El presidente de Argentina, Alberto Fernández, confirmó ayer el envío al Congreso de la Nación del proyecto de legalización del aborto.
(Aciprensa/InfoVaticana)- “El primero de ellos legaliza la ‘Interrupción Voluntaria del Embarazo’ (IVE) y garantiza que el sistema de salud permita su realización en condiciones sanitarias que aseguren su salud y su vida”, dijo Fernández en un videomensaje ayer.
“El segundo instituye el programa de los mil días con el objeto de fortalecer la atención integral de la salud de la mujer durante el embarazo y de sus hijos e hijas en los primeros años de vida”, comentó.
El mandatario argentino aseguró que su “convicción” es que “el Estado acompañe a todas las personas gestantes en su proyecto de maternidad, pero también es responsabilidad del Estado cuidar la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo durante los primeros momentos de su desarrollo”.
Dijo que “la criminalización del aborto de nada ha servido, solo ha permitido que los abortos ocurran clandestinamente en cifras preocupantes. Cada año se hospitalizan alrededor de 38.000 mujeres por abortos mal practicados. Desde la recuperación de la democracia murieron más de 3.000 mujeres por esa causa”.
La legalización del aborto, indicó Fernández, «salva vidas de mujeres y preserva sus capacidades reproductivas, muchas veces afectada por esos abortos inseguros”.
“No aumenta la cantidad de abortos ni los promueve. Solo resuelve un problema que afecta a la salud pública” así como en Ciudad de México y Uruguay que han disminuido “los abortos y las muertes que ellos causan», aseguró Fernández. “Brindando cobertura en el sistema de salud también se facilita el acceso a métodos anticonceptivos para prevenir embarazos no intencionales”, señaló.
“El debate no es decirle ‘sí’ o ‘no’ al aborto, los abortos ocurren de forma clandestina y ponen en riesgo la vida y la salud de las mujeres que a ellos se someten. Por lo tanto, el dilema que debemos operar es si los abortos se practican en la clandestinidad o en el sistema de salud argentino”, dijo Fernández.
Fernández dijo que espera un “debate franco que se desarrolle en el marco del diálogo democrático”. “Cuidemos el respeto hacia quien piensa de una manera distinta a la propia. Las diferencias nos hacen una sociedad plural y enriquecen la democracia que tanto esfuerzo nos costó consolidar”, añadió.
“Por convicción personal, estoy seguro de que estamos dando respuesta a una realidad que afecta a la salud pública y que con ello estamos ampliando derechos en una sociedad que así lo demanda. Que sea ley”, afirmó.
Siempre fue mi compromiso que el Estado acompañe a todas las personas gestantes en sus proyectos de maternidad y cuide la vida y la salud de quienes deciden interrumpir su embarazo. El Estado no debe desentenderse de ninguna de estas realidades.#QueSeaLey pic.twitter.com/V7Lr6wBmuB
— Alberto Fernández (@alferdez) November 17, 2020
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Otro país que quiere traer la maldiyhacia si.
Es una tristeza enorme ver la ceguera de quienes creen que abortar un hijo es un derecho.
Maldición quise decir
Falacia asesina
Me acuerdo cuando Alberto Fernández hizo un video con los «curas villeros» amigos de nuestro pontífice (entre ellos, uno que fue ordenado como obispo auxiliar de Buenos Aires) con motivo de la cuarentena allá por el 26 de Marzo aprox. Allí se daban recomendaciones para el cuidado de la gente, todo con muy buena intención por supuesto y, lo más interesante, terminaron rezando el Padrenuestro. Ayer rezó el Padrenuestro y ahora manda el proyecto de aborto. Muy en la línea Biden. Relativizando la fe y el dogma por supuesto.
Que Dios y la Virgen nos salven, a mi país, de estos asesinos, no tengo palabras para expresar lo que siento ante esto que se nos viene. El presidente y todo su gobierno populista lo único que quiere son los votos para las próximas elecciones legislativas, fabricar pobres, analfabetismo, aborto solventado con los impuestos que pagamos, abrieron bingos, cines, teatros restaurantes pero las clases NO VAN A EMPEZAR, vergüenza mundial
Me siento sin esperanzas, pido pedón a Dios.