Tragedia en Montealto: el ejemplo de una madre desgarrada

Montealto atropello
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Una terrible tragedia golpeó ayer por la tarde al Colegio de Fomento Montealto, situado en Mirasierra, al norte de Madrid. Una madre que conducía, al ir a recoger a sus hijos a eso de las cinco y media de la tarde, se equivocó de pedal al intentar dar marcha atrás, y aceleró su vehículo atropellando a tres niñas.

El resultado fue la muerte de una de ellas, de seis años; las otras dos, de 10 y 12 años, fueron trasladadas al hospital en estado grave. Los equipos de emergencias no pudieron hacer nada por la vida de la pequeña.

Pero si es impactante este terrible accidente, no lo es menos el ejemplo de la madre de la niña fallecida, el cual este medio ha podido corroborar. Cuando su hija agonizaba en el suelo, tuvo tiempo de abrazarla ―cómo debió ser ese abrazo― y despedirse de ella. Pero lo siguiente que hizo fue dar otro abrazo, esta vez a la pobre mujer que, por un error del que probablemente no se olvidará jamás, había atropellado a su hija.

Al que sea padre, un testimonio así es difícil que no le haga estremecerse, admirarse, no le impulse a observar atónito a una madre que, con su hija muriendo, se acuerda del sufrimiento ajeno; y no de uno cualquiera, el de la persona que, involuntariamente, se ha convertido en verdugo de su propia hija.

También es difícil imaginar ―a lo mejor me equivoco, no creo― que la fe en el Dios de la misericordia no esté presente en la vida de esa pobre madre que da el abrazo a la mujer que acaba de atropellar a su hija; que no sea la creencia en el más allá la que le mueva a obrar de ese modo.

“Me uno al sufrimiento de las familias golpeadas por el accidente en el colegio Montealto, con una oración por todas ellas y muy especialmente por la que ha perdido a una hija. Traslado mi afecto a toda la comunidad educativa”, escribía el arzobispo de Madrid en Twitter. Nosotros también nos unimos al sufrimiento, pedimos una oración por esas niñas, por sus familias y, cómo no, por la mujer que tuvo la desdicha de equivocarse en el peor momento.

La directora del colegio, Araceli Barea, ha emitido el siguiente comunicado:

“Estamos muy tristes por el trágico accidente que sucedió ayer por la tarde a la salida del colegio. Compartimos el inmenso dolor de los padres de María. Con la serenidad que nos da la fe, todas las familias de Montealto los acompañamos con nuestra oración y cariño. Rezamos también por la recuperación de nuestras dos alumnas. Impresiona ver como todo Montealto, familias, profesores, alumnos y alumni, se están volcando con las familias afectadas. Hoy más que nunca Montealto es una familia de familias”.

Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in pace.

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Comentarios
12 comentarios en “Tragedia en Montealto: el ejemplo de una madre desgarrada
  1. Impresionante testimonio, solo Fe y la gracia de Dios pueden hacer estos milagros de amor junto con una grandeza interior de esa madre que seguro será bendecida por Dios por su heroica acción.

  2. Hay que tener mucho valor, mucha fe, mucha presencia de Dios, para hacer todo eso. Dios la bendiga, y acoja en su seno a su pobre angelita. Que Dios reconforte a la autora del atropello, se apiade de su alma.

  3. Allá cada mucho tiempo, se ve esta maravilla del amor a sus semejantes., como fue el Evangelio de hace pocos días.
    La madre tiene el corazón destrozado y aún así consuela a otra, y qué otra,, la causante del dolor. Es la perfección del Amor.
    Que Dios las ayude y que la niñita esté recibiendo la bienvenida a su casa en el cielo.

  4. No sé si me afectó más la muerte de esta pequeña y sus padres o el pensar en la madre que por accidente ha ocasionado su muerte.
    Me parece que el ser creyente ayuda en estos infortunios. Me he adherido al rosario, sin apuntarme, de Instagram por esas intenciones: las niñas, los padres y la conductora.
    Gracias por este artículo.

  5. Bellísimo comportamiento de la madre conductora del coche.

    Más aún, puede que el accidente no se debiera a un error de la conductora al introducir la marcha atrás y menos aún a que se equivocara de pedal. Hace pocos meses un íntimo amigo mío, experimentado conductor y en pleno uso de sus facultades mentales experimentó que su coche (de alta gama y marca alemana) se aceleraba bruscamente. Se estrelló contra unos coches aparcados causando grandes destrozos pero no hubo daños personales. En un taller oficial de la marca del coche le dijeron extraoficialmente que ese comportamiento había ocurrido otras veces en ese modelo y que se debía probablemente a un fallo del sistema electrónico del vehículo.

    1. Pon este testimonio en redes, A la pobre mujer la están llamando de todo. Yo, es que no conduzco ni sé, pero los fallos técnicos existen.

  6. Que el Señor acoja en su seno a esa niña y reconforte a esas cuatro familias.
    Los cristianos sabemos que Dios tiene contados hasta el último de nuestros cabellos y que aunque a veces no lo entendamos humanamente,» todo obra para bien de los que aman al Señor».
    Jesús,en Tí confío.

  7. Ahora no es momento de criticas al Opus Dei, sino de agradecer que la formación de siempre han dado, aproveche a las almas para afrontar la cruz. Con dolor, si, pero con señorío de ser hijos de Dios. Mis hijas han ido siempre a Montealto, hasta el año pasado y el ejemplo que han recibido hoy supera con creces cualquier otra circunstancia, y aunque yo en estos momentos no comparta algunas cosas , lo cierto es que agradezco la formación que siempre he recibido de la Obra. Si no fuese por esa formación que desde muy joven me ofreció el Opus Dei , ahora no sería quien soy, ni tendría criterio para saber discernir. Es de bien nacidos ser agradecidos.

  8. Oremos por el alma de la niña y para que sus padres encuentren consuelo en el Señor, así como también por la mujer que provocó sin querer el fatal accidente, que tampoco lo debe de estar pasando muy bien.

    Requiem aeternam dona ei, Domine.
    Et lux perpetua luceat ei.
    Requiescat pace.

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