Las recientes ordenaciones en Francia son motivo de reflexión para el sacerdote Pierre Amar, quien publica un interesante análisis de la situación que vive la Iglesia en Francia en las páginas de Le Figaro.
Empieza el padre Amar por la buena noticia: “Estos días se ordenan 130 nuevos sacerdotes en Francia… entre ellos 26 (¡algo nunca visto!) ordenados en la Comunidad de San Martín. Desde hace 2.000 años, su misión es la misma, vertiginosa y estimulante a la vez: dar a Jesús y hacerlo amar. ¿Pero a qué contexto llegan?”
A continuación traza un retrato marcado por la caída de la práctica religiosa, la incapacidad para mantener la red de parroquias y la conversión de Francia en un país de misión:
“De hecho, los últimos meses no sólo han afectado al funcionamiento económico, político y social de nuestro país. También han acelerado y amplificado ciertas tendencias en la Iglesia de Francia. El primer indicador es el de las cifras: algunas diócesis informan de un descenso significativo del índice de práctica religiosa. A menudo se trata de personas mayores que no se atreven a salir de sus casas por miedo a contagiarse y que han encontrado un cierto consuelo en la transmisión televisada o digitalizada de las misas. De hecho, las restricciones parecen haber tenido efecto sobre la práctica religiosa cuando ésta era sólo ocasional.
Por supuesto, se confirman bolsas de fuerte práctica católica según configuraciones geográficas, sociales o de afinidad ya identificadas. Pero en ciertas regiones en las que la Iglesia ya tenía problemas, ya no es posible mantener el territorio mediante una red parroquial tradicional. En la diócesis de Reims, por ejemplo, combinando el número de sacerdotes y su edad media, el arzobispo (monseñor Eric de Moulins-Beaufort) tuvo que ser pragmático: identificó 11 lugares eucarísticos. Sabe que la misa puede celebrarse allí todos los domingos en las próximas décadas con una congregación importante, con capacidad adecuada para la acogida, la formación, el intercambio y la solidaridad. También se han identificado monasterios y santuarios. Por ello, el obispo propuso que los sacerdotes y diáconos ya no estén asociados a un lugar concreto, sino a un «espacio misionero» en el que deberán ser, en la medida de lo posible, itinerantes. Es la admisión definitiva de una realidad que se afirmó en su momento: Francia es ahora un país de misión.”
Y aporta un dato tremendo: “La edad media de los sacerdotes es de 75 años y, desde hace varios años, por cada sacerdote joven ordenado, se entierran 12. Sin embargo, la relación entre el número de sacerdotes y los fieles se mantiene estable. La falta de sacerdotes es más bien una consecuencia y no la causa de la desaparición de la fe católica: ¡menos cristianos significa lógicamente menos sacerdotes!”
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Pues en eso estamos en España. No varía mucho la cosa aquí. Hay diócesis en las que llevan años sin apenas ordenaciones, sin seminaristas. En la mía se ordenan sólo 2 o 3 por año (los años buenos, hay años que ni eso) y suelen morirse unos diez o doce. No hay recambio. Los seminarios se han convertido en mansiones con telarañas. Y el Papa y los obispos preocupados en chorradas….
Convencedlos desde bebés, a lo mejor funciona
En vez de «ay mi niño», que digan «ay mi cura». Y para celibato, pues pastillas.
se necesitan robots benditos, ya sabeis dori alma doti espiritu, asi dotais de alma a los robots y con la bendicion, ya hay muchos robot que dicen misa y confiesan solo hay que dotarlos de alma.
Eso, eso, para cura funcionario que administra organiza y gestiona, y además lo va a hacer mal porque lo que tenía que hacer era convertir a la gente, mejor un robot. Dispensador automático de sacramentos.
Es que también hay mucha gente que purgar. Porque no van a ordenar a alguien que quiera hacer prosélitos a una supuesta única religión verdadera que salva, sabiendo que Cristo ya se ha unido a todo hombre para siempre. No todos gozan de esa simpatía natural con fines recaudatorios a base de organizar «encuentros y eventos». Soberbio elige a soberbio y al final pe rro come pe rro ,vamos la enfermedad endogámica propia de los borbones. Si nadie trata de convertir a nadie, lo mejor es que contraten a buenos gestores y administradores para lo que queda: hay que poner mejores sueldos y ofertas de trabajo atrayentes. Celibato al final para nada, para administrar y gestionar no hace falta.
Hay que ser realista, y sacar un día la estadística de robots ordenados que abandonan.¿1 de cada 12 también?
¿O son 12 de cada 1?
A pesar del problema de las parroquias , creo que todos los franceses tienen un sacerdote a menos de 10 kilómetros de donde vive .
No creo que la practica dominical se relaciona directamente con falta de sacerdotes .
No, la práctica dominical ha caído porque la mayoría de los franceses no tiene ni p.uta idea de religión y existe un anticatolicismo rampante que asusta. Por cierto, los obispos franceses fuero de los que mejor pusieron en práctica el «espíritu del concilio» que tanto le mola a muchos. Resultado: Francia es un solar para el catolicismo. Y créeme, es un país que conozco bien
Menos católicos, menos sacerdotes. Pero, ¿Y antes? Menos santidad, doctrina y predicación de la Verdad, menos católicos.
Francia es un erial de cristianismo y eso nadie lo discute. Viví y trabajé allí un tiempo. Es un país adherido a una especie de «religión cívica», con dogmas muy aceptados por católicos y laicos y que nadie se atreve a poner en solfa. Aunque los masones, verdaderos artífices de esta pseudoreligión, son el 0,2 % de la sociedad francesa, el 75% de los miembros de la Asamblea Nacional son masones y eso ya dice mucho del cáncer que corroe a esa sociedad y las consecuencias que ello conlleva. Intenta hacer una procesión religiosa fuera del recinto de la Iglesia en Lourdes y verás el revuelo que se arma. Ponen hasta policías en la puerta del santuario para que eso no ocurra. Si a todo eso le añdimos la relajación en la doctrina y en las normas de los católicos que acontecieron tras el catastrófico concilio, ya tiene mi improbable lector la fotografía exacta del catolicismo francés en 2021 (298 de la era masónica).
Y en casa como andamos …?