El Papa: «Aprendamos a ser transgresores como Jesús»

Vatican Media
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Francisco recordó el día de san Valentín: «Hoy no puede faltar, en el día de san Valentín, dirigir un pensamiento, una felicitación a los novios, a los enamorados. Los acompaño con mi oración y los bendigo».

«Los leprosos eran considerados impuros y, según la prescripción de la Ley, debían permanecer fuera de los lugares habitados. Eran excluidos de toda relación humana, social y religiosa», dijo el Papa antes del rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.

«Dios se ha hecho cercano a nuestra vida, tiene compasión de la suerte de la humanidad herida y viene a derribar toda barrera que nos impide vivir nuestra relación con Él, con los demás y con nosotros mismos», indicó el Pontífice.

El Papa mencionó tres palabras que indican el estilo de Dios: cercanía, compasión, ternura. En este episodio, dijo en referencia al evangelio de ayer -el encuentro entre Jesús y un leproso- «podemos ver que se encuentran dos «transgresiones»: la transgresión del leproso que se acerca a Jesús, y no podía hacerlo, y Jesús que, movido por la compasión, se acerca y lo toca con ternura para curarlo, y no podía hacerlo. Ambos son transgresores, son dos transgresiones».

«Su enfermedad era considerada un castigo divino, pero en Jesús él pudo ver otro rostro de Dios: no el Dios que castiga, sino el Padre de la compasión y del amor, que nos libera del pecado y que nunca nos excluye de su misericordia», explicó.

«Permítanme aquí un pensamiento para tantos buenos sacerdotes, confesores, que tienen este comportamiento de atraer a la gente -hay tanta gente que se siente nada, se siente en el suelo por sus pecados- pero con ternura, con compasión. Son buenos aquellos confesores que no están con el látigo en la mano, sino para recibir, escuchar y decir que Dios es bueno, que Dios perdona siempre, que Dios no se cansa de perdonar. Para estos confesores misericordiosos, les pido hoy a todos ustedes, darles un aplauso aquí en la plaza. ¡Para todos!», dijo Su Santidad.

«La segunda transgresión es la de Jesús: mientras la Ley prohibía tocar a los leprosos, Él se conmueve, extiende su mano y lo toca para curarlo. Alguno podría decir: “¡Ha pecado! ¡Ha hecho aquello que la Ley prohíbe. Es un transgresor”. Es verdad, es un transgresor. No se limita a las palabras, sino que lo toca. Y tocar con amor significa establecer una relación, entrar en comunión, implicarse en la vida del otro hasta el punto de compartir incluso sus heridas. Con este gesto, Jesús muestra que Dios, que no es indiferente, no se mantiene a una «distancia segura»; se acerca, es más, se acerca con compasión y toca nuestra vida para sanarla con ternura. Es el estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura. La transgresión de Dios. Es un gran transgresor en este sentido», señaló el Santo Padre.

«Para respetar con las reglas de la buena reputación y las costumbres sociales, a menudo silenciamos el dolor o usamos máscaras para disimularlo. Con el fin de conciliar los cálculos de nuestro egoísmo o las leyes internas de nuestros temores, no nos implicamos demasiado en los sufrimientos de los demás», señaló. «Aprendamos a ser transgresores como estos dos, como el leproso y como Jesús», afirmó Francisco.

Después del Ángelus, el Papa agradeció la labor de los que trabajan «en favor de los migrantes». «Hoy, en particular, me uno a los obispos de Colombia al expresar reconocimiento por la decisión de las autoridades colombianas de implementar el Estatuto de Protección Temporal para los migrantes venezolanos presentes en el país, favoreciendo para ellos la acogida, la protección y la integración», dijo el Pontífice.

Les dejamos las palabras del Papa, publicadas en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

Queridos hermanos y hermanas:

¡Buenos días! ¡Qué bella está la plaza con el sol! ¡Es bella!

El Evangelio de hoy (cf. Mc 1,40-45) nos presenta el encuentro entre Jesús y un hombre enfermo de lepra. Los leprosos eran considerados impuros y, según la prescripción de la Ley, debían permanecer fuera de los lugares habitados. Eran excluidos de toda relación humana, social y religiosa. Por ejemplo, no podían entrar en la sinagoga, no podían entrar en el Templo, también religiosamente. Jesús, en cambio, deja que se le acerque aquel hombre, se conmueve, incluso extiende la mano y lo toca. Esto era impensable en aquel tiempo. De este modo, realiza la Buena Noticia que anuncia: Dios se ha hecho cercano a nuestra vida, tiene compasión de la suerte de la humanidad herida y viene a derribar toda barrera que nos impide vivir nuestra relación con Él, con los demás y con nosotros mismos. Se hizo cercano. Cercanía. Recuérdense bien de esta palabra: cercanía, compasión. El evangelio dice que Jesús al ver al leproso “tuvo compasión de él”. Ternura. Tres palabras que indican el estilo de Dios: cercanía, compasión, ternura. En este episodio podemos ver que se encuentran dos «transgresiones»: la transgresión del leproso que se acerca a Jesús, y no podía hacerlo, y Jesús que, movido por la compasión, se acerca y lo toca con ternura para curarlo, y no podía hacerlo. Ambos son transgresores, son dos transgresiones.

La primera transgresión es aquella del leproso: a pesar de las prescripciones de la Ley, sale del aislamiento y va a Jesús. Su enfermedad era considerada un castigo divino, pero en Jesús él pudo ver otro rostro de Dios: no el Dios que castiga, sino el Padre de la compasión y del amor, que nos libera del pecado y que nunca nos excluye de su misericordia. Así, aquel hombre puede salir de su aislamiento, porque en Jesús encuentra a Dios que comparte su dolor. La actitud de Jesús lo atrae, lo empuja a salir de sí mismo y a confiarle a Él su historia de dolor.

Permítanme aquí un pensamiento para tantos buenos sacerdotes, confesores, que tienen este comportamiento de atraer a la gente -hay tanta gente que se siente nada, se siente en el suelo por sus pecados- pero con ternura, con compasión. Son buenos aquellos confesores que no están con el látigo en la mano, sino para recibir, escuchar y decir que Dios es bueno, que Dios perdona siempre, que Dios no se cansa de perdonar. Para estos confesores misericordiosos, les pido hoy a todos ustedes, darles un aplauso aquí en la plaza. ¡Para todos!

La segunda transgresión es la de Jesús: mientras la Ley prohibía tocar a los leprosos, Él se conmueve, extiende su mano y lo toca para curarlo. Alguno podría decir: “¡Ha pecado! ¡Ha hecho aquello que la Ley prohíbe. Es un transgresor”. Es verdad, es un transgresor. No se limita a las palabras, sino que lo toca. Y tocar con amor significa establecer una relación, entrar en comunión, implicarse en la vida del otro hasta el punto de compartir incluso sus heridas. Con este gesto, Jesús muestra que Dios, que no es indiferente, no se mantiene a una «distancia segura»; se acerca, es más, se acerca con compasión y toca nuestra vida para sanarla con ternura. Es el estilo de Dios: cercanía, compasión y ternura. La transgresión de Dios. Es un gran transgresor en este sentido.

Hermanos y hermanas, aún hoy en el mundo tantos de nuestros hermanos sufren de esta enfermedad, del mal de Hansen, o de otras enfermedades y condiciones a las que, lamentablemente, se asocian prejuicios sociales: “Este es un pecador”. Piensen en aquel momento en que entró en el banquete aquella mujer, derramó sobre los pies de Jesús aquel perfume. Los otros decían: “pero si este fuera profeta sería consciente, sabría quién es esta mujer, una pecadora”. El desprecio. Por el contrario, Jesús recibe, es más, agradece: “te son perdonados tus pecados”. ¡La ternura de Jesús!”. El prejuicio social de alejar a la gente con la palabra “este es un impuro”, “este es un pecador”, “este es un estafador”. Sí, a veces es verdad, pero no prejuzguen.

Pero a cada uno de nosotros nos puede ocurrir experimentar heridas, fracasos, sufrimientos, egoísmos que nos cierran a Dios y a los demás, porque el pecado nos encierra en nosotros mismos, por vergüenza, por humillación, pero Dios quiere abrir el corazón. Frente a todo esto, Jesús nos anuncia que Dios no es una idea o una doctrina abstracta, sino que Dios es Aquel que se «contamina» con nuestra humanidad herida y que no teme entrar en contacto con nuestras heridas. Pero, padre, ¿qué está diciendo? ¿Que dios se contamina? No lo digo yo, lo ha dicho san Pablo: “se ha hecho pecado” (2 Cor 5,21). Él que no era pecador, que no podía pecar, se ha hecho pecado. Mira cómo se ha contaminado Dios para acercarse a nosotros, para tener compasión y para hacer comprender su ternura. Cercanía, compasión y ternura.

Para respetar con las reglas de la buena reputación y las costumbres sociales, a menudo silenciamos el dolor o usamos máscaras para disimularlo. Con el fin de conciliar los cálculos de nuestro egoísmo o las leyes internas de nuestros temores, no nos implicamos demasiado en los sufrimientos de los demás. Por el contrario, pidamos al Señor la gracia de vivir estas dos «transgresiones», estas dos trangresiones del Evangelio de hoy. La del leproso, para que tengamos la valentía de salir de nuestro aislamiento y, en lugar de quedarnos allí a quejarnos o a llorar por nuestros fracasos, con lamentaciones, vayamos a Jesús tal como somos. Señor, yo soy así. Sentiremos aquel abrazo, aquel abrazo de Jesús tan hermoso. Y luego la transgresión de Jesús, que es un amor que nos hace ir más allá de las convenciones, que nos hace superar los prejuicios, el miedo a mezclarnos con la vida del otro. Aprendamos a ser transgresores como estos dos, como el leproso y como Jesús.

Que en este camino nos acompañe la Virgen María, a la que ahora invocamos en la oración del Ángelus.

Después del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas:

Siempre miro con gratitud el compromiso de aquellos que colaborar en favor de los migrantes. A todos agradezco lo que hacen por los migrantes. Hoy, en particular, me uno a los obispos de Colombia al expresar reconocimiento por la decisión de las autoridades colombianas de implementar el Estatuto de Protección Temporal para los migrantes venezolanos presentes en el país, favoreciendo para ellos la acogida, la protección y la integración. Y esto no lo hace un país riquísimo, super desarrollado, no. Lo hace un país con tantos problemas de desarrollo, de pobreza, de paz… casi 70 años de guerrilla. Pero, con estos problemas, ha tenido la valentía de mirar a aquellos migrantes y de hacer este estatuto. ¡Gracias a Colombia, gracias!

Hoy en la fiesta de los santos Cirilo y Metodio, evangelizadores de los pueblos eslavos, proclamados por san Juan Pablo II copatronos de Europa, saludo con afecto a todas las comunidades que viven en los territorios evangelizados por los santos hermanos. Que su intercesión ayude a encontrar nuevos caminos para comunicar el Evangelio. Estos dos no tuvieron miedo de encontrar nuevos caminos para comunicar el Evangelio. Que su intercesión aumente en las iglesias cristianas el deseo de caminar hacia la plena unidad en el respeto de las diferencias.

Hoy no puede faltar, en el día de san Valentín, dirigir un pensamiento, una felicitación a los novios, a los enamorados. Los acompaño con mi oración y los bendigo.

Ahora mi saludo va para ustedes fieles de Roma y peregrinos. También veo que hay franceses, mexicanos, españoles, polacos. ¡Bienvenidos todos, muchos saludos!

El próximo miércoles iniciaremos la Cuaresma. Será un tiempo favorable para dar un sentido de fe, de esperanza a la crisis que estamos viviendo.

Y primero, no quiero olvidar las tres palabras que hacen captar el estilo de Dios, no las olviden: cercanía, compasión y ternura. ¿Lo decimos juntos? Cercanía, compasión y ternura.

Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Que tengan un buen almuerzo y nos vemos.

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Comentarios
20 comentarios en “El Papa: «Aprendamos a ser transgresores como Jesús»
  1. Ah, vale. Yo voy a ser un trasgresor de la vacuna. De leer encíclicas en línea con el pensamiento del mundo, voy a ser transgresor de la ONU, porque son anticatolicos. También blog voy a ser de teólogos como Karl Ranher, Gustavo Gutiérrez, Von Baltasar, Pierre Teilhard de Chardin y otros tantos modernistas y me voy a enamorar de la escolástica, aún más
    Esa es mi transgresión por hoy

  2. No comprendo a los que interpretan el texto del evangelio de la misa de este domingo símplemente como una transgresión. ¡Cuánta simpleza y confusión! Si les hiciera caso ahora mismo abandono el confinamiento, visito a los enfermos de covid y los toco como hizo Jesús y luego abrazo a todo el mundo para ser transgresor como Jesús y el leproso. ¡Cuánta palabrería vana! Céntrense en el meollo del texto que es la oración del leproso y la respuesta de Jesús y dejen de utilizar el evangelio para afirmase en sus ideas.

    1. Así es. Ayer aplicaban que «en otros tiempos» eran implacables con los que tenían lepra -y eso, con los diagnosticados de una enfermedad que entonces no tenía tratamiento-, pero se olvidaban que hace un año, y todavía hoy, no te dejan entrar sin máscara, control de temperatura y aforo limitado a la iglesia (sin ningún síntoma y sin importar si tienes o no gripa covid) , que si tienes covid en un hospital te mueres sin santos óleos, y hace unos meses cremación y sin derecho a reclamar cenizas o pertenencias personales del occiso. Como siempre, los malos eran los otros…

  3. El Papa parece que está afectado de prejuicios que están alejados de la realidad. No creo que en la Iglesia de hoy el problema sean los confesores fustigando a los penitentes, sinó todo lo contrario, los sacerdotes laxos que permiten cosas que no debieran. Y entre estos sacerdotes laxos incluyo a Su Santidad.

    1. Y llamar transgresor a Nuestro Señor (aunque sea en un sentido relativo como hace el Papa), me parece fuera de lugar. No era Jesús quien transgredía, sinó los que cerraban su corazón a los leprosos.

  4. Es una mentira. El leproso no es un trasgresor. Pide a gritos (luego no se acerca) que le cure Jesús. El divino Maestro tampoco incumple la Ley mosaica, pues en Levítico 19:18 dice: «Amarás a tu prójimo como a tí mismo». Si Ël, que puede curarlo, no lo hiciese, sí estaría violando la ley de Dios en el Antiguo Testamento. Igualmente cuando realiza curaciones en Sábado, no está violando la Ley, de hecho, ante el Sanedrín nunca le acusan por curar en Sábado, signo de que sabían que se podía hacer, aunque por tradición humana no lo hiciesen.

  5. El P.Francisco es transgresor de la Ley de Dios,del Magisterio,la Docrina,la Tradición y la Palabra de Dios y se lleva detrás de él a todos los católicos mal formados,caminando por la puerta ancha,con sus puentes y sus periferias,haciendo ruido hacia el averno.

      1. Y cómo queda ¿Tausig? Ya teníamos seminaristas transgresores y los dejamos suspendidos. Creo que Francisco les está pidiendo que vuelvan, deberían escribir una carta publica a Tausig y a Papapancho, dónde se declaren transgresores según el deseo del Papa y solicitan continuar con sus estudios. Seamos transgresores, comulguemos en la boca y de rodillas.

  6. Dice bien Belzunegui. El Papa nunca habla de los verdaderos transgresores que son los católicos perseguidos en China, África oriente médio…

  7. No hemos de ser transgresores como Francisco, sino cumplidores como Jesús, obedeciendo a la Santísima Trinidad, que es misericordiosa y justa.

  8. Toda mi vida me habían dicho que Jesús cumplió con perfección la ley. Y él mismo declara: «no he venido a abolir la ley, sino a darle cumplimiento»… pero bueno, eran otros tiempos, ahora tenemos a Francisco que nos invita a no cumplirla ‘como Jesús’… jejeje oye

  9. En mi diócesis el obispo decidió no aplicar Amoris laetitia y lo misericordiaron, no le dejaron ejercer la transgresión, en que quedamos?.

  10. Típico mensaje demagógico progresista. Algo asi como el Jesus hippie de los 70. Nuestro Señor es superador de la ley vigente. Nunca exhortó a la rebelión. Corrigió visiones legalistas y acomodaticias de la aplicación de la ley. Jamas habria dicho «Hagan lío!!!», por ejemplo. Es una caricatura de Nuestro Señor, no su reflejo.

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