El Papa Francisco, a diez días del viaje que le llevará a clausurar el Congreso Eucarístico Internacional en Hungría, asegura que «no sabe» si va a reunirse con el primer ministro del país, Viktor Orbán; algo, reconocerán nuestros lectores, un tanto extraño.
De hecho, el Vaticano confirmó hace más de un mes que ese encuentro iba a tener lugar. Esta mañana, en la entrevista que ha concedido a COPE, el Papa Francisco ha asegurado que no sabía si se reuniría con él.
La pregunta de Carlos Herrera, el entrevistador, fue la siguiente: «Aunque la meta de su próximo viaje es a Eslovaquia, muchos van a estar pendientes de su encuentro con el primer ministro de Hungría, Víctor Orban, con quien no comparte algunos puntos de su programa de gobierno, especialmente lo relativo al cierre de fronteras. ¿Qué le gustaría decirle si tuviese la ocasión de encontrarse con él a solas?».
«Yo no sé si me voy a encontrar con él. Sé que autoridades van a venir a saludarme», contestó Su Santidad. «Yo no voy al centro de Budapest, sino al lugar del Congreso [Eucarístico], y hay un salón donde me reuniré con los obispos y ahí recibiré a las autoridades que vengan. No sé quién vendrá. Al presidente lo conozco porque estuvo en la misa en Transilvania, esa parte de Rumanía donde se habla en húngaro, una misa preciosa en húngaro, y vino con un ministro. Creo que no era Orban… porque al final de la misa se saluda formalmente… yo no sé quién vendrá…», explicó el Pontífice.
«Y una de las cosas que yo tengo es no andar con libreto: cuando estoy delante de una persona la miro a los ojos y dejo que salgan las cosas. Ni se me ocurre pensar en qué le voy a decir en el caso de estar con él, son una serie de futuribles que a mí no me ayudan. Me gusta lo concreto; lo futurible te enreda, te hace mal», confesó el Santo Padre.
Tratándose de un jefe de Estado, ante un viaje internacional de estas características, y con la maquinaria diplomática que supone el Vaticano, cuesta entender cómo el Papa no sabe si va a encontrarse con el primer ministro del país que va a visitar.
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Siendo el primer responsable de la situación de un Estado vaticano podrido en más de un aspecto se necesita ser, además, un completo inconsciente para ponerse en plan de dar lecciones a un gobernante como Viktor Orban que, entre otras muchas cosas, ha creado un organismo con rango de ministerio para ayudar a los cristianos perseguidos, cosa que Francisco no ha hecho ni de lejos. Está como una auténtica cabra.
La línea ideológica de Francisco se opone a la de Orbán y por eso muestra tan poco interés por reunirse con él. El Papa debería aprender de Orbán, que es uno de los pocos líderes europeos que están haciendo bien las cosas.
Y eso de que el Papa no prepara las reuniones (dice que «les mira a los ojos y deja que salgan las cosas»), es difícil de creer, y si es cierto, resulta de una grave irresponsabilidad, pues en asuntos importantes no se puede improvisar.
Totalmente de acuerdo, si es cierto lo que afirma el texto en el sentido que improvisa lo que dice, es muy difícil creerlo y de ser cierto lo único que demuestra es una tremenda irresponsabilidad y un alto grado de desconocimiento.
El papa no se trata ni con cristianos ni con conservadores. Yo creo que los tiene miedo.
Tostón en la COPE.
No saber si se va a reunir con un jefe de Estado o de Gobierno de un país q va a visitar y lo q va a hablar con él si se reúnen demuestra ineptitud, incapacidad para el ejercicio del cargo, pereza, ignoracia… Y da pena, mucha pena al darnos cuenta de en manos de quienes estamos
Totalmente de acuerdo.
Y si finalmente ese encuentro se produce, no creo que sea por el interés que haya puesto el Papa sino más bien por cortesía de Orban, que ni siquiera es católico sino calvinista.
Habla de ese modo para demostrar su gran humildad… cualquiera con sentido común sabe, que en cualquier ámbito de la vida, una actitud así es varias cosas: descortesía, desinterés, irresponsabilidad, temeridad. Pero él cree que esa actitud lo hace parecer «más santo y humilde»
…..y Orbán debería responderle: «y yo tampoco suspiro por encontrarme con Berg». Y añadir: «a este señor se le deniega la entrada en Hungría».
Pues Francisco I se lo pierde