El pasado fin de semana, el obispo de Lexington, John Stowe, ordenó al diácono que anunciara que el pastor y el vicario no están vacunados, que los fieles podrían optar por no asistir a sus Misas y que ambos sacerdotes tenían prohibido visitar a los enfermos y a los agonizantes.
Qué mal pueda hacer persona alguna -no digamos un sacerdote que trae los últimos sacramentos- a un agonizante es materia que nos intriga, pero no es la única en la actitud autoritaria que el episcopado norteamericano en general está adoptando en este asunto de las vacunas, donde se ha pasado de debatir si era lícito recurrir a un remedio en cuya elaboración se habían empleado células de fetos abortados a determinar que no es lícito abstenerse de la vacuna.
La de Lexington es una de las diócesis que ha ordenado vacunarse a todos los empleados del obispado, pero en absoluto la única. El obispo Stowe lo justificó el mes pasado en una nota en la que afirmaba que “el sistema de salud está al borde del colapso por una crisis causada principalmente por personas que se niegan a protegerse a sí mismas y a los demás al vacunarse. Esto es inaceptable, y nuestra diócesis ahora se une a los empleadores que ya han hecho de este compromiso básico con el bien común un requisito». ¿Qué dirá el obispo cuando lea noticia de, digamos, Israel, con la abrumadora mayoría de la población vacunada y los hospitales colapsados por enfermos doblemente inoculados?
This past weekend, @BpStowe of Lexington made the cathedral’s deacon announce that the pastor & vicar aren’t vaccinated, that people may choose to not attend their Masses, & that these two priests are not allowed to visit the sick, the homebound, or the dying. pic.twitter.com/vFvE4VLbYc
— ☦ (@johnamonaco) September 13, 2021
Porque el debate sería perfectamente comprensible incluso si se tratase de una peste mortal que atacase a una gran parte de la población y las vacunas hubieran demostrado ser eficaces y seguras. Pero es que ni siquiera se dan estas condiciones. La temidísima ‘pandemia’ tiene una tasa de letalidad muy baja y discrimina clarísimamente contra grupos de población muy definidos (ancianos y personas con graves comorbilidades), y ya se reconoce que las vacunas en el mercado no impiden el contagio ni el desarrollo de la enfermedad. En cuanto a su seguridad, dado que aún no ha pasado siquiera un año de su salida, es imposible de determinar, pero ya se conocen abundantes efectos secundarios.
¿Qué sentido, entonces, tiene prohibir a un sacerdote no vacunado cumplir su ministerio, si los vacunados pueden contagiar igualmente? Y ¿cuál sería la responsabilidad -moral, pero también legal- de un pastor que obliga a sus empleados a vacunarse si, después de todo, algo sale mal con las vacunas?
Obligar a nadie a meterse en el cuerpo un compuesto experimental es la última violación de la libertad personal, y la intimidación pública y generalizada está convirtiendo a quienes objetan a la vacunación en los últimos descartados de nuestro tiempo, de los que supuestamente esta ‘Iglesia en salida’ debería cuidar especialmente.
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Qué hombre más caritativo.
Está viendo por el prójimo.
Manda al matadero a sus hermanos para salvaguardar la vida de sus feligreses.
Ése es el razonamiento de los descerebrados.
Están cayendo sacerdotes vacunados, y en cantidad. Esta gente está aterrorizada y no se da cuenta de la realidad.
Aplaudo sus palabras
¿Las de quien?
¿Las de ese obispo mamarracho?
Quiero pensar que se refiere a las palabras críticas del autor del artículo, pero tal como lo ha escrito, sin especificarlo, deja la duda en el aire
Claro, es más importante la salud del cuerpo que la del alma! Yaaaaa, pues apueste por otra religión
Esto es sin duda alguna una verdadera vergüenza, no hay ni el mas mínimo discernimiento en toda esta cuestión, se evidencia una falta total de fé y de cumplimiento en la labor que le corresponde a la iglesia en todo este caminar….Dios nos ayude a mantenernos firmes en este terrible paso…bendiciones.
Discernimiento, ninguno. Estoy segura de que ninguno de estos sacerdotes ha dedcado una hora a enterarse de lo que son estos experimentos y no han escuchado o leído a los científicos no adheridoa al globalismo masónico que están explicando lo que suponen estas «vacunas». Tan borrego el clero como los laicos; eso que algo han estudiado…
A este sucesor de Judas ya sólo le falta decirle a los no vacunados «vade retro» y colgarles un signo o bien obligarles a ir tocando la campanita a su paso.
Llama la atención la poca inteligencia y la ausencia de moralidad de semejante obispo.
Si tuviéramos un papa en condiciones no pasarían estas cosas.
Debería ser el Papa quien pusiera orden en todo esto, y no ha hecho más que liarla más.
Por eso al inicio de este… Pontificado, dijo «hagan lío», «balconeem la calle»… Y se armó lío, desconcierto e iglesia en salida»siiii salida al ocaso
¿Les va a poner también un brazalete que les marque como apestados o leprosos?. ¿Los va a someter a Auto de Fe por el «pecado nefando» de la no vacunación?. ¿A qué viene esta penitencia pública, carente de fundamento cristiano?
Claramente vemos que hay dos Iglesias,la que se preocupa por la salud del alma,como quieren Jesús y la Virgen.
Y la que se preocupa por la salud del cuerpo,la ecología,la panza y la acogida de infieles sin intención de evangelizarlos para destrucción de la Fé.
Que cada uno acuda a la Misa con los sacerdotes de la Iglesia a la que pertenezca,el Señor está SEPARANDO EL TRIGO DE LA CIZAÑA.
Amén
Están locos estos Romanos. Qué diría Astérix.
Solo hacen y dicen lo que les ordenan en sus Logias.
Yo no los llamaría obispos. Son simples agentes del Nuevo Orden Mundial. hace tiempo que olvidaron de Cristo.
Parece que a algunos les hayan hecho un lavado de cerebro, es increíble tanta credulidad y tanta tontería.
A cual más ton to.
Ese obispo es franciscano, lo cual me lleva a corroborar aquel viejo refrán clerical que decía más o menos así:
«Nunca se ha visto a un jesuita pobre, un dominico humilde ni un franciscano inteligente»
Otro Covidiota. Pero más bien parece un covidlisto cuantiosamente bien patrocinado.
Simplemente un «pelotas» francisquista.
Está visto que este Papa es un peligro. Cada vez que suelta alguna ocurrencia o hace alguna estupidez se genera misteriosamente un automatismo que hace que muchos obispos le imiten. A los hechos me remito:
– «¿Quien soy yo para juzgar?»: Iglesia en Alemania (y otros muchos obispos en otras partes) proponiendo bendecir parejas gais
– Pachamama en los jardines vaticanos: Una parroquia con custodia en forma de Pachamama.
– «Vacunarse es un acto de amor»: pues ahí tenemos a este pelotillero haciendo lo que ha hecho y a otros obispos exigiendo vacunación a sus sacerdotes.
……
La lista sería interminable.
Tiene un lado positivo, así sabemos a q misa ir, a los de los no vacunados por supuesto.
Hace unos días le pregunté a un sacerdote de la fspx sobre este caso.
El dijo que a su mamá no le recomendaba la vacuna por que era insegura. Pero lo que me sorprendió fue que si hay un agonizante en el hospital en pecado mortal el dijo que sí se vacunaria por que ahí prevalece la salvacion de las almas. Por otra parte este Padre era escéptico que para entrar al hospital algun dia fuese obligatorio vacunarse.
Me surge la pregunta. Y si la vacina tiene lineas celulares procedentes de un aborto? Me imagino que ahí va a responder que no se la pondria para poder entrar para salvar un alma. Se lo preguntaré Dm.