La conferencia sobre la Economía de Francisco, proyecto largamente acariciado por Su Santidad y anunciado por el Vaticano a bombo y platillo, ha supuesto un notable fracaso mediático, universalmente ignorado por la prensa generalista.
Probablemente hubiera sucedido lo mismo, imaginamos, si un Nobel de Economía convocara una conferencia sobre Nueva Teología. El caso es que ni un solo medio internacional de cierto peso se ha hecho eco con alguna amplitud de este evento de tres días, que se nos había vendido con la ya habitual hipérbole vaticana como un suceso revolucionario.
Y eso que los medios seculares se han mostrado extraordinariamente cercanos a las posturas de Francisco, siempre que no hable de ‘temas prohibidos’ como el aborto o que se explaye con cuestiones estrictamente religiosas; y que el festejo contaba con algunos personajes famosos, como el economista Jeffrey Sachs, ardiente maltusiano, la ecoferminista Vandana Shiva, el sacerdote secularizado y disciplinado por Ratzinger Leonardo Boff o el Premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus.
Los organizadores no han querido responder a qué creen que se debe esta indiferencia casi desleal de los medios hacia un evento que, en teoría, debería atraer su atención y concitar su calurosa aprobación, pero el periodista británico Daniel Thompson, antigua firma estrella del Catholic Herald y corresponsal para asuntos religiosos del prestigioso The Spectator, consultado por Church Militant, tiene una explicación poco halagüeña.
«Los intentos del Papa Francisco de forzar a la Iglesia a adoptar una ideología socialista ingenua y desfasada, ciegamente hostil al libre mercado, se han vuelto embarazosos incluso para las élites progresistas cuya aprobación parece anhelar”, sostiene Thompson.
Y sigue, inmisericorde: «La Economía de Francisco está dirigida a los jóvenes y encarna los prejuicios más adolescentes de los ‘millennials’ occidentales de clase media”.