Hallan tumbas de niños indígenas en colegios y orfanatos del siglo XIX, propiedad del gobierno canadiense pero regentados a menudo por la Iglesia, y los sospechosos habituales reaccionan quemando (por ahora) una decena de templos católicos. ¿Alguien cree que es casual?
Con el objetivo expreso de integrar a la población indígena, en el siglo XIX las autoridades canadienses crearon una red de escuelas con tal propósito, regentadas por instituciones religiosas, a menudo católicas. Ahora, justo cuando el primer ministro Justin Trudeau aprueba una ley de marcado sabor indigenista, se descubren más de un millar de tumbas sin nombre con restos de niños indígenas. Y arden las iglesias católicas, no las agencias del Gobierno.
El 22 de mayo se encontraron las primeras 215 tumbas anónimas de niños indígenas en la Escuela Residencial Indígena Kamloops, en Columbia Británica. Luego, el 24 de junio, los líderes de la Primera Nación de Cowessess anunciaron que se habían descubierto otras 751 tumbas sin nombre en el sitio de la antigua Escuela Residencial Indígena Marieval.
Otros 182 restos humanos se encontraron en tumbas anónimas cerca de la antigua Escuela de la Misión de San Eugenio dirigida por católicos en Cranbrook, Columbia Británica.
Se desconoce de qué murieron estos niños, ¿a qué, entonces y en un momento tan oportuno, a siglos vista, se desata esta indignación anticatólica? Olvidamos que en el siglo XIX la mortalidad infantil era aún elevadísima, y a principios del XX la llamada Gripe Española causó verdaderos estragos entre los indígenas, especialmente entre los niños. Tampoco es extraño para la época el enterramiento cerca de una iglesia (el camposanto de toda la vida).
Se dice que las tumbas no tienen nombre, pero esto tampoco es excepcional, e incluso se alega que esta fue una petición expresa de los indígenas. Están señaladas con una cruz. Se habla de abusos sexuales, pero no se ha aportado prueba alguna. Y, en el peor de los casos, la idea misma de estas escuelas integradoras -y, no nos engañemos, es ese intento de integración forzada en la cultura occidental lo que indigna a los indigenistas y sus aliados progresistas- es del gobierno; la Iglesia se limitó a hacerse cargo de su administración. ¿Por qué no arden las agencias estatales?
El medio estadounidense Fox News informó el fin de semana que la primera iglesia en ser destruida en un incendio fue el templo Sacred Heart Catholic Church, ubicado en Penticton Indian Band en la Columbia Británica. El ataque ocurrió el 21 de junio. Ese mismo día también fue atacado el templo St. Gregory Catholic Church, ubicado en las tierras de la Osoyoos Indian Band, también en Columbia Británica.
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Esto recuerda a cuando Nerón acusó falsamente a los cristianos del incendio de Roma. El demonio es el padre de la mentira y es el que está detrás de estos incendiarios.
Sacerdote, en efecto, evoca tal episodio. Y Trudeau no se queda atrás en la comparación con lo peorcito de la dinastía imperial Julio-Claudia.
Por no conocer la historia y aprender de ella, se repite. Qué dolor!
La sinrazón de los ignorantes.
Solo les queda el odio gratuíto y actuar como salvajes.
Es un crimen de lesa humanidad cultural por odio. Los autores han de ser detenidos, enjuiciados y encarcelados.
¡¡Confusión, confusión, confusión!! Y mientras tanto, la Iglesia Católica cada vez más odiada y perseguida. La única conclusión que se saca de todo esto es que los poderes del mundo
(gobiernos, autoridades civiles, medios, «influencers»…) lo único que quieren es extender la noche sobre la iglesia. ¡Que el Señor nos ayude!
La costumbre india, era no poner nombres, ya que no tenían escritura, es una campaña de manipulación típica.-
Doloroso ver informaciones, de quemas de templos del Señor. Los templos le pertenecen a Dios, porque le están consagrados a Él, la ignorancia de la gente que comete estos terribles pecados y delitos, es muy grande, y hay quienes la aprovechan para destruir por odio a Dios, ya que están guiados por el padre de la mentira, que el demonio. Oremos por Canadá y por la gente, para que se informe, y no actúe irracionalmente.