La diócesis de Menorca cesa a una catequista que se «casó» con una mujer

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La diócesis de Menorca, pastoreada por el obispo Francisco Simón Conesa Ferrer desde 2016, ha cesado a una catequista al haber contraído «matrimonio» civil con otra mujer. El obispado ha dicho que respeta, pero no comparte, su decisión de «casarse» con una mujer.

«Respetamos, aunque no compartimos, su decisión de contraer matrimonio civil con otra persona del mismo sexo», se lee en un comunicado de la diócesis respecto a la catequista Carme Mascaró, que realizaba su labor en el Centro Catequístico Sant Miquel, de Ciutadella.

La diócesis señala que «nos situamos en el campo de la incoherencia», ya que contraer matrimonio civil con una persona del mismo sexo «supone públicamente no aceptar la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio, lo cual, según nuestro parecer, aconseja que deje de enseñar la fe cristiana a los más jóvenes».

«Ser catequista es una misión que la Iglesia encomienda a determinadas personas para que, en su nombre, enseñen la fe que ella profesa. No existe un derecho previo a ser catequista. Corresponde a la Iglesia valorar las cualidades que ha de tener un catequista antes de confiarle o retirarle esta misión, sin que ello suponga discriminación ni exclusión», explican desde la diócesis insular. «Los fieles tienen derecho a pedirnos que los catequistas estén bien formados y que sean coherentes con lo que enseñan», dice el escrito.

Sin embargo, se ha hecho saber a la ya ex catequista que desean «seguir contando con ella en las múltiples tareas que se desarrollan en el Centro Catequístico (teatro, coro, tiempo libre, etc.) y  con todo aquello que no suponga enseñar la fe cristiana en nombre de la Iglesia».

Les ofrecemos el comunicado de la diócesis de Menorca respecto a este caso:

En la comunidad eclesial, a medida que aumenta la responsabilidad de sus miembros se exige un grado mayor de compromiso. Además de poseer unas cualidades objetivas por parte de los que ejercen algún cargo, también se valora mucho la ejemplaridad de vida que ha de ser un referente claro para los demás.

Todos estamos llamados a la santidad y a vivir en comunión en el seno de la Iglesia, pero a la hora de incorporarse a una asociación o de ejercer algún cargo de mayor responsabilidad se pide un plus de credibilidad por parte la persona que ha de asumir una función específica, de manera que la misión que se le encomienda sea fructuosa y que la persona en concreto no pueda suscitar ningún tipo de escándalo en los fieles.

Nos situamos en el campo de la coherencia y de los principios; no de las penas ni de las exclusiones. Decir a una persona que no puede ser catequista o presidente de una cofradía, etc. no quiere decir que se consideren separados de la Iglesia, puesto que a pesar de sus circunstancias particulares siguen formando parte de la familia eclesial como bautizados y como tales pueden y deben participar.

En este contexto debe situarse la respuesta del Obispado de Menorca ante la noticia de que  se ha pedido a una catequista del Centro Catequístico Sant Miquel, de Ciutadella, que deje de impartir catequesis tras haber contraído matrimonio civil.

Desde el Obispado valoramos muy positivamente la tarea que Carme Mascaró viene realizando tanto en el Centro de Sant Miquel como en Cáritas Diocesana, en la que está contratada como técnico. Respetamos, aunque no compartimos, su decisión de contraer matrimonio civil con otra persona del mismo sexo.

Pero en consonancia con lo expuesto más arriba vemos que nos situamos en el campo de la incoherencia, puesto que contraer matrimonio civil con una persona del mismo sexo supone públicamente no aceptar la enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio, lo cual, según nuestro parecer, aconseja que deje de enseñar la fe cristiana a los más jóvenes. Así se le ha hecho saber, primero a través de los responsables del centro y después personalmente.

Ser catequista es una misión que la Iglesia encomienda a determinadas personas para que, en su nombre, enseñen la fe que ella profesa. No existe un derecho previo a ser catequista. Corresponde a la Iglesia valorar las cualidades que ha de tener un catequista antes de confiarle o retirarle esta misión, sin que ello suponga discriminación ni exclusión.

En este mismo contexto de la credibilidad y de la coherencia,, nos sentimos responsables de garantizar a los fieles que la doctrina impartida en nuestras catequesis se corresponde al pensar y sentir de la Iglesia. Los fieles tienen derecho a pedirnos que los catequistas estén bien formados y que sean coherentes con lo que enseñan.

Por otra parte, se le ha hecho saber a esta catequista que deseamos seguir contando con ella en las múltiples tareas que se desarrollan en el Centro Catequístico (teatro, coro, tiempo libre, etc.) y  con todo aquello que no suponga enseñar la fe cristiana en nombre de la Iglesia.

Esperamos que esta nota contribuya a la clarificación de la situación y a estrechar los vínculos de comunión entre unos y otros en el seno de la Iglesia.

  Ciutadella de Menorca, 26 de octubre de 2020.

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Comentarios
17 comentarios en “La diócesis de Menorca cesa a una catequista que se «casó» con una mujer
  1. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 32 — 5, 8
    Hermanos:
    Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.
    Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor.
    De la fornicación, la impureza, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de los santos. Tampoco vulgaridades, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de lugar. Lo vuestro es alabar a Dios. Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza, o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios.
    Que nadie os engañe con argumentos falaces; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos. Antes sí erais tinieblas, pero ahora, sois luz por el Señor.

      1. Completamente de acuerdo, Gato con Botas. Que cobardes y blanditos. No se trata de apedrearla sino de ser serios y coherentes. Este mundo va muy muy mal.

  2. No hay más que ver las declaraciones del obispo de Mallorca, actuando sobre el de Menorca, por ser su tierra natal, en plan protectorado: que hay que dialogar.

  3. Me parece una grave incoherencia cesarla como catequista pero ofrecerle que colabore con las actividades del centro catequético. Es de suponer que tendría derecho a incluir en tales actividades a su pareja lesbiana, cosa que es un escándalo para los fieles y sobre todo para los pequeños y jóvenes del centro catequético. Además que esa pareja está en pecado mortal. Esto del misericordiosismo no encuadra para nada en los santos Mandamientos ni en los Preceptos de Nuestro Dios y Señor.

  4. No te extrañe que esos otros catequistas decidan dejar de ayudar a la Iglesia como reacción a lo que ha hecho la diócesis, porque ahora la moda es «si no vas por donde quiero, dejo de hacer lo que hago y a ver cómo te las apañas y sigues adelante». A más de un obispo conseguirán meterle miedo con esto; yo, antes que una Iglesia sostenida por lobos, prefiero verla caída, que ya vendrá El que tiene que venir para levantarla.

  5. Lo que nos faltaba, una catequista casada con una mujer. Esto es un desmadre. San Pablo decía que debíamos apartarnos de todo aquel que llamándose hermano fuese fornicador, ladrón, adúltero, etc. con esos ni comer. Por tanto tampoco deberíamos juntarnos con esa catequista para hacer teatro ni ninguna otra actividad y menos parroquial.

  6. Esa mujer que ha elegido libremente unirse legalmente y en forma pública a otra mujer NO PUEDE ser catequista católica.
    No es por ser lesbiana, sino porque ha decidido que su situación personal no esté acorde con las normativas eclesiásticas que debe enseñar a sus alumnos.
    Podrá ser profesora de Matemática, llevar la Contabilidad de la Escuela o desempeñase como secretaria, (si posee las capacidades y la idoneidad suficientes para cubrir esos puestos), pero es totalmente inconveniente que se encuentre a cargo de la catequesis de una religión que NO AUTORIZA ese tipo de vínculos.
    Como tampoco podría serlo un hombre divorciado y casado nuevamente (con hombre o con mujer) por la ley civil.
    Sería tan disparatado y sinsentido como tener catequistas (en un establecimiento católico) a un musulmán, a un judío o a un ateo, por más excelentes personas que demuestren ser.
    Seamos coherentes.

  7. Desiderio, lo de «os quedan dos telediarios» lo anunció un tal Nerón hace como 2000 años, y aquí seguimos. No lo dude: la Iglesia va a seguir existiendo cuando el último telediario de Desiderio termine.

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