Además, El Confidencial informa de que Chávarri seguiría intentando ceder uno de los colegios de Fusara.
Hace tan solo 16 días, el bufete Chávarri reclamó al Arzobispado de Madrid que cumpliera un antiguo mandato y firmara el acuerdo para ceder a una gran universidad el colegio Santamarca, propiedad de Fusara, informa El Confidencial.
Según informó el pasado viernes este mismo medio, que lleva semanas revelando los entresijos de la trama inmobiliaria que salpica a la archidiócesis de Madrid, ya intentaron vender este colegio, pero el arzobispo de Madrid, el cardenal Osoro, se opuso, al tratarse de un bien fundacional.
Se pensó entonces, como alternativa, en una concesión a largo plazo ―más de 75 años― algo que despertó el interés de la Universidad de Murcia, como dijimos desde InfoVaticana; El Confidencial apunta más nombres: el Instituto de Empresa, Esade, la Universidad Alfonso X… Según medio citado, ésta última habría sido la elegida por Chávarri, habiendo puesto sobre la mesa una oferta de 103 millones de euros más otros 30 que se invertirían en rehabilitar el colegio.
Sin embargo, la investigación judicial por la venta de los 14 edificios de Fusara, unida a la investigación canónica para aclarar el papel jugado por la delegación de fundaciones, encabezada por David López Royo, en todas las ventas patrimoniales que estaban saliendo a la luz, mandatadas a Chávarri, han provocado que el arzobispado paralice todas las operaciones.
A pesar de que el patronato de Fusara y el arzobispado se niegan a escuchar ofertas por el colegio, Chávarri sigue insistiendo.
A las operaciones de Fusara y las de la Fundación Santísima Virgen Y San Celedonio ―la que posee el terreno donde se ubica la parroquia de San Jorge, cuya venta se ha paralizado― hay que unir una tercera que reveló El País este lunes: las ventas de dos edificios que la Fundación Molina Padilla tiene en la calle Núñez de Balboa de Madrid, en pleno barrio de Salamanca.
Esta fundación también es tutelada por el arzobispado madrileño y en sus dos inmuebles viven alrededor de 70 familias de alquiler. Con la renta de estas casas, la entidad revierte el 70% de los beneficios en ayudas para alumnos malagueños de pocos recursos, dice El País.
El periódico citado desveló el pasado lunes que el arzobispado ordenó en octubre de 2019 la venta de los dos edificios de la fundación por 13 millones de euros. Un precio muy por debajo del mercado, según los expertos inmobiliarios. El cardenal Osoro ha ordenado revertir la operación.
Pues ya son tres fundaciones.
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Son como los gatos, siempre caen de pié. Echan todo «pa tras» y solucionado.
Lo peor de todo esto es que la búsqueda de un rápido sucesor para Madrid, por apariencias, implique buscar otro para Valencia. Lo mejor sería que para esta fuera Munilla