Las ciudades y provincias chinas introducen incentivos en metálico para los residentes que denuncien actividades religiosas no autorizadas
(UCA News) Las autoridades locales del noreste de China han introducido recompensas económicas para las personas que espíen a sus vecinos y denuncien «actividades religiosas ilegales».
La rama local del Departamento de Trabajo del Frente Unido en el distrito de Meilisi Daur de Qiqihar, en la provincia de Heilongjiang, puso en marcha el plan este mes, informó China Christian Daily.
El departamento es el órgano de inteligencia y coordinación del Partido Comunista Chino que reúne información, gestiona las relaciones e intenta influir en las personas y organizaciones, incluidas las religiones y los grupos religiosos dentro y fuera de China.
El anuncio del 9 de agosto en Qiqihar decía que los informantes podían ganar hasta 1.000 yuanes (150 dólares) por las pistas sobre «infiltraciones extranjeras ilegales» y los denunciantes podían recibir de 500 a 1.000 yuanes por las denuncias sobre personal religioso no cualificado, actividades transregionales no autorizadas, predicación y distribución de obras religiosas impresas, productos audiovisuales fuera de los lugares de culto, donaciones no autorizadas o reuniones en casas particulares.
En los últimos dos años, el gobierno chino ha aprobado varias leyes y reglamentos que exigen el registro de todos los lugares de culto ante la administración. Las leyes también criminalizan a los clérigos que dirigen comunidades sin el debido registro.
Los líderes de las iglesias clandestinas afirman que las leyes están dirigidas contra ellos y a su clero.
Los informantes pueden utilizar llamadas telefónicas, correos electrónicos y cartas para ponerse en contacto con las autoridades.
La medida pretende «reforzar el control de las actividades religiosas ilegales en el distrito, prevenir cualquier contagio de Covid-19 resultante de las reuniones religiosas, movilizar al público para que participe en la prevención y supresión de las actividades religiosas ilegales, y garantizar un panorama religioso armonioso y estable», dice el comunicado.
Anteriormente se introdujeron sistemas de recompensa similares en el distrito de Boshan y en la ciudad de Weihai, ambos en la provincia de Shandong.
El anuncio de los mismos instaba a los residentes a denunciar cualquier formación religiosa no autorizada y los campamentos de verano o invierno a los que asistan menores, o cualquier actividad evangelizadora. También se incluía la información religiosa no aprobada en Internet, las campañas de donaciones religiosas que violen la ley y las actividades caritativas para la evangelización, informó el China Christian Daily.
Este tipo de incentivos económicos en la China oficialmente atea no son nuevos.
En 2019, International Christian Concern, con sede en Estados Unidos, informó de que las autoridades de la provincia de Guizhou habían empezado a ofrecer incentivos de hasta 1.000 dólares a los residentes que denunciaran actividades religiosas ilegales. La medida apuntaba específicamente a las iglesias que se reunían sin registro gubernamental.
En la provincia de Henan, el año pasado, se ofrecieron recompensas similares a las personas que denunciaran actividades religiosas ilegales a través de una línea telefónica.
Otros lugares, como Fujian, Guangxi, Hebei y Liaoning, ofrecen desde el año pasado incentivos económicos a los denunciantes.
La China comunista reconoce la personalidad jurídica de cinco religiones: protestantismo, catolicismo, budismo, islamismo y taoísmo. Sin embargo, durante décadas, las autoridades han controlado estrictamente a los grupos religiosos oficiales y han perseguido a quienes se adhieren a grupos no reconocidos o no registrados.
Diferentes organismos internacionales han documentado y criticado las políticas y acciones represivas de China contra los grupos religiosos, incluidos los cristianos.
En enero, el grupo cristiano con sede en Estados Unidos Open Doors publicó una Lista de Vigilancia Mundial que incluía a China en el puesto 17 de los 50 países donde los cristianos sufren formas más graves de persecución.
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Estos comunistas chinos son los genocidas que han lanzado el virus criminal.
Parolin negociando con ellos, para que los católicos estén presos del gobierno liberticida.
Podrán creer en lo que gusten, siempre y cuando su dios sea el partido comunista. Es como si les dieran permiso de cabalgar en un caballo de madera.
Ésos dirigentes chinos fueron hechos con un molde, todos iguales, iguales de desgraciados.
El actual gobierno chino -dictadura marxista- es una más de las diversas encarnaciones de la Bestia a lo largo de la Historia.
Y como todas las anteriores, tarde o temprano, será derrotada.