Rosario Livatino es beatificado en Sicilia como «mártir de la justicia y de la fe»

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(CNA/Courtney Mares) El beato Rosario Livatino, un juez católico brutalmente asesinado por la mafia en 1990, ha sido beatificado el pasado domingo en la catedral de Agrigento, Sicilia.

El Papa Francisco elogió la beatificación del joven juez, calificándolo de «mártir de la justicia y de la fe» al final de su discurso del Regina Caeli del 9 de mayo.

«En su servicio a la comunidad como juez íntegro, nunca se dejó corromper. Se esforzó por juzgar, no por condenar, sino por redimir», dijo el Papa Francisco desde la ventana del Palacio Apostólico.

«Siempre puso su trabajo ‘bajo la protección de Dios’; por ello se convirtió en testigo del Evangelio hasta su heroica muerte. Que su ejemplo sea para todos, especialmente para los magistrados, un estímulo para ser fieles defensores de la ley y de la libertad», dijo.

El cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación Vaticana para las Causas de los Santos, presidió la misa de beatificación en la catedral de Agrigento.

«Livatino es un testigo de la justicia del Reino de Dios. Si bien Livatino es un héroe del Estado y de la ley, también es un mártir de Cristo», dijo Semeraro en su homilía.

Durante la misa se veneró una reliquia de Livatino, una camisa manchada con su sangre del día de su asesinato, expuesta en un relicario.

El cardenal Semeraro leyó la declaración de beatificación del Papa: «Concedemos al Venerable Rosario Livatino, laico y mártir que fue un testigo creíble del Evangelio al servicio de la justicia, que en adelante pueda ser llamado beato». Su fiesta será el 29 de octubre.

Livatino trabajó como fiscal en Sicilia ocupándose de la actividad delictiva de la mafia a lo largo de la década de 1980. Se enfrentó a lo que los italianos llamaron más tarde «Tangentopoli», el sistema corrupto de sobornos y comisiones de la mafia para obtener contratos de obras públicas.

A los 37 años fue nombrado juez del Tribunal de Agrigento.

El 21 de septiembre de 1990 conducía sin escolta hacia el tribunal de Agrigento cuando otro coche chocó contra su vehículo, sacándolo de la carretera. Salió corriendo del vehículo accidentado e intentó huir, pero le dispararon por la espalda y luego lo remataron.

Hoy en día, una placa en la carretera marca el lugar donde Livatino fue asesinado. En ella se lee: «Mártir de la justicia». El 21 de diciembre, el Papa Francisco completó este título cuando reconoció al juez como mártir asesinado «por odio a la fe».

Su legado en el campo del Derecho sigue vivo a través del trabajo del Centro de Estudios Rosario Livatino, que se dedica a temas relacionados con la vida, la familia y la libertad religiosa.

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