El periódico Der Sonntag, órgano de la Arquidiócesis de Viena, Austria, dice haber recibido una carta de un lector, la cual le pidieron contestar al cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena.
La pregunta de la carta era de un hombre que decía que su hijo es homosexual y ‘felizmente’ casado, que fue monaguillo y ‘cristiano devoto’ por muchos años. Este hombre dice sentirse decepcionado con la Iglesia Católica y argumentaba que mucha gente dice tener una buena relación con Dios, pero grandes problemas con la Iglesia y pregunta cuál debe ser la actitud a seguir. La referencia es obviamente al reciente escrito de Doctrina de la fe con la que el Vaticano dice “no” a la bendición de parejas del mismo sexo.
La respuesta del purpurado austriaco ha sido traducida por Secretum Meum Mihi:
“Empiezo con una muy simple observación: muchas madres bendicen a sus hijos. Mi madre aún lo hace hasta hoy. No salgo de casa sin que ella me bendiga. Una madre no rehusaría la bendición incluso si su hijo o hija tiene problemas. Al contrario. Y esto es exactamente el mismo caso de esta carta al editor cuando el hijo revela que siente atracción al mismo sexo y ama al mismo sexo. Los padres, especialmente si son creyentes, no rehusarán sus bendiciones a este hijo o hija.
No estuve feliz con esta declaración de la Congregación de Doctrina de la Fe. Por esta simple razón: El mensaje que llegó por los medios de comunicación de todo el mundo fue sólo un ‘no’. Un ‘no’ a la bendición; y eso es algo que hiere dentro a muchas personas, como sintiendo y diciendo, ‘Madre, ¿no tienes una bendición para mí? Yo soy tu hijo también’.
La Iglesia es, como se dice tradicionalmente, Mater et Magistra, madre y maestra. Ella tiene que enseñar, pero primero es una madre. Y muchas personas que viven y sienten atracción al mismo sexo son particularmente sensibles a esta cuestión: ‘¿Es la Iglesia una madre para nosotros?’ Y siguen siendo hijos de Dios. Y también ellos quieren ver la Iglesia como madre y es por eso que esta declaración golpea a muchos tan dolorosamente, porque tiene el sentimiento de que son rechazados por la Iglesia.
Que una preocupación positiva pueda ser encontrada tras esta preocupación de esta declaración romana no se ha visto en absoluto.
A saber, el gran respeto por el matrimonio sacramental, el cual se ha convertido casi en una rareza en el mundo actual. Pero que es algo grande y santo, el pacto de un hombre y una mujer. Un pacto de por vida, prometido y hecho ante Dios, que luego también puede conducir a hijos que son percibidos como un regalo de Dios.
Entonces la legítima preocupación de la Congregación para la Doctrina de la Fe es que una ceremonia de bendición no cree la impresión de que se está celebrando un matrimonio sacramental.
Pero este “sí” a la familia no tiene que ser dicho como un “no” a todas otras formas. La iglesia se ha acostumbrado durante mucho tiempo —fue un proceso largo y doloroso— a que no es la única voz que tiene una palabra que decir sobre las uniones. Desde el siglo XIX, el estado ha retirado la soberanía de la iglesia sobre el matrimonio, y es natural para nosotros —también para la iglesia— que uno primero se case civilmente antes de casarse por la iglesia. Y, sin embargo, la comprensión del estado del matrimonio como un contrato es esencialmente diferente de la comprensión del matrimonio sacramental. Hemos estado viviendo con eso durante mucho tiempo.
La cuestión de si se puede bendecir a las parejas del mismo sexo pertenece a la misma categoría que la cuestión de si esto es posible para uniones parejas que se han vuelto a casar o no. Y aquí mi respuesta es relativamente simple:
Si el pedido de la bendición no es un espectáculo, no solamente como una especie de coronación de un ritual externo, si el pedido de una bendición es honesto, es realmente un pedido de una bendición de Dios para un camino de vida, las dos personas, cuya situación, sin embargo, intentan abandonar, entonces la bendición no les será negada.
Incluso si, como sacerdote u obispo, tengo que decir: ‘Ustedes no se han dado cuenta de todo el ideal. Pero es importante que ustedes vivan su camino sobre la base de las virtudes humanas, sin las cuales no hay unión exitosa’. Y eso merece una bendición. Si la forma correcta de expresión para esto sea una ceremonia de bendición de la iglesia, hay que pensarlo cuidadosamente”.
Publicado en Der Sonntag y traducido por Secretum Meum Mihi.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Ya dije ayer en un comentario nuevamente censurado por infovaticana que la poco ortodoxia de este Cardenal no se remite a los homosex. Las profanaciones y abusos litúrgicos en su arquidiócesis (en muchas de las cuales él ha tomado parte o sido protagonista) son muy faciles de constatar por lo menos desde hace quince años, y él mismo ha sido señalado (por masones) de pertenecer a la masonería.
¿Será que al señor Cardenal le gusta Conchita Wurst?
No sabía yo que el Cristianismo era a la carta, y que dependía del sentimentalismo. Yo creía que era un camino de salvación, donde La verdad no dependía de cada situación, sino que lo era en si misma.
A este chico hay que decirle sin miedo que tiene que cambiar, porque esconderle la verdad en nombre de un no sufrimiento, es anestesiarlo y no dejarle la posibilidad de escoger la mejor opción.
Yo quiero la verdad, para saber a qué atenerme y pedirle la gracia a Dios de cambiar si estoy errado, lo que no quiero es que me la escondan, para facilitarme mi corta vida, jugándome la eterna
Se les ha caído la máscara
Realmente tienen prisa.
Otro Cardenal mareando la perdiz para justificar el pecado.
Un tema tan claro en la Biblia como el pecado de sodomia, y algunos cardenales lo ponen en duda. ¿Tienen fe esta gente? O solo son funcionarios.
Da vuelta las cuestiones y las coloca desde el que pide y no desde el que puede o no puede dar, y la respuesta es que la Iglesia no tiene ni tendrá el poder de bendecir. Bendecir qué no es lícito y por lo tanto ilícito?:
«Relaciones, o a parejas incluso estables, que implican una praxis sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abierta, por sí misma, a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo[6]».
Para ser coherentes con la naturaleza de los sacramentales, cuando se invoca una bendición sobre algunas relaciones humanas se necesita – más allá de la recta intención de aquellos que participan – que aquello que se bendice esté objetiva y positivamente ordenado a recibir y expresar la gracia, en función de los designios de Dios inscritos en la Creación y revelados plenamente por Cristo Señor.
Es más que importante la afirmación NO TIENE NI TENDRÁ….
Qué difícil es aquello de : si tu mano derecha es causa de pecado, CORTATELA. Si tu ojo derecho…. Si tu pie derecho….
Que tal la mano derecha de adulterio de un hombre, o mujer cados ? O la mano derecha de realizar ‘lucrativos » negocios, pero ilícitos? El homosexualismo ( practicado), como tantas otras cosas, son una mano derecha, con la cual es imposible entrar al cielo.
Este hombre ha pasado de ser uno de los redactores del Catecismo, que incluye lo relativo a los actos homosexuales como actos intrínsecamente desordenados, a pretender que se bendigan las uniones homosexuales que se basan en dichos actos. ¿Cómo se puede explicar este cambio tan radical? Pues la única explicación que le encuentro es aquello de que cuando no vives en función de cómo piensas acabas pensando en función de cómo vives. Y no creo que sea necesario decir mucho más.
El problema no era la doctrina, eso no les importa al parecer. Pero la moral!! Ahhh eso sí, la moral que no la toquen.
¿A quien quiere engañar este zorro cardenal? Las parejas homosexuales que quieren una bendición de la Iglesia no lo hacen porque estén intentando abandonar esa situación de pecado, sino porque quieren legitimarla y continuar con ella, como ocurre en el mismo caso de esa carta, donde se habla de un hijo homosexual «felizmente casado». No me extrañaría que si existe alguna pareja que se presenta con esa pretensión, se pudiera encontrar, incluso, con clérigos que la disuadieran de ello; pues cada vez abundan más los que intentan hacer a uno, como dijo Jesucristo, «dos veces más digno de la Gehena» que ellos.
Yo empiezo a pensar q el buen cardenal debe tener alguna enfermedad neutro degenerativa. Los argumentos son de adolescente de 15 años: si se aman…
Muy triste para un pastor De la Iglesia Católica
Cayó en las garras del padre de la mentira, de satanás.
Hay que orar mucho, y mucho es poco para que estas personas vuelvan al camino de Dios, empezando por el que está en la cúspide, pero que no ES.
COMO NOS DICE NUESTRO SEÑOR CUANDO UN CIEGO QUIERE CONDUCIR A OTRO CIEGO AMBOS CAERAN EN EL HOYO
Con respeto Señor Cardenal, vuelva a las enseñanzas de la Iglesia, que son las de Cristo y deje de querer congraciarse con el pecado.
Estad vigilantes, porque el enemigo anda como león rugiente, buscando a quién devorar.
Hay servidores de Jesús ayudando a la redención de almas; pero hay otros, como este m4l prelado que trabaja para el 3n3mi60 de Dios.
¿Si la Iglesia puede bendecir la práctica de la sodomía, por qué no puede bendecir la extorsión de los mafiosos, las mentiras de los políticos etc? La Iglesia no puede bendecir o apoyar a nadie que claramente rechaza la doctrina moral natural y revelada por más argucias que invente este cardenal chaquetero. Si no está de acuerdo con la doctrina de la Iglesia, pues que renuncie al gobierno de la diócesis de Viena y al cardenalato si quiere ser convincente en sus falsos argumentos.
No se le pueden pedir peras al olmo. Este cardenal es abiertamente homosexual y lógicamente tiene que defender a sus compañeros en el pecado. La prensa modernista siempre les pregunta estas cosa a los menos indicados. Y todo para formar líos y desacreditar a la Verdadera Iglesia de Jesucristo. Así quieren acabar con la institución. Y son los menos. El problema radica en que la mayoría de católicos fieles a Cristo no hacen alharaca ni se manifiestan en mítines callejeros. Pero ya va siendo hora que lo hagan y entren a defender la Verdadera Fe a como dé lugar.
Llegara un dia, que estos Cardenales, Obispos, sacerdotes, pidan clemencia por Satanas y disculpen su rebeldia, que declamen Misericorido por el angel caido y juzguen demasiado cruel a Dios mismo, nieguen el Infierno al unisono y llamen al Pecado un bien natural.