La decadencia de la Iglesia alemana

Alemania apostasías
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(Giulio Meotti/Il Timone)- Fieles a la fuga, descenso de las vocaciones, iglesias cerradas y edificios en liquidación. Los despiadados números de un cristianismo que desaparece en el corazón de Europa.

El obispo luterano Jobst Schoene explicó que «nos estamos acercando a una situación similar al trágico destino del cristianismo en el Norte de África en los primeros días del islam». En la época romana, Argelia y Túnez eran totalmente cristianas y de ellas salieron Tertuliano y Agustín. Dos siglos más tarde, el cristianismo se había extinguido, sustituido por la civilización árabe-islámica. El «nos» del obispo Schoene es el corazón de la vieja Europa: el cristianismo alemán. Alemania se ha impuesto como la cabeza de ariete de la secularización en Europa.

Hemorragia de fieles

Los números son evidentes. La Conferencia Episcopal Alemana ha anunciado un récord de 272.771 personas que abandonaron la Iglesia en 2019. Un aumento de más de 56.000 respecto a las 216.000 que la habían abandonado en 2019, superando con mucho el precedente récord de 218.000 en 2014. La Iglesia protestante alemana ha visto un descenso similar: 270.000 dejaron de pertenecer a ella en 2019, un aumento del 22% respecto al año anterior. La tendencia es aterradora.

En un estudio encargado por la Conferencia Episcopal, los investigadores de la Albert-Ludwig-Universität de Friburgo han concluido que el total de las confesiones cristianas -sumando las católicas y las protestantes- pasarán de los actuales 45 millones a 34 millones en 2035, y en cuarenta años se habrán reducido a 22 millones. El número de protestantes en la generación siguiente caerá de los actuales 21,5 millones a 10.5 millones, y el de los católicos de 23 millones a 12,3 millones.

Los miembros de las iglesias entre los 25 y los 40 años ya no están bautizando a sus hijos. Si los tienen. Porque los cristianos cada vez tienen menos hijos. Erfurt, la capital luterana de Turingia, tiene la mitad de niños que tenía en 1990. Bitterfeld-Wolfen ha visto como su población caía de 75.000 personas en 1989 a las 40.500 de hoy en día. En Köthen, donde Johan Sebastian Bach compuso los Conciertos de Brandenburgo, son todos ancianos, hay poquísimos niños.

El gran frío de las vocaciones

Faltan niños y faltan sacerdotes. En 1963, las ordenaciones en Alemania fueron 400; en 1993 bajaron a 238; en 2013 a 98; en 2015 a 58… Lo revela una encuesta del periódico de la muy católica Baviera, el Süddeutsche Zeitung. «La Iglesia católica en Alemania se enfrenta a una dramática carencia de sacerdotes. Nunca tan pocos hombres se ordenaron sacerdotes católicos como el año pasado». La diócesis de Maguncia tampoco ha ordenado a ningún sacerdote en un año. «Es una tendencia alarmante», ha dicho Thomas Sternberg, presidente del Comité central de los católicos alemanes (Zdk), que explica que «el año pasado, de cada once sacerdotes que llegaron a la edad de jubilación solo hubo una ordenación». «El número de los candidatos al sacerdocio católicos ha disminuido de los 594 de 2011 a los 211 actuales», explica Heinrich Timmerevers, obispo de Dresde-Meissen. Ha caído el número de seminaristas. Solo tres seminarios diocesanos -Mainz, Múnich y Münster- pueden seguir abiertos, como ha comprobado el grupo de trabajo de la Conferencia Episcopal Alemana, copresidido por Timmerevers.

Los protestantes están huyendo en masa del cristianismo. «Alemania como país de la Reforma es algo del pasado», ha escrito Astrid Prange en Deutsche Welle. En Alemania, la cuna del protestantismo, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Münster ha revelado que la afiliación a las iglesias protestantes ha caído del 59% al 29% en pocos años. Los protestantes se extinguirán en poco más de una generación. «¡Ayuda, que se cae!», ha titulado el Zeit, poniendo en la portada una iglesia. «Las iglesias han calculado su futuro, pero ahora casi nadie habla del nuevo estudio sobre su final», escribe el primer semanal alemán.

Iglesias cerradas

Según Dretlef Pollack, profesor de sociología religiosa en la Universidad de Münster, apenas el 4% de los ciudadanos protestantes alemanes va hoy en día con regularidad a la iglesia, respecto al 15% que lo hacía en 1950.

En el Estado de Sajonia-Anhalt, donde se encuentra la Wittenberg de Lutero, solo el 13,8% de la población pertenece a la Iglesia protestante. La Iglesia evangélica alemana ha perdido, de 1990 a 2016, ocho millones de miembros.

Un estudio para la Evangelische Bank, un banco alemán vinculado a la principal Iglesia protestante, reproduce las entrevistas a 145 administradores de edificios en 126 distritos eclesiásticos. El 90% de ellos declara que ha vendido bienes en los últimos cinco años. Además, el 69% tiene intención de vender más edificios en futuro. El protestantismo alemán ha sido puesto en venta. Solo en Essen, en el centro de Alemania, se cerrará un cuarto de las iglesias. Un estudio del Dresdner Bank prevé que, en los próximos años, la mitad de las iglesias de Alemania deberán cerrar o ser habilitadas para otros usos. Se pierden las historias de los lugares de cultos que han sido desconsagrados: la iglesia de San Rafael, en Berlín-Gatow, ha sido cerrada y reestructurada para acoger un centro comercial; la iglesia parroquial de Neuruppin (en el nordeste del país) ahora se utiliza como centro de congresos para directivos; en la iglesia de San Martín, en Bielefeld (oeste del país), ahora se organizan fiestas y banquetes de boda; la iglesia de Milow (este del país) ha sido transformada en la sucursal de una caja de ahorros.

Veamos el caso de Frankfurt. En los años 50, cuando Konrad Adenauer era canciller, en esta ciudad vivían 430.000 protestantes. Hoy son 110.000 mil. La consecuencia es que un cuarto de las iglesias de la ciudad ha cerrado. Una de las diócesis católicas más antiguas del país, Tréveris, pasará de 172 a 35 parroquias, con una reducción del 80%, como ha anunciado la portavoz, Judith Rupp.

«La fe se ha evaporado», ha dicho un melancólico cardenal Friedrich Wetter, arzobispo de Múnich de 1982 a 2007, cargo que antes había sido de Joseph Ratzinger. La archidiócesis de Múnich ha atraído en un año a un solo candidato al sacerdocio. En toda la archidiócesis de Múnich, tierra de origen de Benedicto XVI, actualmente hay apenas 37 seminaristas en los distintos estadios de formación, frente a un número de casi 1,7 millones de católicos. En comparación, la diócesis estadounidense de Lincoln, en Nebraska, tiene actualmente 49 seminaristas para unos 96.000 católicos.

La archidiócesis de Colonia es la más grande de Alemania y una de las más ricas del mundo, pero prevé reducir sus parroquias de 500 a 50 antes de 2030.

Tendencias irrefutables

En 2001, el entonces cardenal Joseph Ratzinger dijo a su futuro biógrafo, Peter Seewald: «La Iglesia se reducirá numéricamente. Cuando hice esta afirmación me llovieron de todos lados reproches porque dijeron que era pesimista. Hoy, todas las prohibiciones parecen haber caído en desuso, salvo en lo que atañe a lo que se llama pesimismo y que a menudo no es más que sano realismo. En una ciudad como Magdeburgo, el porcentaje de cristianos es solo del 8% de la población, incluidas -¡ojo al dato!- todas las confesiones cristianas. Los datos estadísticos muestran unas tendencias irrefutables».

Hace años que se sabía de la descristianización radical de todos los países del centro y norte de Europa: Suiza, Holanda, Inglaterra, Suecia, Dinamarca… Ahora la secularización está desangrando los antiguos «bastiones» católicos: España, Francia, Portugal, Irlanda, Alemania….

En 1996, hablando con los periodistas del Spiegel, el filósofo alemán Martin Heidegger declaró: «Solo un Dios puede ya salvarnos». Vale, pero ¿cuál?

Publicado por Giulio Meotti en Il Timone.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

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Comentarios
18 comentarios en “La decadencia de la Iglesia alemana
  1. El paradigmático progresismo de los teólogos alemanes ha hecho mella en la grey. Y para un buen alemán que llegó al pontificado, dimitió, con lo cual la debacle se ha acentuado en los últimos ocho años.

    1. Debido a que las causas del secularismo son variadas, opino que sin los errores del Vaticano II y del Papa Francisco, también tendríamos crisis, pero no tan acentuada.

  2. Doy fe.
    En el sentido notarial.
    En el sentido evangélico.

    La situación a pie de calle, o a pie de parroquia, es mucho más dramática de lo que revelan los informes.
    Y mientras esto acaece, unos orondos a y unas marujillas de medio pelo, (en sentido físico lo del medio pelo), encantados y encantadas de caminar hacia el precipicio, hacia la nada, hacia la «eterna etereidad».
    Sinodialmente, eso sí.
    En fin…

    1. A veces, y cuanto más alto el puesto más claramente se presenta, Dios pide asumir el martirio. Woelki debe dejarse de lamentaciones y nebulosidades (en alemán nube se dice Wolke) y pasar a la condena del camino sinodal, saliéndose de ese contubernio de reuniones de h er ej es y defendiendo la verdad. Le misericordiarán, y tendrá que seguir luchando desde otra trinchera, pero sólo entonces vencerá. Lo mismo vale para obispos que quieran ser buenos en el mundo hispano……

  3. Sólo veo dos éxitos:

    1. La Iglesia asumiendo la fe y moral del Nuevo Orden

    2. La población alemana asumiendo su autoliquidacion por el bajo número de nacidos, según el Nuevo Orden

  4. Todo abogado y canonista sabe que las normas deben de interpretarse de una manera integrada, las unas con las otras. El Concilio Vaticano II se convirtió en una absurda Tercera Alianza de Dios con la Iglesia, desligado de la Tradición, y este ha sido el supremo grave error de fatales consecuencias.

    1. Jose, no, treintamil,no, treinta millones y sólo en Europa. De hecho los lefevbrianos son como los testigos de Jehová: debieron tener pecado original, pero no tienen pecados personales: son perfectos.

    2. De acuerdo contigo, José. Como lo he visto y palpado, doy testimonio de ello. Los de Lefevbre son católicos coherentes que decidieron en su día, legítimamente, obedecer a Dios antes que a los hombres. Y por los frutos se conoce la obra de Dios: los que adoran a Dios tienen persecución, testigos y los templos llenos. Los que adoran al mundo tienen «primaveras» glaciales y eco en sus templos… y en sus sagrarios, porque Xto también se cansa y dice adiós. La iglesia simoniaca potentada en Alemania y Austria es un exponente claro, marxista y babosa con Küng y Kasperle, y rabiosa contra los santos y contra la Roma eterna católica.

      1. Evidentemente, la actitud de los papas desde Juan XXIII hasta la fecha, incluido también especialmente nuestro querido JPII, deja mucho mucho que desear. Menos caramelizar con el mundo y más enderezar la nave de Xto hacia las columnas, Xto y la Virgen, con la maquinaria de la Tradición de siempre.

  5. ¡Qué horrible desolación! No por imaginado (ya «sabíamos» o intuíamos esto) es menos terrible, verlo así escrito con cifras y nombres concretos. Qué desolación, qué HORROR

  6. A veces, y cuanto más alto el puesto más claramente se presenta, Dios pide asumir el martirio. Woelki debe dejarse de lamentaciones y nebulosidades (en alemán nube se dice Wolke) y pasar a la condena del camino sinodal, saliéndose de ese contubernio de reuniones de h er ej es y defendiendo la verdad. Le misericordiarán, y tendrá que seguir luchando desde otra trinchera, pero sólo entonces vencerá.

    Lo mismo vale para obispos que quieran ser buenos en el mundo hispano……

  7. …y más comentarios que recibirá. Infovaticana se hará un favor dejando de censurar a Viganò, que terminará teniendo razón hasta en lo de las vacunas.

  8. Vivimos malos tiempos, pero han de venir peores aún. Está profetizado, no sé de qué nos escandalizamos tanto. Todo ello ha de suceder por permisión divina. Claro que es muy doloroso y terrible para los fieles creyentes, pero debemos aceptarlo y orar insistentemente por la conversión de todos. Y que nuestro ejemplo no esté reñido con nuestra fé. Recordemos lo que dice en el evangelio de San Lucas:… Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”

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