“En el Día Mundial contra la Trata de Personas, invito a todos a trabajar juntos para transformar la economía de la trata en una economía del cuidado”, ha tuiteado hoy el Papa Francisco.
En su mensaje en Twitter, Francisco destaca el papel de la economía en este fenómeno, como ya abordó el 8 de febrero, en la VII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas.
«Este año el objetivo es trabajar por una economía que no favorezca, ni siquiera indirectamente, este innoble tráfico, es decir, una economía que nunca haga del hombre y la mujer una mercancía, un objeto, sino siempre el fin».
Desgraciadamente, Su Santidad no ha explicado cómo llevar a cabo esta extraordinaria transformación que supondría una insólita superación del Pecado Original en un momento en que precisamente una enorme proporción de Occidente está dejando de creer en él.
De hecho, y a pesar de las referencias frecuentes del Santo Padre de males morales como si fueran exclusivos de nuestro tiempo y no productos de incentivos viejos como la humanidad, aún no se conoce una sola demanda que no se haya respondido desde algún lugar por una oferta, para bien y para mal.
Y si hablamos de incentivos, es tristemente necesario recordar que su ansiado proyecto, aplicado a medias por los gobiernos occidentales, de cerrar los ojos a la inmigración ilegal masiva favorece, siquiera indirectamente, este innoble tráfico.
En el #DíaMundialcontralaTrata, invito a todos a trabajar junto con las víctimas para transformar la economía de la trata en una economía del cuidado. #CareAgainstTrafficking #EndHumanTrafficking #TalithaKum
— Papa Francisco (@Pontifex_es) July 30, 2021