Francisco, a los iraquíes: «¡Me honra encontrarme con una Iglesia mártir!»

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El Vaticano ha hecho público un video mensaje del Papa Francisco al pueblo iraquí a un día del viaje que el Pontífice -tras más de un año sin viajar fuera de Italia- realizará al país de Oriente Medio.

«Anhelo conocerlos, ver sus rostros, visitar su tierra, antigua y extraordinaria cuna de la civilización», dice el Papa al comienzo de su mensaje. Francisco dice que va como peregrino penitente, «para pedir al Señor el perdón y reconciliación tras años de guerra y terrorismo, a pedir a Dios el consuelo para los corazones y curación para las heridas», señala.

El Papa va también como peregrino de paz «en busca de la fraternidad, animado por el deseo de rezar juntos y de caminar juntos, también con los hermanos y hermanas de otras tradiciones religiosas, en el signo del padre Abrahán, que une a musulmanes, judíos y cristianos en una sola familia».

También tiene unas palabras a aquellos «que han dado testimonio de la fe en Jesús en medio de las pruebas más difíciles»; el Papa espera verlos «con emoción». «Me honra encontrarme con una Iglesia mártir. ¡Gracias por vuestro testimonio!», exclama.

«Que los muchos mártires, demasiados, que ustedes han conocido nos ayuden a perseverar en la fuerza humilde del amor. Aún tienen ante sus ojos las imágenes de casas destruidas y de iglesias profanadas, y adicionalmente las heridas en los corazones por los afectos perdidos y los hogares abandonados. Deseo llevarles la caricia afectuosa de toda la Iglesia, que está cerca de ustedes», asegura el Santo Padre.

Mensaje del Papa Francisco a los iraquíes, ofrecido en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

Queridos hermanos y hermanas de Irak: Assalam lakum ! [¡La paz sea con ustedes!]

Dentro de unos días estaré por fin entre ustedes. Anhelo conocerlos, worm sus rostros, visitar su tierra, antigua y extraordinaria cuna de la civilización. See como peregrino, como peregrino penitente , to implore al Señor el perdón y reconciliación tras años de guerra y terrorismo, a pedir a Dios consuelo para los corazones y curación para las heridas. Y veis entre ustedes como peregrino de paz , para repetir: “ Todos ustedes son hermanos ” ( Mt 23,8). Sí, voy como peregrino de paz en busca de la fraternidad, animado por el deseo de rezar juntos y de caminar juntos, también con los hermanos y hermanas de otras tradiciones religiosas, en el signo del padre Abrahán, que une a muslimes, judíos y cristianos en una sola familia.

Queridos hermanos y hermanas cristianos, que han dado testimonio de la fe en Jesús en medio de las pruebas más difíciles, con emoción espero verlos. Me honra encontrarme con una Iglesia mártir. ¡Gracias por vuestro testimonio! Que los numeros mártires, demasiados, que ustedes han conocido nos ayuden a perseverar en la fuerza humilde del amor. Aún tienen ante sus ojos las imágenes de casas destruidas y de iglesias profanadas, y adicionalmente corazones las heridas por los afectos perdidos y los hogares abandonados. Deseo llevarles la caricia afectuosa de toda la Iglesia, que está cerca de ustedes y del atormentado Oriente Medio, y que los anima a seguir adelante. No permitamos que los terribles sufrimientos que han experimentado, y que tanto me apenan, prevalezcan. No nos rindamos ante la propagación del mal. Las antiguas fuentes de sabiduría de vuestras tierras nos guían hacia otra parte, a hacer como Abrahán que, aun dejándolo todo, nunca perdió la esperanza (cf. Rm4,18) y, confiando en Dios, dio vida a una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo. Queridos hermanos y hermanas, dirijamos nuestra mirada hacia las estrellas. Allí está nuestra promesa.

Queridos hermanos y hermanas: He pensado mucho en ustedes en estos años, en ustedes que han sufrido tanto pero no se han desalentado. En ustedes, cristianos, musulmanes; en ustedes, pueblos, como el pueblo yazidí, los yazidíes, que han sufrido tanto, tanto; todos hermanos, todos. Ahora vengo como peregrino de esperanzaa vuestra tierra bendita y herida. En vuestra casa, en Nínive, resonó la profesión de Jonás, que evitó la destrucción y trajo una nueva esperanza, la esperanza de Dios. Dejémonos contagiar por esa esperanza, que nuestro ánima tiene que reconstruir y empezar de nuevo. Hay en estos duros tiempos de pandemia, ayudemonos para fortalecer la fraternidad, para construir juntos un futuro de paz. Juntos, hermanos y hermanas de cada tradición religiosa. Desde vuestra tierra, hace miles de años, Abrahán imprendió su camino. Hoy nos corresponden a nosotros continuarlo, con el mismo espíritu, recorriendo juntos los senderos de la paz. Por eso invoco sobre todos ustedes la paz y la bendición del Altísimo. Hay todos ustedes the pido que hagan lo mismo que Abrahán, que caminen en la esperanza y nunca dejen de mirar a las estrellas.¡Shukran! [¡Gracias!]