Rod Dreher: «Los tradicionalistas no son el problema»

Rod Dreher tradicionalismo
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(Rod Dreher/The American Conservative)- De Facebook, este post de un católico de la Diócesis de Arlington, Va., que tiene un gran número de asistentes a la misa latina tradicional:

[He hecho esta foto esta mañana, antes del ofertorio, en la iglesia de Santa Rita. La iglesia estaba abarrotada y conté hasta 38 personas de pie en los laterales. Hace años que las misas en la forma extraordinaria están así de llenas en esta iglesia. Esta mañana nos han dicho que ya no podremos celebrar la santa misa en Santa Rita. No puedo imaginarme a ningún sacerdote, obispo, cardenal o al mismo pontífice entrando en Santa Rita -o cualquier otra iglesia en la que se celebre la forma extraordinaria del rito romano- y piense: «El problema con la Iglesia católica es toda esta gente». Pero es exactamente lo que piensan. No estoy seguro de qué vamos a hacer. Ni la tristeza puede empezar a describir lo que sentimos]

En esa foto se ve el futuro de la Iglesia católica en Estados Unidos. El número de fieles que participa en la misa tradicional en latín (TLM sus siglas en inglés) es relativamente pequeño hoy en día, pero deja que pasen dos o tres generaciones más y serán en Estados Unidos como lo son en Francia: una enorme proporción de los que todavía van a misa y todavía creen en esas cosas.

El difunto historiador Robert Conquest tenía tres leyes de la política. La segunda ley era: «Cualquier organización que no sea explícitamente de derechas, tarde o temprano será de izquierdas». A lo que yo añado el corolario religioso de Dreher a la segunda ley de Conquest: «En esta era poscristiana, cualquier iglesia que no sea explícitamente contracultural, tarde o temprano se disuelve».

Europa es el futuro probable de Estados Unidos en este sentido. Pienso en lo que me dijo el padre Cassian Folsom, entonces prior de los benedictinos de Norcia, allá por 2015, cuando nos conocimos y le hablé de la opción benedictina: que cualquier familia o comunidad cristiana que quiera sobrevivir a lo que se avecina más vale que se comprometa a encontrar una versión de ello. Es decir, alguna versión de vida cristiana verdaderamente contracultural y disciplinada. Los poderes de la cultura anticristiana son demasiado fuertes como para resistirlos viviendo como siempre lo hemos hecho.

Como he dicho en este espacio muchas veces, como católico no formé parte de una comunidad TLM, pero me alegré de que existieran, porque era una bendición tener la antigua misa disponible para los católicos que la preferían. Y son algunos de los más comprometidos con la fe, es decir, comprometidos contraculturalmente. Si eres un católico de la misa en latín, eres por definición contracultural. Sí, hay algunas rarezas entre los Trads [tradicionalistas], pero también hay rarezas entre todos nosotros. Además, no hay nada en una comunidad TLM que pueda superar la rareza mostrada por este sacerdote católico francés [ver vídeo]:

Me pareció interesante este tuit sobre el poder de las comunidades del TLM para transmitir la sustancia de la fe católica:

Soy un cristiano ortodoxo, pero somos muy pocos en Estados Unidos para ser una fuerza significativa en lo que respecta al futuro de la salud moral y espiritual del país. Eso corresponde a los católicos y a los evangélicos, las dos mayores agrupaciones cristianas. Que las Iglesias católica y evangélica estén sanas me interesa como cristiano ortodoxo que vive como una pequeña minoría en una cultura más amplia que se descristianiza. Por eso me molesta, como no católico, que el papa Francisco haya atacado la TLM y a sus adeptos. No tiene ningún sentido, excepto como un último latigazo rencoroso del látigo de fuego de una generación destructiva y moribunda de eclesiásticos.

Una de las razones por las que me sentí atraído por el catolicismo cuando era joven fue por lo que consideraba su estabilidad. Mientras el resto del mundo perdía la cabeza, el catolicismo era una roca sólida, pensaba yo. Estaba equivocado, pero eso es lo que quería creer. Pensaba que Juan Pablo II estaba enderezando el barco. El hecho de que el catolicismo realmente existente en las parroquias estadounidenses se pareciera más al protestantismo dominante que a la Iglesia a la que yo creía haberme unido era algo que me molestaba, pero pensaba que podía evitarse. Y si las cosas se volvían demasiado intolerables, siempre estaba la TLM, en algún lugar. De todos modos, las cosas estaban mejorando para la Iglesia católica, después del quasi fracaso del Vaticano II.

Luego vino el escándalo, al que mi fe no sobrevivió. Si lo hubiera hecho, dudo que hubiera sido lo suficientemente fuerte como para soportar este pontificado. El catolicismo está mejor sin mí, estoy seguro, pero espero y rezo por la reunificación de las iglesias de Oriente y Occidente. Me parece que los católicos tienen una idea poco realista de la probabilidad de que eso ocurra; yo la tenía, como católico, hasta que empecé a ver las cosas desde un punto de vista ortodoxo, desde dentro de la ortodoxia. Hay muchas más dificultades de las que había imaginado. Una de ellas es la inestabilidad litúrgica. Es imposible exagerar lo importante que es esto para los cristianos ortodoxos. El desprecio que el papa Francisco demuestra por la misa en la forma extraordinaria y, por ende, por las venerables tradiciones cristianas, es extremadamente desagradable para muchos ortodoxos (incluso para aquellos que son más liberales en cuestiones morales). Creo que el movimiento de Francisco contra la misa en latín va a hacer que la perspectiva de reunirse con Oriente, que ya es una posibilidad remota, sea menos probable. Además, en algún momento del camino, un papa que hoy es un joven sacerdote restablecerá el rito tridentino, lo que será un acontecimiento bendito, pero que asestará otro golpe a la estabilidad de la tradición romana.

Todo lo que Francisco tenía que hacer era dejar la misa tradicional en latín en paz. Si no hubiera dado frutos, se habría extinguido. Si daba buenos frutos -como en la foto de arriba-, ¿por qué no permitirla, especialmente en Occidente, donde la fe está en tan claramente en declive?

Mientras escribía esto, se ha publicado la noticia de que el obispo de Arlington, Michael Burbidge, ha dado marcha atrás en su anterior prohibición de la misa en latín, y ahora va a permitir que se siga celebrando, a la espera de más estudios:

[Obispo Burbidge: «En oración y obediencia, estoy reflexionando sobre el motu proprio emitido por el papa Francisco y discerniendo cómo poner en marcha, de la mejor manera posible, los cambios. Tal como permite el motu proprio, mi intención es permitir que las misas en la forma extraordinaria se sigan celebrando en la diócesis de Arlington»].

Esta es una buena noticia para la gente de esa diócesis, incluso en la iglesia de Santa Rita. Espero, por el bien del catolicismo y por el bien, a largo plazo, del cristianismo en Europa y Norteamérica, que más obispos permitan la TLM en sus diócesis. Todos los cristianos tenemos que aprender a ser firmemente contraculturales. Entre los católicos, los Trads lo están haciendo. Es cierto que no siempre lo hacen con perfecta caridad, pero ¿quién de nosotros lo hace en estos tiempos de polarización?

Publicado por Rod Dreher en The American Conservative.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

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Comentarios
5 comentarios en “Rod Dreher: «Los tradicionalistas no son el problema»
  1. Los jerarcas estilo Bergoglio siguen anclados en el ya muy viejo estilo del aggiornamento sesentero, que hoy sabemos implica lo único que una religión no se puede permitir: la contradicción. Pero no pocos nos negamos a acomodar la religión a los tiempos, y seguimos creyendo que los tiempos han de acomodarse a la religión. De hecho, seguimos viviendo y pensando como nuestros abuelos, de un modo que hoy es distinto en no pocos aspectos y, desde luego, en lo sustancial, del modo en que vive y piensa la mayoría. Luchamos por ser castos, lucramos indulgencias, inclinamos la rodilla ante la sagrada forma, cantamos el Pange lingua, pedimos perdón, pagamos bien a los empleados y mejor aún a Hacienda, nos preocupa eso de «estar en gracia de Dios», etc. Y estamos convencidos de que sólo sobrevivirá el catolicismo si es fiel a sí mismo, lo que hoy quiere decir, si es contracultural. En todo caso, vivimos con paz de conciencia y con esperanza ante la muerte.

  2. El principal problema de la iglesia es la masonería enquistada en ella y en los seminarios, ordenes (particularmente los jesuitas). Son maquiavélicos y están demoliendo la Iglesia desde hace 60 años de manera abierta, empezando con el concilio vaticano II, después la comunión en la mano, bendiciones a homosexuales, comunión a divorciados y protestantes, políticos abortistas, y ahora vienen por la liturgia y la verdadera Misa, la Misa Apostólica, el Rito Antiguo o Forma extraordinaria.

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