El arzobispo de Los Ángeles y presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, José Horacio Gomez, ha emitido un comunicado con motivo de las elecciones presidenciales del país norteamericano en las que ha ganado el demócrata Joe Biden.
Gómez, en nombre de los prelados estadounidenses reconoce que Biden ha recibido suficientes votos para ser elegido el 46º presidente de Estados Unidos. «Felicitamos al Sr. Biden y reconocemos que se une al difunto presidente John F. Kennedy como el segundo presidente de Estados Unidos en profesar la fe católica».
«También felicitamos a la Senadora Kamala D. Harris, de California, quien se convierte en la primera mujer en la historia en ser elegida como vicepresidenta», escribe el presidente de los obispos de Estados Unidos.
«Le pedimos a la Santísima Virgen María, patrona de esta gran nación, que interceda por nosotros. Que ella nos ayude a trabajar juntos para cumplir la hermosa visión de los misioneros y fundadores de Estados Unidos: una nación bajo Dios, donde se defiende la santidad de cada vida humana y se garantiza la libertad de conciencia y religión», concluye Gómez.
Les ofrecemos el comunicado de Gómez:
Damos gracias a Dios por la bendición de la libertad. El pueblo estadounidense ha hablado en esta elección. Ahora es el momento de que nuestros líderes se reúnan con espíritu de unidad nacional y se dispongan a dialogar y a comprometerse por el bienestar común.
Como católicos y estadounidenses, nuestras prioridades y misión son claras. Estamos aquí para seguir a Jesucristo, dar testimonio de su amor en nuestras vidas y construir su Reino en la tierra. Creo que en este momento de la historia de Estados Unidos, los católicos tienen el deber especial de ser pacificadores, promover la fraternidad y la confianza mutua y orar por un espíritu renovado de verdadero patriotismo en nuestro país.
La democracia requiere que todos nosotros nos comportemos como personas virtuosas y autodisciplinarias. Eso requiere que respetemos la libre expresión de opiniones y que nos tratemos los unos a los otros con caridad y civismo, aunque podamos estar profundamente en desacuerdo en nuestros debates sobre cuestiones de leyes y políticas públicas.
Al hacer esto, reconocemos que Joseph R. Biden, Jr., ha recibido suficientes votos para ser elegido el 46º presidente de Estados Unidos. Felicitamos al Sr. Biden y reconocemos que se une al difunto presidente John F. Kennedy como el segundo presidente de Estados Unidos en profesar la fe católica. También felicitamos a la Senadora Kamala D. Harris, de California, quien se convierte en la primera mujer en la historia en ser elegida como vicepresidenta.
Le pedimos a la Santísima Virgen María, patrona de esta gran nación, que interceda por nosotros. Que ella nos ayude a trabajar juntos para cumplir la hermosa visión de los misioneros y fundadores de Estados Unidos: una nación bajo Dios, donde se defiende la santidad de cada vida humana y se garantiza la libertad de conciencia y religión.
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Tiempos extraños en los que los que se dicen no ya buscadores de la verdad, sino seguidores de la Verdad misma, renuncian a querer descubrir la verdad.
Iglesia no querer verdad.
Iglesia hablar como habla mundo.
Iglesia no necesaria.
Sal ponerse mala.
Tirar.
Con todo mi respeto a los señores obispos de EEUU, considero que cometen un error al felicitar a Biden por dos motivos: porque su victoria no se ha demostrado, ya que existe denuncia de fraude electoral, y porque es un candidato que se opone abiertamente a la doctrina moral católica.
Por buenos católicos, me imagino….
Pues a mí el comunicado me parece muy equilibrado y oportuno. Felicita a los ganadores, cosa lógica, de sentido común y educación. Reconoce que Biden está bautizado. Y recuerda a los nuevos poderes que deben velar por la santidad de toda vida humana y la libertad religiosa, es decir, los dos puntos en los que Biden y Harris desbarran más.
En cualquier país los obispos felicitan a los ganadores de las elecciones, dicen que rezarán por ellos y les desean que trabajen por el bien común.
Pero en infovaticana eso extraña.
Segun tengo entendido, los votantes del Opus Dei en America, votan a Trump.
Contradictorias palabras.
Estar en profundo desacuerdo con el aborto y a la vez felicitar a los políticos abortistas es una contradicción. Los obispos tienen que aclararse y decidir de una vez si quieren servir a Dios o al mundo. No es caridad ni civismo felicitar a quienes hacen leyes asesinas que provocan la muerte de millones de seres humanos inocentes. Dios pedirá estrecha cuenta a estos obispos por su doble juego de servir a la vez a Dios y al mundo.