Lo dijo Francisco antes del rezo del Ángelus en el día del Corpus Christi desde la ventana del tercer piso del Palacio Apostólico del Vaticano.
Hablando de la Eucaristía, y de su institución en la última cena, Francisco dijo que el gesto de Jesús un gesto humilde de donación, «un gesto de compartir». «Jesús nos muestra que el objetivo de la vida es el donarse, que lo más grande es servir», dijo.
El Papa quiso subrayar la palabra «fragilidad». «Jesús se hace frágil como el pan que se rompe y se desmigaja. Pero precisamente ahí radica su fuerza, en su fragilidad. En la Eucaristía la fragilidad es fuerza: fuerza del amor que se hace pequeño para ser acogido y no temido; fuerza del amor que se parte y se divide para alimentar y dar vida; fuerza del amor que se fragmenta para reunirnos a todos nosotros en la unidad».
El Santo Padre aseguró que hay otra fuerza que destaca en la fragilidad de la Eucaristía: «la fuerza de amar a quien se equivoca». Hablando de la traición de Judas esa misma noche, el Papa se pregunta qué hace Jesús: «Reacciona ante el mal con un bien mayor. Al “no” de Judas responde con el “sí” de la misericordia. No castiga al pecador, sino que da su vida por él, paga por él»,.
«Cuando recibimos la Eucaristía, Jesús hace lo mismo con nosotros: nos conoce, sabe que somos pecadores, sabe que cometemos muchos errores, pero no renuncia a unir su vida a la nuestra. Él sabe que lo necesitamos, porque la Eucaristía no es el premio de los santos, ¡no! Es el Pan de los pecadores. Por eso nos exhorta: “¡No tengan miedo! Tomen y coman”», dijo.
«Cada vez que recibimos el Pan de Vida, Jesús viene a dar un nuevo sentido a nuestras fragilidades. Nos recuerda que a sus ojos somos más valiosos de lo que pensamos. Nos dice que se complace si compartimos con Él nuestras fragilidades. Nos repite que su misericordia no teme nuestras miserias. La misericordia de Jesús no teme nuestras miserias», señaló.
Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco mencionó el descubrimiento en Canadá de los restos de 215 niños, alumnos del Kamloops Indian Residential School, en la provincia de Columbia Británica. «Me uno a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica de Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, traumatizado por esta impactante noticia. El triste descubrimiento aumenta nuestra conciencia del dolor y el sufrimiento del pasado. Las autoridades políticas y religiosas de Canadá sigan colaborando con determinación para esclarecer este triste suceso y comprometiéndose humildemente en un camino de reconciliación y sanación.
Estos tiempos difíciles son un fuerte llamado para que todos nos alejemos del modelo colonizador y también de las colonizaciones ideológicas de hoy, y para que caminemos juntos en el diálogo, el respeto mutuo y el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá.
Encomendamos al Señor las almas de todos los niños que murieron en los internados de Canadá y rezamos por las familias y comunidades nativas canadienses sumidas en el dolor. Recemos en silencio».
Les ofrecemos las palabras del Papa durante el Ángelus, publicado en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy, en Italia y en otros países, se celebra la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. El Evangelio nos presenta el relato de la Última Cena (Mc 14, 12-16. 22-26). Las palabras y los gestos del Señor nos tocan el corazón: toma el pan en sus manos, pronuncia la bendición, lo parte y lo entrega a los discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi cuerpo» (v. 22).
Es así, con sencillez, que Jesús nos da el mayor sacramento. El suyo es un gesto humilde de donación, un gesto de compartir. En la culminación de su vida, no reparte pan en abundancia para alimentar a las multitudes, sino que se parte a sí mismo en la cena de la Pascua con los discípulos. De este modo, Jesús nos muestra que el objetivo de la vida es el donarse, que lo más grande es servir. Y hoy encontramos la grandeza de Dios en un trozo de pan, en una fragilidad que desborda de amor y desborda de compartir. Fragilidad es precisamente la palabra que me gustaría subrayar. Jesús se hace frágil como el pan que se rompe y se desmigaja. Pero precisamente ahí radica su fuerza, en su fragilidad. En la Eucaristía la fragilidad es fuerza: fuerza del amor que se hace pequeño para ser acogido y no temido; fuerza del amor que se parte y se divide para alimentar y dar vida; fuerza del amor que se fragmenta para reunirnos a todos nosotros en la unidad.
Y hay otra fuerza que destaca en la fragilidad de la Eucaristía: la fuerza de amar a quien se equivoca. Es en la noche en que fue traicionado que Jesús nos da el Pan de Vida. Nos hace el mayor regalo mientras siente en su corazón el abismo más profundo: el discípulo que come con él, que moja su bocado en el mismo plato, lo está traicionando. Y la traición es el mayor dolor para los que aman. ¿Y qué hace Jesús? Reacciona ante el mal con un bien mayor. Al “no” de Judas responde con el “sí” de la misericordia. No castiga al pecador, sino que da su vida por él, paga por él. Cuando recibimos la Eucaristía, Jesús hace lo mismo con nosotros: nos conoce, sabe que somos pecadores, sabe que cometemos muchos errores, pero no renuncia a unir su vida a la nuestra. Él sabe que lo necesitamos, porque la Eucaristía no es el premio de los santos, ¡no! Es el Pan de los pecadores. Por eso nos exhorta: “¡No tengan miedo! Tomen y coman”.
Cada vez que recibimos el Pan de Vida, Jesús viene a dar un nuevo sentido a nuestras fragilidades. Nos recuerda que a sus ojos somos más valiosos de lo que pensamos. Nos dice que se complace si compartimos con Él nuestras fragilidades. Nos repite que su misericordia no teme nuestras miserias. La misericordia de Jesús no teme nuestras miserias. Y, sobre todo, nos cura con amor de aquellas fragilidades que no podemos curar por nosotros mismos: ¿Qué fragilidades? Pensemos: la de sentir resentimiento hacia quienes nos han hecho daño —esta no la podemos sanar solos—; la de distanciarnos de los demás y aislarnos en nuestro interior —esta no la podemos sanar solos—; la de autocompadecernos y quejarnos sin encontrar descanso —tampoco esta la podemos sanar nosotros solos—. Es él quien nos sana con su presencia, con su pan, con la Eucaristía. La Eucaristía es una medicina eficaz contra estas cerrazones. El Pan de Vida, de hecho, cura las rigideces y las transforma en docilidad. La Eucaristía sana porque nos une a Jesús: nos hace asimilar su manera de vivir, su capacidad de partirse y entregarse a los hermanos, de responder al mal con el bien. Nos da el valor de salir de nosotros mismos y de inclinarnos con amor hacia la fragilidad de los demás. Como hace Dios con nosotros. Esta es la lógica de la Eucaristía: recibimos a Jesús que nos ama y sana nuestras fragilidades para amar a los demás y ayudarles en sus fragilidades. Y esto durante toda la vida. Hoy en la Liturgia de las Horas hemos rezado un himno: cuatro versos que son el resumen de toda la vida de Jesús. Y nos dicen que Jesús al nacer se hizo compañero de viaje en la vida. Después, en la cena, se dio como alimento. Luego, en la cruz, en su muerte, se hizo “precio”: pagó por nosotros. Y ahora, reinando en los Cielos es nuestro premio, que vamos a buscar, el que nos espera.
Que la Santísima Virgen, en quien Dios se hizo carne, nos ayude a acoger con corazón agradecido el don de la Eucaristía y a hacer también de nuestra vida un don. Que la Eucaristía nos haga un don para todos los demás.
Después del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas:
Sigo con dolor las noticias procedentes de Canadá sobre el espantoso descubrimiento de los restos de 215 niños, alumnos del Kamloops Indian Residential School, en la provincia de Columbia Británica. Me uno a los obispos canadienses y a toda la Iglesia católica de Canadá para expresar mi cercanía al pueblo canadiense, traumatizado por esta impactante noticia. El triste descubrimiento aumenta nuestra conciencia del dolor y el sufrimiento del pasado. Las autoridades políticas y religiosas de Canadá sigan colaborando con determinación para esclarecer este triste suceso y comprometiéndose humildemente en un camino de reconciliación y sanación.
Estos tiempos difíciles son un fuerte llamado para que todos nos alejemos del modelo colonizador y también de las colonizaciones ideológicas de hoy, y para que caminemos juntos en el diálogo, el respeto mutuo y el reconocimiento de los derechos y valores culturales de todas las hijas e hijos de Canadá.
Encomendamos al Señor las almas de todos los niños que murieron en los internados de Canadá y rezamos por las familias y comunidades nativas canadienses sumidas en el dolor. Recemos en silencio.
Deseo asegurar mis oraciones por las víctimas de la masacre que tuvo lugar en la noche del viernes al sábado en una pequeña ciudad de Burkina Faso. Estoy cerca de sus familias y de todo el pueblo burkinés, que está sufriendo mucho por estos repetidos ataques. África necesita paz y no violencia.
Hoy, en Chiavenna, en la diócesis de Como, será beatificada sor María Laura Mainetti, de las Hijas de la Cruz, asesinada hace 21 años por tres muchachas influenciadas por una secta satánica. La crueldad. Ella, que amaba a los jóvenes por encima de todo, y que ha amado y perdonado a esas mismas muchachas prisioneras del mal, nos deja su programa de vida: hacer cada pequeña cosa con fe, amor y entusiasmo. Que el Señor nos dé a todos fe, amor y entusiasmo. ¡Un aplauso para la nueva beata!
Pasado mañana, martes 8 de junio, a las 13:00 horas, la Acción Católica Internacional invita a todos a dedicar un minuto por la paz, cada uno según su propia tradición religiosa. Oremos en particular por Tierra Santa y por Myanmar.
Saludo cordialmente a todos ustedes, provenientes de Roma, Italia y otros países. En particular, saludo a los jóvenes del Proyecto Contacto de Turín y al Grupo de Devotos de la Virgen de los Milagros de Corbetta, a las familias de Cerignola y a la Asociación Nacional de Ambulantes, con muchos trabajadores de las ferias y artistas callejeros. Muchas gracias por los regalos que han traído. ¡Y también saludo a los salentinos del sur de Puglia, que están bailando la pizzica allí! ¡Estupendos! Les deseo a todos un buen domingo.
Por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Un buen almuerzo y hasta pronto!
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Puede generar confusion la afirmación, y el fiel pensar que no hace falta estar en Gracia de Dios para recibir la comunión
Exacto.
Es el Pan de los pecadores… que han confesado su pecado, con propósito de enmienda y de cumplir su penitencia. El pecador que ni confiesa su pecado ni tiene voluntad de enmendarse, o que incluso proclama orgullosamente que seguirá pecando, no puede alimentarse de tal Pan porque acelera la condena de su alma, añadiendo a sus pecados anteriores el sacrilegio a las Sagradas Formas.
No, no y no. Francisco se equivoca y confunde a quienes le escuchan. La Eucaristía es para los santos, no para los pecadores impenitentes. Aunque es cierto que no hay santo que no sea pecador (salvo la Inmaculada), sólo en estado de gracia se puede uno acercar a comulgar. Las citas bíblicas que refutan la afirmación del Papa son muchas.
Así por ejemplo 1 Cor 11,27-29.
El Papa no ha dicho en ningún momento que la Eucaristía sea para pecadores impenitentes. No manipule; no lo es para «los puros» en plan pelagiano o catarista. Y usted debería saberlo.
Igual le conviene meditar lo de «los curas supermán» y «chismosos» en vez de saltar como un lobo a por las homilías del Papa.
Es cierto no lo ha dicho. Pero es una realidad, reconocida hasta por los Papas desde hace muchos años, que muchos fieles, sobre todo en determinadas misas con implicaciones sociales, acceden a la comunión sin estar en Gracia. Y estas palabras pueden ahondar en dicho error,
No, no se equivoca. No puede ser que se equivoque en algo tan básico y tampoco puede ser que sea confuso inocentement en algo tan fundamental.
Solo queda un interpretación: la confusión es su intención.
¿Alguien se sorprende de esto a estas alturas?
No! no Papa Fran cisco, por aquí no paso! la Euca ristía no se toca y la Palabra sa grada tampoco. Esto es grave!!!!!!!! Somos cristianos o Ber goglia nos? no, no , no: somos cris tianos porque Cristo es Dios pero usted no es Dios usted es un hombre y si quiere inventarse una doctrina se la inventa pero será una doctrina de hombre. Estoy enfadada y disgustada!!!! La Biblia es clara : no se puede comulgar en pecado. Si tiramos la Bi blia,¿en qué creemos? ¿en quien creemos? en usted? no hijo no! por aquí no! y conste que yo no soy nada rí gida eh! pero soy de Cristo.
Jolines!!!! mejor me callo ya…
a ver si ahora sale que el anterior está pendiente de moderar
RESPONDER
Egge
7 junio, 2021 a las 7:46 pm
Tu comentario está pendiente de moderación.
ACS:
El Papa no está diciendo que se puede comulgar en pecado mortal, sino alertando del peligro de pelagianismo.
Realmente somos pecadores aún confesados, ya que hasta el justo peca 70 veces 7 cada día.
Pienso que alerta del peligro que existe en creerse justificado y pertenecer al grupo de los puros. Se refiere a una actitud interior ante Dios en la Eucaristía. No es un premio por ser «justos» o «puros»; es Cristo que sale a nuestro encuentro para darnos su gracia ya que somos pecadores.
Egge,no somos niños de guardería,todos sabemos lo que quiere dar a entender Francisco.
Ningún cristiano auténtico se creerá nunca ni perfecto,ni justificado ni inmaculado,ni dirá jamás que no es pecador como todos.
Todos,somos pecadores!!
Todos!!
Y caemos 70 veces al día y más.
Pero hay una gran diferencia entre caer en pecados veniales,y vivir estancado en el pecado mortal sin querer salir de el,y el que quiere salir con la gracia de Dios,sale.
Es bastante difícil que una persona que lleve una vida de Fe y oración, caiga en un pecado mortal con la gracia de Dios,sino no se salvaría nadie.
Dios no pide cosas imposibles de cumplir.
Y lo dijo Él mismo,»mi carga es llevadera y mi yugo ligero.»
Y cuando lo dijo es porque : «TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE.»
¿Y eso que tiene que ver?
En el texto de Francisco no pone nada respecto a comulgar en pecado mortal. Absolutamente nada.
Y hay comentarios que lo insinúan.
Niños de guardería, no lo sé. Pero dar a entender algo que no se ha dicho y además grave, pues si ha ocurrido.
Hay que estar mal para pensar que el Papa está incitando a comulgar en pecado mortal.
Solo si te reconoces pecador puedes acercarte al pan eucaristico. El Papa dice que la unica actitud valida para comulgar es la del que piensa y dice «no soy digno de que entres en mi casa… »
Si se lee una frase fuera de contexto se puede pensar cualquier cosa
Usted es ingenuo o malintencionado…??
No le voy a explicar toda esa verborrea sin sentido.Porque mo tendŕia fin.
No se interpreta de sus palabras ni conversión,ni arrepentimiento, ni propósito de enmienda, cosa que no menciona ni por asomo.
Pero la frase lo dice todo:
«La Eucaristía no es el premio de los santos,sino el Pan de los pecadores»
A ver,señor,los santos por muy santísimos que sean son pecadores,pero están en gracia de Dios.
Ahora,cuando hace una distinción entre SANTOS Y PECADORES,está dando a entender que los segundos no están en gracia.
Toda persona que está en gracia es santa,puesto que nada que no sea santo puede entraren el Cielo.Y sabemos que si uno estáen gracia,se salva.
Eso lo sabemos todos.
Otra cosa es que determinadas personas vivan esa Santidad en GRADO HERÓICO.,que es diferente.
Pero todas las personas en gracia tienen santidad,pero cada uno en diferente grado.
Entonces se entiende que esa diferenciación es para los PECADORES QUE NO ESTÁN EN GRACIA.
Maria:
Esa es su interpretación. Usted verá porque siempre interpreta negativamente las palabras de su Papa.
Yo no comprendo una actitud negativa constante, destructiva, que siembra duda, oscurantista, etc.
Puedo entender que se critique algo de vez en cuando, o se matice, pero esa actitud no la entiendo.
Egge, lo que casi todos no entendemos es que usted identifique, obsesiva y sistemáticamente, cualquier crítica con una manifestación beligerante de deslealtad al Papa o a la Iglesia.
Si se quiere engañar así mismo, usted verá.
Es muy sencillo comprobar las continuas críticas. Sólo hay que darse una vuelta por la sección de comentarios.
Negar la evidencia es otra estrategia de trilero. No cuela.
Pelagio defendía la primacía de la voluntad para salvarse; pertenecer a una especie de superhombres elegidos capaces de salvarse así mismos. Si aceptaba la gracia, pero no le daba el papel preponderante que tiene.
Esto lo trata en Gaudete et Exultate y tiene el aval de la Tradición; en concreto, de San Agustín.
En ningún momento ha entrado en cuestiones de pecado mortal y de poder comulgar estando en él. Algunos comentarios, desafortunados para mi, inducen a esa conclusión falsa.
ACS:
Has contado varias veces que Cristo salió a tu encuentro. ¿Lo hizo porque eras pura? Sabes que no… .
Fue por su amor y gracia que tu acogiste con humildad. Por su misericordia.
Pues es lo mismo.
Por favor, no pierdas la inocencia de tu vivencia y recuerda que Cristo y su gracia es lo primero que actúa; nosotros luego debemos corresponder con nuestras buenas obras para imitarle (sed perfectos…). Pero siempre es primero Cristo que se da a un pecador (todos lo somos).
Excelente comentario, ACS.
Que alegría,coincidir!!.
Saludos.
Gracias Francisco pues mientras algunos sacerdotes ( marianos) nos impiden acercarnos a Dios tú nos lo acercas tu sabiendonos pecadores nos lo acercas pues sabes que pese al propósito de enmienda de que conlleva la confesión es fácil recaer.
Miguel, ¿quien dijo que la fe fuera fácil? Pero no podemos relativizar al Señor.
«Si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga»
Y como no es fácil y hay que perdonar 70 veces 7 hay que estar dispuestos a perdonar una y otra vez al pecador y no castigarlo sin la eucaristía.
Miguel, al pecador se le ofrece el abrazo de Cristo… pero si él se niega porque «es imposible no pecar» quien se castiga es él, nadie más.
La Iglesia perdona siempre… pero el Pan celestial se da a quien confiesa sus pecados. Uno no puede perdonarse a si mismo.
¿Y usted que narices sabe lo que los demás piensan de si mismos?
Usted habla por hablar y por discutir, porque su parienta no le aguanta su pesadez y necesita que alguien le haga caso.
Perdón; esta respuesta no va aquí.
La Eucaristía no es un premio, ni una medalla que se cuelga en la estantería.
Es UNA PERSONA!!!!!
JESUCRISTO !!!!! con el que se tiene una relación de AMOR.
Y una relación en RECÍPROCA,Él me da a mi su amor y yo también tengo que darle a Él.
Usted no puede pretender tener una relación de amor con alguien y serle infiel a ese alguien con todo el vecindario y pretender que como la otra PERSONA es tan buena y Misericordiosa tiene que SOPORTAR todos sus desplantes.Ese es el valor que ustedes le dan a Jesucristo??Yo hago todo lo que me apetece y se que le ofende y desagrada y que se aguante…,no??
Por favor,ustedes Miguel y Egge no han entendido nada.
La que no entiendes nada eres tú.
Sacas conclusiones inexistentes y haces afirmaciones como si aparecieran en el texto y no lo hacen.
Tu comentario a Miguel y a mi da a entender también que hemos afirmado otra cosa como si justificásemos que es correcto comulgar sabiendo que se está en pecado mortal.
Y eso es una burda manipulación de las palabras del Papa y de nuestros comentarios.
Lo que dices María no tiene nada que ver con lo que yo he dicho y como siempre manipulando las palabras de los demás para que parezca que decimos otra cosa.
Me van a explicar ustedes entonces.
Porque evidentemente todas las personas que estamos en gracia y podemos comulgar SOMOS PECADORES.
TODOS!!!
Y eso no lo niega NADIE.
Y eso lo sabe todo el mundo.
A qué viene hacer hincapié en eso.
Sabemos todos qué es lo que pretende dar a entender Francisco,queridos hermanos.
No sé si son ustedes ingenuos o malintencionados como él.
Es que hay personas que creen que están en gracia y no lo están.
Otros se creen ya casi perfectos y justificados, miran por encima al resto, y realmente están llenitos de oscuridad.
Les pasaba a los fariseos.
Cristo también predicaba sobre esto; no se cual es el problema de que lo haga el Papa siendo su Vicario.
Egge, usted y sus quijotescos molinos de viento. Nadie, absolutamente nadie acá se tiene por un ser celestial, perfecto e iluminado. Al revés, todos los comentarios leales al Magisterio y Tradición católicas proclamamos nuestra condición de pecador. Simplemente, añadimos un matiz decisivo, para no desvirtuar por omisión la Verdad redentora: el Pan celestial es alimento del pecador… del pecador que, por ser consciente de serlo, proclama su necesidad de conversión y comunión permanentes en el seno de la Iglesia. Porque si omitimos esto, la cosa queda muy, muy fea, y muy, muy desvirtuada.
¿Y usted que narices sabe lo que los demás piensan de si mismos?
Usted habla por hablar y por discutir, porque su parienta no le aguanta su pesadez y necesita que alguien le haga caso.
«La Eucaristía no es el premio de los santos, es el Pan de los pecadores», especialmente a los adúlteros, que con tu Amoris Laetitia, permites comulgar en pecado mortal. Francisco ¿por que persigues a Cristo?
Exacto Fred,por eso interpretamos lo que Francisco exactamente quiere dar a entender,Comunión para adúlteros,sodomitas incapaces de dejar su fornicación..,aborteros ,políticos que promueven el aborto,depravadores de la infancia con ideologias legeteberas..etc.
Eso sí,Francisco es implacable con quien no abre sus fronteras,con los que contaminan,con los que » bendicen» armas y con los políticos que roban,ahí sí,exComunión para todos ellos a diestro y siniestro.
¿Eres tu la que entiende las palabras y ahora nos das lecciones como si fuéramos niños de guardería?
Eso es lo que dicta tu mente. Tu sabrás porqué. Yo, me lo imaginó.
Egge, «gracias, Señor, porque yo SÍ entiendo siempre el recto significado de las declaraciones papales, no como estos tradis rigurosos y espiritualistas».
Fariseismo de manual.
Has dado en el clavo.
No entiendes nada; sólo criticas.
Incoherentemente a santos y a pecadores se les dificultó el acceso.
LA EUCARISTIA ES EL ALIMENTO DE LOS QUE LUCHAN POR LA SANTIDAD, SE SABEN PECADORES; PERO NECESITADOS DE LA SAGRADA COMUNION PARA CRECER EN.SANTIDAD Y APARTARSE DE TODO PECADO
Es el Pan de los pecadores arrepentidos.
Y en Gracia de Dios, tras confesarse debidamente.
«Quien esté libre de pecado (entiéndase=nadie) , que tire la primera piedra», dijo el Señor Jesús.
Quien no esté libre de pecado, que se confiese debidamente antes de comulgar.
No le voy a explicar toda esa verborrea sin sentido.Porque mo tendŕia fin.
No se interpreta de sus palabras ni conversión,ni arrepentimiento, ni propósito de enmienda, cosa que no menciona ni por asomo.
Pero la frase lo dice todo:
«La Eucaristía no es el premio de los santos,sino el Pan de los pecadores»
A ver,señor,los santos por muy santísimos que sean son pecadores,pero están en gracia de Dios.
Ahora,cuando hace una distinción entre SANTOS Y PECADORES,está dando a entender que los segundos no están en gracia.
Toda persona que está en gracia es santa,puesto que nada que no sea santo puede entraren el Cielo.Y sabemos que si uno estáen gracia,se salva.
Eso lo sabemos todos.
Otra cosa es que determinadas personas vivan esa Santidad en GRADO HERÓICO.,que es diferente.
Pero todas las personas en gracia tienen santidad,pero cada uno en diferente grado.
Entonces se entiende que esa diferenciación es para los PECADORES QUE NO ESTÁN EN GRACIA.
Que mal pensados sois. Evidentemente quiere decir lo contrario de lo que dice.
es ironía
La eucaristía no ningún «premio», ni «castigo» el no recibirla. Plantear el asunto en estos términos «retrata» perfectamente a quien así lo hace. Con el aut aut lo que se hace es dividir: hay unos «buenos» -que se creen buenos, claro-, que comulgan como «premio» a su bondad; y hay unos «malos» que están privados de la eucaristía, como castigo a su maldad. Esa contraposición es absurda, y plantearla -de cara a la galería-, una mezquindad pestilente.
La eucaristía es alimento imprescindible para perseverar en el camino iniciado hacia la santidad. Y tiene sus condiciones, que están en el Catecismo de la Iglesia Católica. Una de ellas es: no tener conciencia de pecado mortal; o, en positivo, estar en gracia santificante. Omitir esto es diabólico.