándose al mundo.

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