Una universidad pontificia organiza webinars para presentarnos a María como mujer musulmana

Una universidad pontificia organiza webinars para presentarnos a María como mujer musulmana

La publicación italiana Famiglia Cristiana se hace eco de “una serie de seminarios por Internet, a partir del 18 de febrero, dedicados a María, modelo de fe y de vida para el cristianismo y el islam, organizados y producidos conjuntamente por la Pontificia Academia Mariana Internationalis con su Comisión Mariana Internacional Musulmano-Cristiana, la Pontificia Universidad Antonianum con su Cátedra de Estudios Mariológicos Beato Juan Duns Escoto y el Centro Cultural Islámico de Italia con la Gran Mezquita de Roma”.

Los webinars, se nos informa, serán “totalmente gratuitos, en el espíritu de la tradición franciscana y de la tradición musulmana” y estarán dedicados a “María, modelo de fe y de vida para el cristianismo y el Islam”.

Esta serie de sesiones se inscriben en un contexto horizontal en el que Dios no tiene nada que decir ni aportar y todo se reduce a una fraternidad de la que no se sabe bien en qué se fundamenta. Es lo que se desprende de la siguiente justificación de la iniciativa:

La pandemia actual hace cada vez más aguda y urgente la necesidad de reconocernos todos como hermanos, porque sólo un mundo de hermanos, generado por la educación sabia y compartida en la cultura del diálogo como camino, de la colaboración común como conducta y del conocimiento mutuo como método y criterio, podrá construir un presente y un futuro diferentes, donde la ley del más fuerte sea sustituida por la fuerza suave de una ley que refleje cada vez más los valores fundamentales de un ser humano hecho no para competir y ganar, sino para convivir e intercambiar sus diferencias en todas partes de manera acogedora”.

Pero quizás lo más chocante sea la asunción acrítica por parte de una institución católica, pontificia, de la apropiación que el Islam pretende hacer de la figura de la Virgen María.

Es evidente que la Virgen María era judía y que también se le puede aplicar la definición del Catecismo de cristiana: discípula de Cristo; pero difícilmente se la puede calificar como «mujer musulmana», entre otros motivos por uno muy sencillo: el Islam no aparece hasta siete siglos después.

Este hecho no parece ser tenido en cuenta por los organizadores de estos webinars que presentan su contenido así:

La figura de María, mujer judía, cristiana y musulmana, pertenece por derecho y por hecho al camino, a los procesos y a las experiencias que contribuyen a la generación de un camino educativo que apuesta positiva y confiadamente por el abrazo entre generaciones y por una nueva política y economía en la que los países no necesitan construir su identidad sobre el desprecio y sobre la negación sistemática, abierta o encubierta, del otro y de los otros: una identidad, esto es, a expensas del diferente y dispuesta a identificar en él la causa de todos los males, fracasos, limitaciones y problemas que, en cambio, tienen sus múltiples causas en otra parte. Perteneciente a estos tres mundos religiosos y multiculturales (judaísmo, cristianismo, islam), la figura de María es en sí misma una invitación apremiante y constante a cruzar e interconectar estos mundos, convirtiéndose incluso en un modelo de convivencia plural donde las fronteras de cada uno están hechas para permitir la comunicación, el paso, el intercambio; y no para cerrarse, según las muchas figuras de exclusión que tienen como fruto la cultura, la psicología, la política y la economía de la guerra, el odio y la inhumanidad”.

La iniciativa de la Pontificia Academia Mariana Internationalis, además, tras referirse al Corán como “Sagrado Corán”, se adhiere a la práctica del Ramadán, tal y como explica del siguiente modo:

Los seminarios web finalizarán durante el mes de Ramadán con los Dátiles de María en la Sala de Conferencias de la Gran Mezquita de Roma (si la situación sanitaria lo permite): en recuerdo de lo que dice el Sagrado Corán (Sura 19,22-26), a saber, que tras dar a luz cerca del tronco de una palmera, fue llamada por el recién nacido que le dijo «No estés triste […] agita el tronco de la palmera hacia ti y dejará caer sobre ti dátiles frescos y maduros. Así que cómetelos», compartiremos una comida de amistad y fraternidad una vez que se haya puesto el sol”.

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