La muerte de una juez del Supremo abre una profunda crisis en EE UU

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La muerte de madrugada de la juez Ruth Bader Ginsburg a los 87 años, a poco más de un mes de las presidenciales norteamericanas más transcendentales en décadas, ha abierto una profunda crisis política y hace posible imaginar un futuro sin aborto en el país.

El momento no podía ser más dramático. Estados Unidos está viviendo la campaña electoral más dura y radicalizada en muchas décadas, en medio de acusaciones cruzadas de fraude electoral y golpe de Estado, con la crisis del Covid dividiendo los estados y dificultando acercarse a las urnas el 3 de noviembre y decenas de ciudades víctimas de violentas protestas raciales que parecen no tener fin.

A un lado tenemos un presidente, Donald Trump, el más provida desde Roe vs Wade (la sentencia que convirtió el aborto en derecho constitucional), odiado a muerte por el establishment, y al otro un Partido Demócrata que ha radicalizado sus posturas progresistas al máximo, especialmente su compromiso con el aborto, y que se ha convertido en rehén de las ‘tribus’ de colectivos de supuestos agraviados. Y, en medio de este desbarajuste, muere la juez más progresista del Supremo, Ruth Ginsburg.

¿Por qué es tan importante? Porque, a efectos de la política interior, la contribución más importante que puede hacer un presidente norteamericano en su mandato es la elección de jueces para el Supremo -que es también allí el Constitucional- cuando se produce una vacante, porque el cargo es vitalicio salvo que el sujeto renuncie voluntariamente.

El Supremo es el único intérprete autorizado de la Constitución, y la principal razón de que la Carta Magna norteamericana no haya tenido que sustituirse en toda su historia es, sencillamente, porque el tribunal le hace decir lo que estime oportuno, estirando el texto cuanto se les antoje. ¿Cómo, si no, podría nadie encontrar en un documento legal de finales del XVIII un supuesto ‘derecho constitucional’ al aborto, o la imposición del matrimonio homosexual, por citar solo dos casos flagrantes? Para muchos observadores, esto convierte al tribunal en una especie de ‘dictadura colegiada’ de nueve personas, responsable de los principales experimentos de ingeniería social en el país.

Hasta ahora, en el mandato de Trump se han producido dos vacantes, cubiertas tras una desesperada lucha en el Congreso por sendos candidatos de Trump, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh. Solo quedaba uno, la (hasta ahora) incombustible Ginsburg para cambiar la mayoría en el tribunal hacia el lado conservador, permitiendo vislumbrar la posibilidad de que en un futuro se revierta la sentencia que en los setenta hizo del aborto provocado un derecho constitucional.

¿Hay tiempo? Esa es la gran cuestión. Para complicar las cosas, los testigos de la muerte de Ginsburg aseguran que sus últimas palabras fueron para pedir que fuera el próximo presidente, surgido de las urnas de noviembre, quien elija a su sustituto. Este supuesto deseo en su lecho de muerte carece en absoluto de valor jurídico o institucional, pero sí un gran peso propagandístico.

El equipo de Biden ya ha saltado para demandar que se respete el deseo de la difunta, y legiones de demócratas han acudido a las redes sociales con amenazas de ‘quemar’ el país si a Trump se le ocurre intentar colar a uno de los suyos en el Supremo. Claro que es una amenaza un tanto hueca, dado que ya están quemando el país desde la muerte a manos de la policía de George Floyd.

Naturalmente, los trumpistas están urgiendo al presidente a que haga lo contrario, y nombre a toda prisa un sustituto para Ginsburg. A su favor tienen un argumento crucial: visto que la elección promete ser muy disputada y con toda probabilidad contestada por el perdedor, se abre la posibilidad de que haya que recurrir al Supremo para que decida en caso de disputa, como sucediera en Florida en las elecciones que enfrentaron a George W. Bush y Al Gore. Para ello es crucial que el tribunal esté completo.

Por primera vez desde los setenta, el fin del ‘reinado’ del aborto constitucional parece al alcance de la mano, pero en unas circunstancias tan explosivas que amenazan con una verdadera guerra civil.

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Comentarios
23 comentarios en “La muerte de una juez del Supremo abre una profunda crisis en EE UU
  1. «… los testigos de la muerte de Ginsburg aseguran que sus últimas palabras fueron para pedir que fuera el próximo presidente, surgido de las urnas de noviembre, quien elija a su sustituto.»

    ¡Qué lástima que sus últimas palabras no fueran de petición de perdón a Dios, por tantas muertes de inocentes indefensos a manos de sus madres, como Ginsburg lleva a sus espaldas!

    1. Y también las últimas palabras de Floyd fueron para proponer unas enmiendas constitucionales específicas y para dar instrucciones de cómo deberían protestar los de blm y para revelar la cura del cáncer y, claro, para proponer unas fórmulas de física cuántica.

  2. La muerte de Ginsburg es una buena noticia, y hay que aprovechar la ocasión para inclinar la balanza del omnipresente Tribunal Supremo en favor de la vida de los no nacidos y a favor de la familia natural. Recemos por Trump, para que sea valiente y nombre a un buen magistrado que devuelva la cordura a un Tribunal tan degradado en las últimas décadas.

      1. No pensarias lo mismo si fueses uno de nuestros antepasados viendo como los sarracenos invaden y matan a la gente de tu pueblo.
        Hay que pedir por las almas que mueren negando al Dios de la Vida, pero al menos gente que hace tanto mal ya no lo hará

      2. D. Carlos Daniel, si esa juez favorecía con su iniquidad el asesinato de millones de embriones y fetos, y con un nuevo magistrado más amante de la justicia se frena el aborto, entonces la muerte de esa señora es una buena cosa.

    1. Si algo tengo claro es que a la izquierda no le tiembla el pulso a la hora de aprobar las más tremendas leyes, así que espero a que Trump no le pase igual y antes de las próximas elecciones tenga a un provida designado.

  3. Hay que rezar por que le de tiempo a nombrar un juez, y sea uno con las ideas claras, y fuerte para defenderlas.
    Lo que pasa en EEUU, luego nos toca a nosotros, podría dar la vuelta a la tortilla, para Dios no hay nada imposible.

  4. Una decisión de la corte suprema puede ser modulada pero no cambiada, por mucho que logren otro conservador en el tribunal. La cosa es tan delicada allí que por eso el 5 a 4 ha sido el tipo de votación más común de ese tribunal.

  5. SOLAMENTE ME QUEDA PEDIR CON FUERZA Y CORAZÓN QUE HAYA PERSONAS VAIENTES PARA QUE EN SUS DECISIONES PIENSEN EN EL BIEN PARA LOS MÁS DESFAVORECIDOS Y DESECHADOS DE LA SOCIEDAD Y QUE SEA LLEVADO TODO A BUEN TÉRMINO DENTRO DE LA VOLUNTAD DE DIOS.

    1. Igual me sucede a mi también desconocía como funcionaba el Supremo en EEUU.
      Desde luego viendo cómo funcionan los demócratas y su radicalización, me permito dudar de las últimas palabras de esta Señora, pero si son ciertas, Trump no debe hacer ni caso.
      Hubiera sido mejor que en sus últimos momentos pidiera perdón a Dios por sus pecados.

  6. ¿ Guerra civil ? ¿ Matar millones de seres humanos en el seno materno no es ya una guerra civil con un bando totalmente indefenso y otro con apoyos mediáticos infames y hasta en parte eclesiásticos, al apoyar la candidatura pro muerte ?

  7. RIP para los millones de seres humanos no nacidos legalmente asesinados por la ideologia de Ginsburg. Ella era la más radical: abortista, homosexualista y partidaria de la pedofilia.
    El tema del aborto actualmente se deciden 5-4 es vital la vacante dejada. De hecho la Corte Suprema es la razón numero uno por la cual 9 de cada 10 republicanos han votado por los candidatos republicanos en las ultimas tres elecciones presidenciales. El líder del senado a dicho que desde 1880 en un año de elección presidencial donde se presenta una vacante, ningún senado que no coincida con el del presidente, no han ratificado a ningún juez y fue lo que los republicanos hicieron. Ahora presidencia y senado coinciden, el problema es el tiempo pues las ratificaciones se demoran meses. Sin embargo el prominente senador Ted Cruz ha advertido de una posible crisis constitucional al tener una corte con numero par pues recordó que en la convención demócrata Hillary Clinton insto a Biden a no reconocer su derrota.

  8. Yo creo recordar que Obama nombró jueces del supremo cuando ya había sido elegido su sucesor Trump, y estaba solo «en funciones».
    Trump puede elegirlo durante su mandato aún, y debe
    Los demócratas y/o masones tienen tanta cara que creo se habrán inventado las «últimas palabras» de la jueza fallecida, a quien imagino más preocupada por tener que dar cuenta ante el Altísimo de sus actuaciones, como por ejemplo su postura abortista si lo era. Una semavacwe luto nacional y alabanzas en las televisiones progres (como en España con Rubalcaba o Fidel Castro), o ponerle su nombre a alguna calle, biblioteca o universidad, no creo que la consolaran mucho ni creyendo que pasaba al «sueño eterno»

    1. Si no era Obama fue Zapatero
      Y ahí tenemos el caso de Radiotelevisión Espantosa: en vez de nombre un presidente conforme al procedimiento, se han inventado lo de poner a Roja María Mateo de «Administradora Única», y así lleva dos o tres años, haciendo toda clase de cambios, de nombramientos, en programas, informativos, despidos, etc., y todo al margen del procedimiento establecido

  9. «El Supremo es el único intérprete autorizado de la Constitución, y la principal razón de que la Carta Magna norteamericana no haya tenido que sustituirse en toda su historia es, sencillamente, porque el tribunal le hace decir lo que estime oportuno, estirando el texto cuanto se les antoje. ¿Cómo, si no, podría nadie encontrar en un documento legal de finales del XVIII un supuesto ‘derecho constitucional’ al aborto, o la imposición del matrimonio homosexual, por citar solo dos casos flagrantes? »

    ¿Nadie se da cuenta dela ironía? ¿ni un poquito?

  10. Creo que en conciencia, si eres provida, uno debe hacer caso a su conciencia en favor de la vida y nombrar un juez provida que sea justo, antes que abstenerse de nombrarlo por el escrúpulo de no perjudicar una posible mejora de la representación democrática.

  11. Ahora se verá sis Trump es verdadero provida o no. Si lo es, tiene que nombrar sin más dilaciones a un juez o jueza que sea contraria al aborto, que haga mayoría en el Supremo, y declare anticonstitucional el aborto. Y ya de paso que declare también anticonstitucional el gaymonio, que también es una aberración contranatura contraria a la ley de Dios. Y también el divorcio que es contrario a la ley de Dios al que la misma Constitución reconoce. Ahora es la hora de la verdad para Trump. Se demostrará si es un Presidente que ama a Dios sobre todas las cosas o bien un oportunista que ama su cargo más que a Dios.

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