Un día como hoy, 21 de octubre, de 1032, fue elegido sumo pontífice Benedicto IX , considerado uno de lo peores pontífices de la historia de la Iglesia y que, curiosamente, lo fue por partida triple, siendo el Sucesor de san Pedro número 145, 147 y 150. Sabemos que la respuesta al titular de este artículo es, desgraciadamente, difícil; sin embargo, Benedicto IX tiene opciones de estar, al menos, en el podio.
Teofilacto, que así se llamaba, nació en Roma en el año 1012. Era sobrino de sus dos predecesores inmediatos, Juan XIX y Benedicto VIII; sin embargo, su carácter era harto diferente al de ellos, ya que está considerado uno de los peores pontífices que han sucedido a san Pedro.
Considerando al papado como una herencia de familia, su padre, el conde Alberico III, le colocó en dicho puesto -mediante el soborno- siendo aún muy joven; aunque algunos autores hablan de que en el momento de convertirse en Sucesor de Pedro tenía doce años, lo más probable es que fueran veinte, que no está mal.
El primer período o pontificado fue desde el 1032 al 1044. De su pontificado nos han llegado pocos datos: organizó dos o tres sínodos y concedió privilegios a varias iglesias y monasterios. Insistió, por ejemplo, en que Bratislao, duque de Bohemia fundara un monasterio por haberse llevado de Polonia el cuerpo de San Adalberto.
En 1037 viajó para encontrarse con el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Conrado II y excomulgó a Heriberto, arzobispo de Milán, con quien Conrado II tenía una antigua enemistad. La muerte del emperador Conrado II había privado al Benedicto IX de su principal apoyo. Finalmente un capitán romano, Gerardo di Sasso, expulsó al papa Benedicto IX de Roma, y puso en su lugar a Giovanni dei Crescenzi Ottavianil, obispo de Sabinia, elevado a Papa como Silvestre III en el año 1045.
El segundo pontificado fue breve, de abril a mayo del 1045. Benedicto IX expulsó a la fuerza a Silvestre III, quien no llegó ni a tres meses al frente de la Iglesia, y fue reelegido el 10 de abril de 1045, pero en mayo renunció tras vender por una cuantiosa suma, con el propósito de casarse, su cargo pontificio al arcipreste Juan de Graciano, futuro papa Gregorio VI. Después, Benedicto IX abandonó Roma.
Tan sólo un año después, en 1046, Benedicto quiso derrocar a Gregorio VI, pero el rey alemán Enrique III viajó hasta allí y organizó el concilio de Sutri, que finalmente elegiría al obispo alemán Suidger como Papa de la Iglesia, con el nombre de Clemente II, y se negó la legitimación a Benedicto, a Gregorio y a Silvestre, quien no había renunciado explícitamente.
El tercer período fue de noviembre de 1047 a julio de 1048. Benedicto no cejó en su empeño por recuperar el papado y volvió a atacar Roma cuando falleció Clemente II lejos de la Ciudad Eterna. Benedicto fue aceptado por el clero y el pueblo para evitar tumultos y derramamientos de sangre y fue elegido por tercera vez el 8 de noviembre de 1047.
Finalmente, Benedicto fue expulsado definitivamente el 17 de julio de 1048, después de ocho meses, eligiendo, de nuevo el emperador Enrique III a otro Papa: Dámaso II, quien sólo duraría 23 días debido a una muerte repentina. A éste le sucedería, también por designación imperial León IX, un Pontífice que alcanzaría la santidad.
Algunos autores sostienen que Benedicto IX murió siendo monje de San Basilio en Grottaferrata, arrepentido de sus no pocos pecados.
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— El Reino de los Cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando brotó la hierba y echó espiga, entonces apareció también la cizaña. Los siervos del amo de la casa fueron a decirle: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?» Él les dijo: «Algún enemigo lo habrá hecho». Le respondieron los siervos: «¿Quieres que vayamos a arrancarla?» Pero él les respondió: «No, no vaya a ser que, al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad que crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega les diré a los segadores: “Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, en cambio, almacenadlo en mi granero”».
Benedicto IX era pecador, muy pecador. Pero no hereje, y la Iglesia siguió siendo Iglesia católica. No se sabe el que propagase errores, sino que ejerció de Papa, a pesar de sus muchos pecados, que superan a lo que se cita en el artículo.
El peor papa es el que no ejerce de tal.
Muy cierti
Entonces ese que no ejerce de tal no puede ser Papa, sino antip@p@.
Un supuesto papa va contra las enseñanzas de Cristo no puede ser papa. Si la iglesia continua siendo católica, por fuerza, en un concilio posterior – o el mismo Cristo si vuelve antes – debe desenmascarar a ese fals0 profeta. Eso es tan seguro como 2+2=4
Pero los católicos no deberíamos necesitar que que un concilio o Cristo mismo nos recuerde que 2+2=4
Se entiende que un papa que no ejerce de papa VA EN CONTRA DE las enseñanzas de Cristo, especificas para Pedro: «apacienta mis ovejas»
Por si no estaba claro
XRada: «El peor papa es el que no ejerce de tal.» No sólo no ejerce sino que impide de hecho ejercer a otro idóneo.
Completamente de acuerdo contigo, Gaston. Muchas gracias por tu apreciación.
Joseph Ratzinger, cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 30 de septiembre de 1988:
«El Papa no es en ningún caso un monarca absoluto, cuya voluntad tenga valor de ley. Él es la voz de la Tradición; y sólo a partir de ella se funda su autoridad.»
Su Santidad Benedicto IX, no atacó la doctrina, por lo que sólo tiene en su haber debilidades humanas de las que pidió perdón en su vida monacal. En cambio el caso del Papa Francisco es al revés, de su bonhomía no dudo, pero está propagando errores teológicos, lo que lo hace más dañino que Benedicto IX, por lo que lo supera en el podio de los peores papas.
Pienso lo mismo
Se recuerda también a Juan VIII el cual era un lujurioso empedernido, hasta tal punto que fue asesinado por el marido de una de sus amantes que los sorprendió en pleno acto amoroso. Parece ser que fue «elegido» con 18 años y claro……..De igual manera se menciona el periodo conocido como la «Pornocracia», porno significa prostituta, en el cual eran las meretrices o amantes de los pontífices las que «elegían» a los candidatos y se daba la circunstancia que dichas meretrices pertenecían a una misma familia y se iban pasando el título de madres a hijas y nietas. En cualquier caso, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra, pero creo que en ninguno de estos casos se puso en cuestión la Fe de estos mencionados pontífices, cosa que actualmente es plenamente y diariamente cuestionada
Rectifico, tal y como bien dice el comentarista posterior se trata de Juan XII el Papa Fornicario y no Juan VIII como he citado.
Los historiadores más serios de los últimos años no aceptan lo que un historiador protestante llamó «pornocracia». Las fuentes seguras dicen otra cosa. Eso del dominio de las rameras es pura calumnia. Todo proviene de la influencia, esa sí verdadera, de Marozia en la vida de la Iglesia. De allí también surgió la leyenda de la papisa Juana, con un largo etcétera.
Se puede hablar ¿¡de bonhomía!? de alguien que dice de un cardenal que está enfermo: “un negacionista que, pobre, estuvo ingresado con el virus”. A mí me parece maldad sin matiz, lógica en quien tiene una lengua hendida en dos partes.
Siento lo mismo. Ese comentario fue pura maldad
Para decirte Sacerdote, estás muy oxidado en historia De la Iglesia. Habrás cursado satisfactoriamente esa materia?
Pues ¿qué quiere que le diga?, en comparación con las bestialidades licenciosas y criminales de Juan XII y el desastre eclesial del actual pontificado, lo de Benedicto nono me parece, como mucho, de tercer puesto en el podium.
Este papa, que no es santo de mi devoción, habrá cometido pecado de omisión al no corregir a pastores y sacerdotes en ciertos aspectos de la doctrina católica. Pero lo que se dice Hereje, creo que no.
Julio IV.
Usted cree que no.
Yo creo que sí.
Es lo que tienen las creencias.
Un Papa confirma en la Fé católica, y Francisco-Bergoglio tiene la Gran Falta de la separación del Cuerpo Místico, porque aprobó la comunión y absolución de los adúlteros no penitentes en Amoris laetitia y el rescripto de 5 de junio del 2017, lo confirmó en sendas cartas enviadas a Buenos Aires y Lisboa, no contestó a las Dubia, no impidió la implementación en Roma, Malta, Sicilia, Piamonte, Valle de Aosta, Lisboa, Fátima, Braga, Bélgica, Alemania, no ha contestado a más de 10 correcciones fraternas, y asoció Amoris laetitia al Año de San José de este 2021. Los otros Papas malotes eran licenciosos, simoníacos, vengativos, corruptos, uno era loco (el juicio del Papa fallecido), pero no metieron las manitas en el Tesoro de la Fé Católica y la rebajaron hasta el punto de hacerla irreconocible. Y otro colaborador es el silencio inicuo de los colegios cardenalicio y episcopal.
Hay un factor a tener en cuenta. a mi modo de ver, a la hora de hacer una valoración de estos pontificados y es que la mayoría de los cristianos ni se enteraban. Si acaso sabrían que el Papa se llamaba Juan o Gregorio y poco más. Con lo cual es de suponer que los malos pontífices no hacían tantísimo daño como sucede hoy que nos enteramos en tiempo real de todo lo que dice y hace Francisco.
¡Exactamente!
A lo largo de mi vida he conocido cinco papas. El peor, en cuanto sus acciones ocasionaron la descristianización de Europa fue, sin lugar a dudas, ss Pablo VI. Su persecución al rito bimilenario de la Misa se prolongó más allá de su muerte, mitigándolo ss Benedicto XVI y volviéndolo a prohibir ss Francisco. Durante su pontificado, el comunismo infiltrado bajo el nombre de «teología de la liberación», campó `por sus respetos en toda la cristiandad, mientras cualquier resto de resistencia tradicional recibía el peso de la disciplina. El modernismo alcanzó el mayor grado de poder en la Iglesia en toda su historia y sus consecuencias no se hicieron esperar: descristianización de Europa, templos vacíos, seminarios vacíos e iglesias vacías. El daño que hizo ese hombre a la Iglesia fue enorme. El mejor papa de mi vida fue ss Juan Pablo II, su lucha y victoria contra el comunismo fue algo épico. Pero cometió errores terribles fruto de su adhesión al CVII.
En costumbres morales, no, pero en doctrina herética, desde luego.