Santiago Cantera: “La unidad católica hizo a España”

Santiago Cantera España
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Santiago Cantera Montenegro, monje benedictino y prior de la Abadía Santa Cruz del Valle de los Caídos, es entrevistado por Javier Navascués en su blog de InfoCatólica para hablar del origen de España a raíz de su libro “Hispania-Spania. El nacimiento de España”.

Cantera destaca la importancia que tuvo el III Concilio de Toledo del año 589, que supuso “la superación de la división religiosa” entre la minoría dominante de los godos, que eran casi todos arrianos, y la mayoría de los habitantes de España, los hispanorromanos católicos.

“Esta unidad religiosa de los dos grupos principales de población en la misma fe católica y asumida desde la monarquía gótica haría posible la mutua integración y el hermanamiento entre ambos. La unidad católica de España, alcanzada en el III Concilio de Toledo, hizo posible un camino de unión política y social desde la unión religiosa”, asegura el benedictino.

Cantera señala que san Isidoro, al presentar a España como madre, “también se siente hijo de España; hay una clara conciencia filial y un nítido afecto de piedad filial”. “El amor de San Isidoro a España es inmenso y se dirige a ella en segunda persona (“tú”) y con admiración (“oh España”); trata a España personificándola, reconociéndola como una entidad viva y personal, algo que se pone de manifiesto también al verla como madre y como esposa en su relación con Roma y con el pueblo de los godos”, añade el prior del Valle de los Caídos.

Para Cantera, España “nace realmente bajo el reino de los godos y más concretamente a raíz del III Concilio de Toledo, que hizo posible la conformación de un pueblo al llevarse a cabo la conversión de los visigodos al catolicismo y su integración mutua con la población mayoritaria hispanorromana”.

“La unidad católica hizo a España. La Reconquista fue un proyecto de recuperación de esa España perdida”, afirma Cantera, “tal como lo han entendido historiadores de la talla de Sánchez Albornoz y Vicens Vives, poco sospechosos de “nacionalcatolicismo” franquista”.

“Y digo esto porque no faltan los que, para descalificar a quienes siguen sosteniendo una visión clásica de la gestación de España, traten de menospreciarla tildándola de “nacionalcatólica” para reducirla a “historiografía franquista” o, como mucho, a una postura recibida por ésta de Menéndez Pelayo”, continúa el monje benedictino.

La enorme riqueza de la diversidad regional de “las Españas”, aglutinadas en una empresa común y en una conciencia superior, “nace fundamentalmente en los siglos de la Reconquista: es la España de reinos y coronas que, por no haberla sabido comprender, fue prácticamente anulada por el centralismo liberal y ha sido esperpénticamente reinterpretada por los separatismos”, manifiesta.

Preguntado sobre el papel que la fe católica y su misión evangelizadora es esencial en el nacimiento de nuestra patria, Cantera recuerda que España fue evangelizada desde el siglo I y que la tradición apunta incluso a la venida de los apóstoles Santiago y San Pablo, si bien el cristianismo penetraría sobre todo desde el norte de África.

“El arraigo que pronto alcanzó se manifestó en el ejército de mártires hispanorromanos que con su sangre fecundarían el suelo hispano y que serían profundamente venerados en tiempos del reino de los godos y hasta nuestros días”, dice.

“La fe católica hizo posible la unidad entre hispanorromanos y visigodos (y suevos), gracias a que ella desea abrazar a todos los hombres en el seno de la Iglesia como hijos de Dios”, asegura el monje.

“Este mismo impulso de facilitar a todos los pueblos el camino de la salvación, conduciría a una pléyade de misioneros al Nuevo Mundo y a otros continentes a partir de finales del siglo XV y el XVI, a la par que los reyes españoles se comprometían en la defensa de la fe frente a los nuevos peligros que la amenazaban en la Edad Moderna, continuando así lo que había supuesto el proyecto de la Reconquista”, explica el prior.

“La Monarquía hispánica fue oficialmente denominada “Monarquía Católica”, a raíz del título otorgado por el Papa a Isabel y Fernando. España, en su historia y en su ser como patria común, no se puede comprender sin la fe católica”, sentencia Cantera.

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Comentarios
11 comentarios en “Santiago Cantera: “La unidad católica hizo a España”
  1. Pues no. Lo que hizo la unión de España es la consolidación de matrimonios reales por connivencia desapareciendo paulatinamente estos reinos con emparentar las casas reales y forjándose en una al final. Una religión no hace un país, no marca una jurisprudencia-administrativa social-política. No crea territorios. Me temo que el monje benedictino está muy equivocado.

    1. Pues expón tus argumentos contra lo que dice el padre Cantera, a ver si nos convences. Por cierto, ¿tienes tú los mismos estudios que él?

      1. Señora…se trata de leerse la Historia de España. Que el monje benedictino tenga sus titulaciones no significa que se le diga amén. Por ejemplo, el reino de Asturias…¿cuándo dejó de existir y por qué? Le invito a que se «fije» mejor en la Historia y verá que no me equivoco en lo que asevero.

  2. “La unidad católica hizo a España”. Y también la ha destruido. 1. Esa unidad del III Concilio de Toledo fue solo aparente, porque los arrianos siguieron conspirando contra los godos católicos y, cuando el Islam (que no es sino el arrianismo transformado) apareció al otro lado del Estrecho y desembarcaron 3.000 jinetes, el Obispo Don Opas, al frente de la caballería goda, se pasó al otro lado, lo que dio a los musulmanes la victoria. Los antiguos arrianos dijeron “esta es la nuestra” y la monarquía goda se derrumbó como un casillo de naipes: las ciudades abrían las puertas a los invasores a los que consideraban liberadores. 2. La Reconquista fue una larga guerra civil, que dio como resultado la expulsión de los otros españoles, inaugurando la era de expulsar al disidente (liberales, carlistas, católicos y finalmente republicanos).

  3. 3. El Imperio Español se desintegró, precisamente, por la incapacidad de la Iglesia de aceptar el liberalismo y las libertades. 4. En la última guerra civil, los hunos (según expresión de Unamuno) volvieron a imponer el catolicismo como única opción posible y los hotros, dijeron literalmente que el catolicismo era “La peor peste que ha padecido esta tierra feliz” y trataron de exterminarlo. 5. Cuando, finalmente, en 1978 se consagraron las libertades, la Iglesia vasca ha tratado de destruir España para instaurar un Estado confesional en una parte de ella (porque no podían imponerlo en toda España) y la Iglesia catalana apoya a los separatistas, no se sabe si para hacernos pagar por haber establecido un Estado aconfesional o porque tienen la insensata esperanza de obtener una Cataluña confesional.

  4. Fíjense qué curioso: el mapa de la última guerra civil española no fue de regiones ricas (nacionales) contra regiones pobres (republicanos), como quizá habría dicho Marx, sino casi exactamente primera reconquista cristianos viejos (nacionales), contra segunda, musulmanes y judíos convertidos por la fuerza (republicanos). La más flagrante excepción fueron Vizcaya y Guipúzcoa, que buscaban la revancha por haber perdido las guerras carlistas,

    1. Sota, la rica era la zona roja. que tenían todo y perdieron todo. Por lo demás, yo soy castellana y la fé en esta región estoy segura de que es la más acendrada de España. Aunque se haya perdido bastante, como en todas partes.

  5. Muy acertado el padre Cantera. La unidad de España se inicia en la unidad religiosa en torno al catolicismo. Se podría considerar el 589 como el año en el que nace España como nación, desapareciendo el reino visigodo, con dos religiones y dos leyes diferentes para dos pueblos diferentes. Así pues, España lleva 1432 años como nación. Además, esa unión entre catolicismo y entidad política es tan profunda que siempre que una zona de nuestro país se descristianiza, se proclama contraria al resto de la nación. Véase el caso del desierto cristiano en el nordeste de nuestra nación, o como en el Norte de la misma, a medida que se incrementaba la hispanofobia desaparecían vocaciones.

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