El festín de Babette: La primera película mencionada en un documento pontificio

El festín de Babette Papa
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Este sábado me gustaría traerles la brillante reseña de la película ‘El festín de Babette’ (Gabriel Axel, 1987), que podemos encontrar entre las páginas del libro del sacerdote español José María Pérez Chaves: ‘100 películas cristianas’. Esta película ha sido recomendada en varias ocasiones por el Papa Francisco, que llegó a mencionarla en ‘Amoris Laetitia’. Aprovecho para recomendarte este magnífico libro en el que encontrarás las 100 películas cristianas que, a juicio de su autor, un páter cinéfilo donde los haya, han dejado mayor impronta a lo largo de la historia del séptimo arte.

En una remota aldea de Dinamarca, vive Babette. Hace mucho tiempo tuvo que huir de Francia y se refugió allí. Desde entonces, ha alterado la vida de sus habitantes.

La película

«Allí donde brilla un sol católico, siempre hay alegría, música y buen vino». Sin lugar a dudas, en esta frase de Hilaire Belloc (1870-1953) se concentra toda la enjundia de esta película. Belloc es uno de los apologetas católicos más célebres de Inglaterra, y pronunció tal sentencia después de constatar los estragos que estaba causando el puritanismo en su país. Y es que, en efecto, siendo este un tipo de cristianismo obsesionado con el pecado, no permite que los hombres disfruten de los placeres de esta vida, por lo que son conducidos irremediablemente a la tristeza. Sin embargo, como los católicos consideran que todas las cosas son un don de Dios, creen que están llamados a disfrutar de ellas: «Lo que Dios ha purificado, tú no lo consideres profano» (Hch. 10, 15).

El responsable de esta excelente obra fue Gabriel Axel (1918-2014), un cineasta de mucho prestigio en su país de origen, pero prácticamente desconocido en el resto del mundo. Así es, pues, pese a que en Dinamarca sea recordado por películas como El manto rojo (nominada a la Palma de Oro en el Festival de Cannes), en otros lugares su nombre está vinculado casi exclusivamente a la cinta que nos ocupa. De hecho, después de esta dirigiría varias películas más, y con un elenco internacional (por ejemplo, La verdadera historia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, protagonizada por Gabriel Byrne y Christian Bale), aunque nunca volvería a llamar la atención tanto como lo hizo con El festín de Babette. Es por ello que, cuando estrenó su último filme, Leïla (2001), este pasó por las pantallas del planeta sin pena ni gloria.

El festín de Babette, sin embargo, recibió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa y un premio BAFTA en la misma categoría. También fue merecedora del Premio del Jurado Ecuménico del Festival de Cine de Cannes y de una nominación al Globo de Oro (reconocimiento que le sería entregado finalmente a la también danesa Pelle el conquistador). En 1995, fue incluida por la Santa Sede entre sus cuarenta y cinco títulos favoritos, y en 2016, fue mencionada por el papa Francisco en su exhortación apostólica Amoris laetitia.

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¿Qué podemos aprender de ella?

La enseñanza de esta película estriba precisamente en lo que el papa Francisco dice acerca de ella en su exhortación: «Puesto que estamos hechos para amar, sabemos que no hay mayor alegría que un bien compartido: “Da y recibe, disfruta de la vida” (Eclo. 14, 16). Las alegrías más intensas de la vida brotan cuando se puede provocar la felicidad en los demás, en un anticipo del cielo. Cabe recordar la feliz escena del film El festín de Babette, donde la generosa cocinera recibe un abrazo agradecido y un elogio: “¡Cómo deleitarás a los ángeles!”. Es dulce y reconfortante la alegría de provocar deleite en los demás, de verlos disfrutar»[1].

Pero, también antes de ser nombrado papa, Francisco hizo mención de la cinta, para la que tuvo las siguientes palabras: «[La película] muestra un caso típico de exageración de los límites prohibitivos. Sus protagonistas son personas que viven un exagerado puritanismo, hasta el punto de que la redención de Cristo se vive como una negación de las cosas de este mundo… En verdad, esa comunidad no sabía lo que era la felicidad. Vivía aplastada por el dolor. Estaba adherida a lo pálido de la vida. Le tenía miedo al amor»[2]. Sin duda, pues, y parafraseando a Hilaire Belloc, solo donde luce un sol católico, se disfruta de la vida y existe la verdadera alegría.

[1]        Amoris laetitia, 129.

[2]        El jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio (Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti, 2010).

Esta reseña, y 99 más, las pueden encontrar en el libro ‘100 películas cristianas’, publicado por Homo Legens.

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Comentarios
6 comentarios en “El festín de Babette: La primera película mencionada en un documento pontificio
  1. Dios mío, una película de festivales gastronómicos que exalta la gula, citada en el documento más terrible y espantoso que jamás haya dado un pontífice, Amoris laetitia que reconoce la comunión y absolución de los divorciados recasados impenitentes y que el rescripto de 5 de junio del 2017 lo eleva a magisterio auténtico… y Francisco sigue sin contestar a las dubia…

    1. Por cierto, recuerdo que en su época un sacerdote me dijo que el festín de la tal Babbete era un filme anticatólico, puesto que lo que hacía era exaltar el mundo material, el vicio capital de la gula, la concupiscencia de los ojos y la codicia y opulencia, frente a unos católicos retraídos, reprimidos, retrasados y reaccionarios, dando así una falsa imagen del mundo católico. Nada raro que haya sido exaltada por el propio Francisco…

      1. Yo vi la pelicula en su momento cuando era un progre y me pareció de lo más depresiva. La protagonista , una cara de cartón mas inexpresiva que un percebe y la conclusion a la que llegamos es que se querían suicidar a base de comer.

        El mundo de los cinéfilos es un mundo especial lleno de mentes deformadas y el mundo de los cinéfilos católicos es mucho mas especial. A cualquier engendro le ven valores positivos porque si no, por escrúpulos morales tendrían que dejar de ver cine, que es lo que deberíamos hacer los católicos. apagar la tele y rezar estar con la familia y esas cosas.

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