Alfonso Aguiló: «La escuela se desarrolló durante siglos gracias al impulso de instituciones religiosas»

Alfonso Aguiló Alfonso Aguiló
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Alfonso Aguiló Pastrana​ (Madrid, 1959) es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos (1983) y PADE del IESE (2008). Ha sido once años director del Colegio Tajamar y actualmente es Presidente de la Fundación Arenales y la Fundación Alborada, que han promovido un nuevo grupo de centros de enseñanza en España.

En 2007 fue nombrado presidente de la Asociación Madrileña de Empresas Privadas de Enseñanza (CECE MADRID), y en 2011 vicepresidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE). Fue nombrado presidente de CECE el 12 de mayo de 2015, por la Asamblea General, en sustitución de Antonio Rodríguez-Campra. Su mandato es de cinco años.

Es autor de varios libros como por ejemplo «Educar los sentimientos», «¿Es razonable ser creyente?», «Carácter y acierto en el vivir», «La llamada de Dios» o «Libertad y tolerancia en una sociedad plural».

Entrevista hecha por INFOVATICANA:

P-¿Cómo ve el futuro de los colegios concertados?

R-Creo que en España la enseñanza concertada tiene un gran arraigo y presta un servicio muy importante. Permite a dos millones de alumnos acceder a una enseñanza plural y de calidad, que para la mayoría de esas familias no sería asequible económicamente si no existieran los conciertos. Llevamos con esta fórmula bastante décadas y no
vislumbro cambios significativos. Por otro lado, la financiación pública de la enseñanza privada es una opción muy
habitual en todo el mundo al menos desde los años cincuenta, como uno de los mejores modos de hacer asequible a todos una enseñanza plural y diferente de la gestionada directamente por los poderes públicos. Se trata de una cuestión vital para impulsar la pluralidad y así reducir los riesgos de adoctrinamiento.

P- Y, ¿el futuro de los colegios de educación diferenciada?

R-Hay una jurisprudencia constitucional tan clara que espero que no se tarde en despejar su camino. Es una enseñanza minoritaria pero con una clara demanda, con buenos resultados académicos, de convivencia y de igualdad, que no puede ser discriminada.

P- ¿Peligra la asignatura de religión en la escuela?

R-Está claro que la LOMLOE perjudica el estatus de esa asignatura, y me parece un grave error. Más del 60% de las familias españolas solicitan expresamente cada año enseñanza de religión, y eso indica que esa asignatura atiende a una demanda muy clara, que no merece ser maltratada. Hay muy pocas realidades en nuestra sociedad
que elijan expresamente cada año más del 60% de la población.

P-¿Qué ha pasado para que se esté dando ahora tanta importancia a la educación de los sentimientos?

R-Pienso que la educación emocional es importante, porque los sentimientos están presentes en todas las acciones de todas las personas. Se pueden educar con mayor o menor fortuna, pero es indudable su relevancia. Incluso una educación más racional, o más basada en el sentido del deber, se plantea habitualmente apelando también a una
serie de elementos emocionales.

P-¿Qué peso tienen las emociones en la vida social y académica de los niños y adolescentes de hoy?

R-Pienso que mucho. Por ejemplo, en la motivación tienen un peso decisivo, y en la automotivación quizá todavía más. La capacidad para empatizar, para comprender al otro, para perdonar, para colaborar y hacer equipo, para centrar la atención, para tener estabilidad de ánimo, para mantener las decisiones y los compromisos, para discrepar, para resistir… en todo eso hay una componente emocional determinante, que necesita ser comprendida y educada.

P-¿Cómo valora la irrupción de la tecnología en los colegios?

R-Parece claro que la tecnología ha venido para quedarse. Que ha transformado nuestra sociedad y que ha transformado nuestras costumbres, nuestra forma de trabajar, de comunicarnos, de casi todo. Pienso que la escuela no puede quedar al margen de esa transformación. El tiempo irá diciendo qué estrategias resultan mejores y cuáles
aportan menos o incluso pueden ser un freno.

P-El Gobierno acaba de aprobar que los alumnos podrán graduarse sin tener todas las asignaturas aprobadas y no habrá exámenes de recuperación en la ESO, ¿Qué le parece?

R-En España hay un índice de suspensos y de repetición de curso significativamente superiores a la media de los países de nuestro entorno, y puede decirse que esa estrategia no está produciendo buenos frutos. En ese sentido, soy partidario de reducir la repetición de curso, pues hay amplia experiencia de que en la enseñanza obligatoria no es buena práctica sobrepasarse en el suspenso y la repetición. Pero el mensaje que se está trasladando desde muchos ámbitos, como si suspender ya no tuviera importancia, me parece un error de comunicación muy notable (sin duda merece un suspenso en comunicación).

P-¿Cree que se está enterrando en España la meritocracia y la cultura del esfuerzo?

R-En algunos ámbitos quizá sí, pero en el conjunto de nuestra sociedad creo que hay una clara conciencia de la importancia del esfuerzo personal. Es cierto que a veces se habla del mérito y el esfuerzo sin pensar lo suficiente en cómo ayudar a quienes provienen de ámbitos menos favorecidos, donde el esfuerzo tiene que ser muy superior para
alcanzar los mismos resultados. A su vez, el esfuerzo es la principal baza de quienes vienen de más abajo, y es una razón más para incentivarlo y para promover políticas públicas que impulsen la cultura del esfuerzo y que, al tiempo, ayuden más a quienes lo necesitan más.

P-¿Qué papel deben jugar los colegios católicos en la sociedad actual?

R-Creo que la educación católica ha jugado y juega un papel decisivo en la sociedad de nuestro país. La escuela, tal como hoy la conocemos, se desarrolló durante siglos sobre todo gracias al impulso de instituciones religiosas y al liderazgo de figuras reconocidas por la Iglesia como santos, que contribuyeron con aportaciones muy importantes.
Además, la mayor parte de los valores que inspiran nuestra cultura tienen una raíz cristiana, aunque muchas veces ese origen sea poco conocido. En nuestro momento actual, creo que es muy importante desarrollar la identidad de toda la educación católica, para que sirva cada vez mejor a esa gran misión de servicio a toda la sociedad
que jalona nuestra historia.

P-Cataluña planea que las guarderías enseñen educación sexual, ¿Cómo evitar el adoctrinamiento de los hijos y más en edades tan tempranas?

R-No conozco ese caso concreto de que me habla. De modo general, pienso que las escuelas deben colaborar con la familia en la educación sexual de los hijos de modo prudente y respetuoso, sin recurrir a prácticas que puedan considerarse invasivas o adoctrinadoras, y que debe hacerse conforme a un proyecto de centro que debe ser
bien conocido por las familias, que a su vez deben poder elegir libremente ese centro.

P-¿Ve necesario implementar medidas como el “Pin Parental” para evitar estos abusos?

R-El pin parental es una posible forma de luchar contra prácticas adoctrinadoras, pero de modo general me parecen más efectivas otras soluciones. Creo que si hay adoctrinamiento debe denunciarse públicamente y poner remedio para proteger a todos, y para eso debe exigirse que la programación de las actividades no curriculares sea pública y así se facilite a las familias un control razonable sobre ellas para que no se cometan abusos.

P-Usted preside la CECE, ¿Cuáles son las principales líneas de actuación de la Confederación?

R-Las que hemos tenido desde que nació CECE, allá por los años de la transición. Trabajar para que la enseñanza sea de más calidad, más plural y más asequible a todos. No debe faltar ninguno de esos tres elementos. Si la enseñanza tiene calidad pero no es plural, acabará siendo adoctrinadora. Si tiene calidad y es plural, pero no es asequible
a todos, dejará fuera del ascensor social a mucha gente. Y si es plural y asequible a todos, pero no tiene calidad, también será un fracaso global.

P-Por otro lado, la Fundación Arenales no para de crecer y cada vez cuenta con más colegios, ¿le preocupa el invierno demográfico o cree que siempre habrá suficiente demanda de estos colegios?

R-Pienso que la misión de una red de escuelas no debe girar en torno a su propio crecimiento, sino centrarse en prestar un buen servicio a los alumnos y familias. Si las escuelas lo hacemos bien y las familias demandan esa educación, crecerán esas escuelas; si no resulta atractiva para las familias, irán a menos. Es evidente que la
natalidad está disminuyendo y el tamaño global del sistema educativo disminuirá también. Las políticas públicas tienen que atender a la demanda social para que el sistema educativo responda a esa demanda con escuelas de calidad, plurales y asequibles a todos. En Arenales, como tantas otras instituciones, queremos prestar un
buen servicio a las familias y estoy seguro de que si lo hacemos así tendremos siempre demanda.

P-¿Qué opinión le merece la actual ministra de educación, Pilar Alegría?

R-He tenido con ella varios encuentros siempre cordiales. Parece que tiene un deseo claro de alcanzar acuerdos, pero tiene también unos socios de gobierno que parecen empujar hacia opciones bastante extremas. El tiempo dirá sobre su capacidad de no ser colonizada por lo más extremo de sus aliados.

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Comentarios
4 comentarios en “Alfonso Aguiló: «La escuela se desarrolló durante siglos gracias al impulso de instituciones religiosas»
  1. cierto… la gran labor de la Iglesia ha sido educativa y a ella debiera regresar como las Escuelas Pias, los claretianos, los jesuitas y los operarios diocesanos del Beato catalá Domingo i Sol a los que debo tanto pues fueron mis educadores en el seminario de Segovia. Labor improba la de domar
    potros pero algo quedó no renuncio a la fe de Cristo

  2. Alfonso Aguiló es de lo poco presentable que tiene actualmente el Opus Dei a la deriva. Me imagino que estará sufriendo muchísimo con esa deriva tan desgraciadamente patente, aunque mejor que oculta, y no poder hablar de ella ni de la crisis de la Iglesia, acentuada con Bergoglio, pues el prelado, con Fazio, ha impuesto la ley mordaza, por lo que tantos se han marchado con o sin portazo.

  3. La Iglesia fue la única institución que se preocupó de la formación cultural de la gente durante siglos. A ningún rey ni gobernante le importaba lo más mínimo que el pueblo supiese leer y escribir Fue a partir del siglo XIX que muchos estados ven en la educación una potentísima arma ideológica con fines políticos, claro. Una vía en donde adoctrinar a todos los ciudadanos y súbditos, haciéndola gratuita y OBLIGATORIA. Esa obligatoriedad encierra el por qué de la preocupación del Estado por la educación. Pero la Iglesia fue la única que mantuvo en funcionamiento orfanatos, hospitales, manicomios y asilos de ancianos a lo largo de sus más de veinte siglos de existencia. Cuando el Estado comenzó a emular a la Iglesia, a finales del XIX, los resultados solían ser una caricatura, porque dejaban el cuidado de los desvalidos en manos de FUNCIONARIOS y eso, créanme, no tiene nada que ver con ser tratado por alguien con una motivación cristiana de fondo.

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