La embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede cuelga la bandera LGTB

embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede
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A finales de junio se celebra el llamado ‘Orgullo Gay’, fiesta, marcha, manifestación, o todo mezclado, que abandera el colectivo LGTB (añadan las letras que quieran); es decir, el día en el que este grupo, o aquellos que se arrogan la representatividad del mismo, hacen sus reivindicaciones.

Sin embargo, lo que se celebraba en un día ahora se hace en todo un mes, llamándole el mes del orgullo. Así lo hacen en Estados Unidos y, ahora que con la llegada de Biden se ha revocado la orden de Trump de no ondear la bandera LGTB en las embajadas, una de las primeras en sumarse ha sido, precisamente, la embajada del país norteamericano ante la Santa Sede.

“La Embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede celebra el Pride Month ―mes del orgullo― con la bandera del Orgullo exhibida durante el mes de junio. Estados Unidos respeta la dignidad y la igualdad de las personas LGBTQI+. Los derechos LGBTQI + son derechos humanos”, se lee en una publicación de la embajada en Twitter.

El texto va acompañado de una foto de la fachada de la embajada, situada cerca de la famosa Via Veneto, donde se ve colgando una bandera del colectivo LGTB, rompiendo con la estética del lugar. La última embajadora de Estados Unidos ante la Santa Sede fue Callista Louise Gingrich, quien, nombrada por Donald Trump en 2017, se despidió del Papa Francisco en enero de 2021, tras la victoria de Joe Biden. Actualmente, no ha sido elegido su sustituto.

Por cierto, a juzgar por la foto esa no es la bandera LGTB, sino la de la paz.

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Comentarios
21 comentarios en “La embajada de Estados Unidos ante la Santa Sede cuelga la bandera LGTB
    1. Me ha encantado este tuit que le han puesto a la embajada:
      «Now we all know what Fulton Sheen meant by «the ape of the Church»».

      1. Porque ni en una sola embajada en cualquier país islámico y ni siquiera en la de China o Rusia, se atrevería Biden a poner lo mismo.

  1. Y en la de Mozambique hay una bandera con un AK47
    Y en la de Irán pone «Allah akbar»

    Los países se han hecho tal lio con sus banderas que ya no saben qué quieren decir ni qué representan

    1. No te confundas.

      Esa bandera que han colgado no es la bandera de los EEUU y no representa al pueblo estadounidense en su conjunto, sino una ideología antinatural y anticristiana de los que ocasionalmente están en el poder (y que tras el recuento de votos, se verá si lo estan legítimamente)

      Hacerlo en un país teocrático que sostiene lo contrario (al menos eso hacía en los últimos 2000 años) es un descaro y una ofensa al pais donde dicha embajada se encuentra en representación.

      Finalmente, Mozambique e Irán tienen el derecho a tener lo que quieran en sus banderas nacionales. Este trapo que han colgado NO es una bandera nacional de nadie.

  2. «Él (Satán) formará una contra-iglesia que será el mono de la iglesia, porque el diablo es el mono de Dios. Tendrá todas las características de la Iglesia, pero a la inversa y vaciada de su contenido Divino. Será el cuerpo místico del Anticristo, de enorme parecido externo al cuerpo místico de Cristo. Luego se verificará una paradoja: las mismas objeciones con que los hombres del último siglo rechazaron a la iglesia, serán las razones por las que aceptarán la contra-iglesia».
    Arzobispo Fulton J. Sheen, 1948

  3. Sin entrar a valorar el significado de la bandera, ya hay que tener poca elegancia y ganas de salir en las noticias dando la nota.

    1. El seudo-católico Biden muestra la hilacha con poca elegancia y ninguna diplomacia, exhibiendo sin-vergüenza en su embajada una bandera propia de una ideología opuesta a Dios, en abierto desafío al país confesional que lo acoge.

      «In your face»

  4. Para los catolicos junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús.

    Lo que hace esa embajada NO es católico. Y por estar situada donde está, más bien es una provocación. La de un organismo que representa al presidente de ,»SU» pais y que obviamente no es católico, salvo por estar bautizado en la Iglesia Católica.

    Lo que corresponde es como mínimo una nota vaticana de protesta y otra del nuncio en Washington.

    No pasará nada. Con otros Papás iban a tener tanta desvergüenza.

  5. Es una decisión diplomática ; tomada entre aliados; con mucho contenido simbólico, seguramente consensuada.
    ¡Allá el que no quiera ver!

    1. Diplomático-religiosa. Biden y Bergoglio son globalistas, son dos patas del mismo banco, de la misma Agenda de marras. El globalismo impone una religión prefabricada a todo el mundo obligatoriamente, que no es la católica, sino un engendro pergeñado entre todos los del reseteo, entre los que se encuentra Francisco… ¿Cómo se come eso? Ni idea. No entiendo como se puede ser papa y globalista, cuando el globalismo quiere a toda costa acabar con el catolicismo. Ni lo entiendo, ni lo admito. Tampoco creo que el Papa esté engañado, porque tendría que tener un coeficiente intelectual ínfimo, y tonto no es.
      Así que, hasta que todo este embrollo no se aclare, prefiero mantenerme al margen de todo lo que se cueza en El Vaticano. Afortunadamente no faltan Padres y Doctores de la Iglesia a quien tomar como referencia. Y a magníficos Papas con grandes Encíclicas. Y también tenemos a Benedicto rezando por la Iglesia continuamente.

      1. El papa necesariamente ha de ser globalista, puesto que católico, desde su etimología, quiere decir Universal (o sea, global)……

        1. No te confundas.

          La Santa Iglesia Católica jamás ha abogado por un gobierno global terrenal.

          La Santa Iglesia siempre ha proclamado a Cristo Rey del Universo, que es de Fe que ha de volver para reinar y poner todo principado y potestad (incluidos los globalistas) bajo sus pies.

  6. Ante semejante ultraje, la Santa Sede debería llamar a consultas al Embajador, pero previsiblemente no hará nada, pues el Papa Francisco calla ante el tema lgtbi.

    1. ISAÍAS 56:
      Oráculo del Señor Dios, que congrega a los dispersos de Israel. «Aún congregaré a otros, con los ya congregados». Fieras todas del campo, venid a comer, fieras todas del bosque. Sus guardianes son ciegos todos ellos, no se dan cuenta de nada; todos son perros mudos, incapaces de ladrar, soñolientos, tumbados, amigos de dormitar. Y los perros voraces fueron insaciables. Son pastores que no saben discernir. Todos ellos se volvieron a sus caminos, cada cual a su interés, sin excepción. «¡Venid! ¡Voy a tomar vino! ¡Emborrachémonos de licor! Y mañana será como hoy, y aún mucho más».
      Isaías 56,8-12

  7. A la plutocracia, que es la que está detrás del Lgtbi, le importa una higa toda esa gente lgtbi. Les da lo mismo que sean felices o no, que se mutilen y luego se suiciden o que vivan bocarriba o bocabajo. A ver si nos vamos enterando. A la plutocracia lo único que le interesa es borrar cualquier seña de identidad colectiva. Y el sexo lo es. Y una de las más elementales. Se es hombre o se es mujer, y eso es ya una seña de identidad. Pero ellos nos quieren no como átomos de algo sino como partículas de la nada. Esto, señores, es sencillamente la culminación del nominalismo y del protestantismo. Es sencillamente delirante pero es lo que quieren. En último extremo supongo que están por la extinción del ser humano, cambiado por un híbrido obra del propio ser humano. Así, «la criatura» hecha por el hombre adorará al hombre como a su creador antes de que este mismo hombre desaparezca. Están locos. Entre tanto hay que atravesar pasos intermedios y en ellos estamos.

  8. En los edificios oficiales deben ondear banderas oficiales (es decir, que representen naciones, regiones, provincias o ciudades); cualquier otro símbolo o pancarta sobra, porque será necesariamente partidista y no representará a todos, sino solo a una parte. Ejemplo: si se coloca una bandera a favor de los filatélicos, los aficionados de un equipo deportivo, los coleccionistas de cerámica o los ajedrecistas, se banaliza por completo el sentido originario de las banderas. A mí me encanta, por ejemplo, la música de Bach, pero no se me ocurriría jamás pedir que su efigie luciera en una pancarta o bandera de mi Ayuntamiento, simplemente porque ese no es el lugar adecuado.

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