El último viaje de Juan Pablo II

Juan Pablo II último viaje L'Osservatore Romano
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Un 14 de agosto, hace 17 años, el Papa Juan Pablo II emprendía su viaje 104 fuera de Italia. Lo que no sabía es que sería el último de su extenso pontificado.

Un día como hoy, en 2004, Karol Wojtyła iniciaba su último viaje al extranjero -Loreto fue su última escapada en territorio italiano, en septiembre de 2004-, una peregrinación de dos días a Lourdes, en la falda de los Pirineos franceses.

«El motivo de mi visita es la celebración del 150° aniversario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de la santísima Virgen María», dijo el Papa a su llegada al aeropuerto de Tarbes, situado a 15 kilómetro del santuario. Y es que, el 8 de diciembre de 1854, Pío IX, el único Pontífice con un pontificado más largo que Juan Pablo II -con datos históricos en la mano-, proclamó este importante dogma.

«La Iglesia católica, respetando las responsabilidades y las competencias de cada uno, desea aportar a la sociedad su contribución específica con vistas a la construcción de un mundo en el que los grandes ideales de libertad, igualdad y fraternidad puedan constituir la base de la vida social, en la búsqueda y la promoción incesante del bien común», dijo Juan Pablo II al bajarse del avión.

Ese mismo día, Su Santidad tuvo un encuentro con los enfermos. “Estoy con vosotros, queridos hermanos y hermanas, como peregrino ante la Virgen. Hago mías vuestras oraciones y vuestras esperanzas. Comparto con vosotros un tiempo de la vida marcado por el sufrimiento físico, pero no por esto menos fecundo en el admirable plan de Dios. Juntamente con vosotros pido por los que se han encomendado a nuestra oración”, señaló.

“Para mi ministerio apostólico, siempre he tenido gran confianza en la ofrenda, en la oración y en el sacrificio de los que sufren. Os pido que os unáis a mí, durante esta peregrinación, para presentar a Dios, por intercesión de la Virgen María, todas las intenciones de la Iglesia y del mundo”, les dijo.

Al día siguiente, el 15 de agosto, el Papa polaco celebró la misa en el día de la Asunción de la Virgen. «Deseaba vivamente realizar esta peregrinación a Lourdes, para recordar un acontecimiento que sigue dando gloria a la Trinidad una e indivisa. La concepción inmaculada de María es el signo del amor gratuito del Padre, la expresión perfecta de la redención llevada a cabo por el Hijo y el inicio de una vida totalmente disponible a la acción del Espíritu», dijo Juan Pablo II en la homilía.

Desde la gruta de Massabielle la Virgen Inmaculada «nos habla también a nosotros, cristianos del tercer milenio», aseguró. «Escuchémosla», instó el Pontífice de 84 años.

«Escuchad ante todo vosotros, jóvenes, que buscáis una respuesta capaz de dar sentido a vuestra vida. Aquí la podéis encontrar. Es una respuesta exigente, pero es la única respuesta que vale. En ella reside el secreto de la alegría verdadera y de la paz», les dijo.

También tuvo unas palabras dedicadas a las mujeres. «Al aparecerse en la gruta, María encomendó su mensaje a una muchacha, como para subrayar la misión peculiar que corresponde a la mujer en nuestro tiempo, tentado por el materialismo y la secularización: ser en la sociedad de hoy testigo de los valores esenciales que sólo se perciben con los ojos del corazón. A vosotras, las mujeres, corresponde ser centinelas del Invisible. A todos vosotros, queridos hermanos y hermanas, os dirijo un apremiante llamamiento para que hagáis todo cuanto esté a vuestro alcance a fin de que la vida, toda vida, sea respetada desde la concepción hasta su término natural. La vida es un don sagrado, del que nadie puede hacerse dueño», advirtió.

«La Virgen de Lourdes tiene, por último, un mensaje para todos. Es este: sed mujeres y hombres libres. Pero recordad: la libertad humana es una libertad marcada por el pecado. Ella misma necesita también ser liberada. Cristo es su liberador, pues «para ser libres nos ha liberado» (Ga 5, 1). Defended vuestra libertad», aconsejó el Santo Padre.

«Queridos amigos, sabemos que para esto podemos contar con Aquella que, al no haber cedido jamás al pecado, es la única criatura perfectamente libre. A ella os encomiendo. Caminad con María por las sendas de la plena realización de vuestra humanidad», afirmó el Papa.

Juan Pablo II moriría ocho meses después, el 2 de abril de 2005.

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Comentarios
2 comentarios en “El último viaje de Juan Pablo II
  1. Gracias San Juan Pablo II. Nuestra Asociación Pro-Vida del pueblo sevillano de Mairena del Alcor nació gracias a su llamamiento contra el aborto en su primera visita a España. Fue el 2 de noviembre del año 1982 y dijo entre otras cosas «Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente».

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