Al final del juicio, que se inició el pasado 14 de octubre, el Tribunal Vaticano consideró insuficientes las pruebas presentadas por la parte denunciante por el delito de violencia carnal atribuidas al Padre Gabriele Martinelli, de 29 años, antiguo alumno del Preseminario Pío X, dirigido en el Vaticano por la Ópera Don Folci de la diócesis de Como. El ex rector Padre Enrico Radice, de 71 años, también fue absuelto del cargo de complicidad.
(Alessandro Di Bussolo/Vatican News)- El Tribunal del Vaticano ha absuelto hoy al Padre Gabriele Martinelli, de 29 años, antiguo alumno del Preseminario San Pío X, de la acusación de violencia carnal y actos libidinosos contra un compañero, siete meses más joven que él, cuando ambos eran menores. El ex rector del Preseminario, que estuvo en el Vaticano hasta septiembre de 2021, el Padre Enrico Radice, de 71 años, acusado de complicidad, también fue absuelto. Ambos sacerdotes están incardinados en la diócesis de Como, que gestiona el instituto a través de la Ópera Don Folci. Otros delitos fueron declarados no punibles y otros prescribieron.
La sentencia tras casi un año de juicio
Esta es la parte principal de la sentencia pronunciada a las 12.45 horas, en la sala polivalente del complejo de los Museos Vaticanos, por el presidente del Tribunal Vaticano, Giuseppe Pignatone, para el juicio por los presuntos abusos que se llevaron a cabo, según la acusación, en el Preseminario San Pío X entre 2007 y 2012, por parte de Martinelli, alumno menor de edad hasta agosto de 2010, contra L.G., un compañero 7 meses menor.
Para el Padre Martinelli la absolución y la prescripción
En concreto, el Tribunal consideró que el Padre Martinelli no era punible por los hechos que se le imputaban hasta el 9 de agosto de 2008, ya que era menor de 16 años. Le absolvió de los delitos por el periodo posterior por falta de pruebas y declaró extinguida la acción penal por prescripción del delito de corrupción de menores, por el periodo comprendido entre el 9 de agosto de 2008 y el 19 de marzo de 2009.
La posición del ex rector Padre Radice
El delito de complicidad ha prescrito en el caso de la carta enviada al entonces Obispo de Como, Monseñor Coletti, en la que le pedía que cerrara el caso porque las acusaciones eran infundadas. El ex rector también fue absuelto de la acusación de haber escrito una segunda carta aparentemente firmada por el Obispo de Como porque el hecho no existe. Finalmente, declarado no punible por las declaraciones realizadas al Promotor de Justicia el 6 de septiembre de 2018.
El Comunicado del Tribunal tras la sentencia
En el comunicado emitido tras el veredicto, los jueces vaticanos subrayan que la acusación se basa «principalmente en las declaraciones del ofendido», L.G., que incluso en el juicio confirmó las acusaciones de haber sufrido varios abusos sexuales, entre 2006 y 2012. La documentación adquirida durante el juicio, escribieron los jueces, permitió una ‘valoración más completa’ de las relaciones entre el Padre Martinelli y la presunta víctima, ‘su evolución en el tiempo y la fiabilidad de las declaraciones’ realizadas por las partes.
No hay pruebas de que la presunta víctima fuera coaccionada
El Tribunal estableció que las «relaciones sexuales, de diversa índole e intensidad» entre el acusado y la persona perjudicada, que supuestamente duraron más de cinco años, eran «constatadas» y ciertas. Pero no hay pruebas «que demuestren que la víctima fue obligada a mantener esas relaciones por el acusado, con la violencia o las amenazas impugnadas». Los jueces también añaden que «la imposibilidad de considerar probada la coacción de la víctima más allá de toda duda razonable, deriva de algunas contradicciones e ilógicas significativas en las declaraciones realizadas en varias ocasiones por la víctima». Las dudas surgen también del contenido de los mensajes telefónicos intercambiados con Martinelli y del hecho de que «muchos de los testigos presentes en las mismas habitaciones donde, de vez en cuando, tuvo lugar la relación sexual han declarado repetidamente que nunca habían visto ni oído nada».
Peticiones de la Fiscalía: 6 años para Martinelli, 4 años para Radice
El representante de la fiscalía, el promotor de justicia Roberto Zannotti, había pedido una condena de seis años para el Padre Martinelli, por el delito de violación con agravantes y actos de lujuria con agravantes, y de cuatro años para el Padre Radice, por complicidad. En sus alegatos finales, los abogados de los dos acusados y de Opera Don Folci, instituto de la diócesis de Como encargado de la gestión del Preseminario y demandado por responsabilidad civil por la víctima, refutaron todas las acusaciones.
Para la defensa, ninguna prueba creíble del crimen
Para la defensa, en el juicio, que duró casi un año y trece audiencias, no surgió ninguna prueba creíble del delito. La abogada de Martinelli, Rita Claudia Baffioni, había solicitado la absolución por motivos de inadmisibilidad, mientras que la abogada de Radice, Agnese Camilli Carissimi, pidió la absolución total, al igual que la abogada de la Opera don Folci, Emanuela Bellardini.
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Ya es irrelevante la absolución, la acusación les acompañará toda su vida.
Como le ha contestado ya Telémaco más abajo, el Tribunal estableció que las «relaciones sexuales […] eran «constatadas» y ciertas. Mejor que tal recuerdo les acompañe toda la vida: a ellos, para que se arrepientan; y a los demás, para que se anden con ojo por si no lo hacen (arrepentirse).
Lo absurdo y ridículo es que se haya llegado a este juicio por unos hechos que comenzaron con dos chicos de 14 y 13 años que se llevaban 7 meses de diferencia en edad. Hechos que continuaron varios años más. Si no fuera porque el mayor de ellos llegó a sacerdote y lo es, nadie daría la mínima importancia a esos hechos.
Con independencia del resultado del mismo, ¿cómo va a ser ridículo un juicio si han presentado una denuncia? Además, usted da una clave importante: uno de ellos es sacerdote. Si le parece poco importante…
Es sacerdote ahora, no entonces, que era un adolescente de 14 años cuando comenzó todo.
Era un adolescente de 14 años y otro de 13 años. No merecía atención ni jurídica. Calro que personas como tu dirán que lo deberían haber hecha del sacerdocio y quemado en la plaza publica.
«El Tribunal estableció que las «relaciones sexuales, de diversa índole e intensidad» entre el acusado y la persona perjudicada, que supuestamente duraron más de cinco años, eran «constatadas» y ciertas. Pero no hay pruebas «que demuestren que la víctima fue obligada a mantener esas relaciones por el acusado, con la violencia o las amenazas impugnadas». Los jueces también añaden que «la imposibilidad de considerar probada la coacción de la víctima más allá de toda duda razonable, deriva de algunas contradicciones e ilógicas significativas en las declaraciones realizadas en varias ocasiones por la víctima».
Absolución para el acusado y el acusador queda como un maricón de tomo y lomo, sobre todo de «tomo».
Me gustar´ía conocer en qué consistieron esas «contradicciones e ilógicas significativas», porque si verdaderamente las contradicciones en el relato de la presunta víctima son de bulto, estaríamos ante una falsa acusación de violación,
Lo que queda meridianamente claro es que el acusado, acutalmente sacerdote en ejercicio, es un homosexual activo y alguna medida de prevención habrá que tomar con ese individuo.
Cómo sabe usted que es un homosexual activo? Son cosas que ocurrieron cuando ambos eran adolescentes, hace muchos años.
Una cosa es que tenga la tendencia y otra que ya la haya puesto en práctica. Quien hace un cesto hace ciento. ¿Cree que fue esa vez y ya? El que prueba una vez… (y la prueba es que no fue sólo una vez: duró años).
Precisamente esos comportamientos homosexuales, incluso entre heterosexuales, en la adolescencia, no presuponen necesariamente que el sujeto vaya a practicar la homosexualidad siendo adulto. Como nos enseña San Francisco de Sales, debemos suponer en el prójimo las mejores intenciones en principio, ver aquello que le favorece, que le disculpa.
Dado que con los estudios y el conocimiento de la moral católica, sus confesores y la dirección espiritual, no teniendo conocimiento de nuevos episodios en esa persona, yo no tengo por qué dudar de su recta moralidad y sana doctrina. Para mí es un sacerdote y punto. El que piense lo contrario lo tendrá que demostrar. In dubio pro reo.
Simplicio, tiene usted razón en señalar la posibilidad de que ya no sea activo, pero como muy bien recuerda CATOLICVS, esa «actividad» duró varios años y la fuerza de los hábitos puede ser mucho mayor queel deseo de vivir una vida virtuosa.
Perdón, escribí mal el nombre: CATHOLICVS
Que alguien de 14 años pueda tener relaciones sexuales homosexuales no lo hace homosexual. Es muy factible que viva en castidad sin problema alguno su ministerio actual y el hecho es que después de cosa tan publica nadie más lo acusó de nada. Eso es significativo .
«El Tribunal estableció que las «relaciones sexuales, de diversa índole e intensidad» entre el acusado y la persona perjudicada, que supuestamente duraron más de cinco años, eran «constatadas» y ciertas.
Ese hombre no debió haber recibido las Sagradas Órdenes al sacerdocio.
Por el mero hecho que sólo deben ser ordenados varones con tendencias heterosexuales.
Lo que hizo Dios se lo perdona mediante el sacramento del perdón, si hay verdadero arrepentimiento que seguro que si y además ha sido declarado inocente, así que nada que se le pueda objetar.
Los actos sexuales de la adolescencia no son motivo para decidir si se ordena o no. Si durante su seminario mayor muestra madurez afectiva y psicológica nada impide su ordenación. El enfermo es el de la falsa acusación por venenoso y deseoso de dañar y pedir plata porque hace reclamos civiles para pedir plata.
¿Falsa acusacióm?
Caballero, léase mejor la noticia, por favor.
Si algo ha quedado meridianamente claro es la mariconería que ese inidividuo ejerció en el Seminario con su acusador. Si lo han absuelto es porque no ha quedado claramente demostrado que la víctima lo fuese realmente, es decir, que queda una duda razonable de que rl presunto abusado fuese consentidor.