China y Vaticano: todos los frutos del acuerdo (que se renovará en breve)

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En dos años, cinco instalaciones oficiales y dos ordenaciones episcopales. Aumenta la persecución. Pekín habla de «éxito», Roma de «mal acuerdo» que, sin embargo, es mejor que hablar de «ningún acuerdo».

(Tempi)- «El acuerdo provisional entre China y el Vaticano ha sido implementado con éxito gracias a los esfuerzos de ambas partes», ha declarado el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian. Según Bloomberg, el acuerdo sobre el nombramiento de obispos firmado por Roma y Pekín el 22 de septiembre de 2018 se renovará en breve.

«Sabemos que es un mal acuerdo»

No está claro a qué se refiere Zhao cuando habla de «éxito»: si el acuerdo ha alcanzado los resultados previstos, estos parecen depender más del sentido común y la disponibilidad de los católicos de las distintas realidades locales que del propio acuerdo. Además, es evidente que el Partido comunista chino no tiene intención ninguna de aflojar el control sobre la vida de los católicos y está explotando el acuerdo (y probablemente lo está violando, aunque al ser el texto secreto no podemos estar seguros) para aumentar la persecución religiosa.

Que el acuerdo sea problemático y doloroso para la Iglesia en China, es algo que el Vaticano nunca ha negado. Hace dos años, una «importante fuente vaticana» declaró a Reuters: «No es un gran acuerdo, pero no sabemos cuál será la situación dentro de 10 o 20 años. Podría incluso ser peor. Después aún estaremos como pájaros en una jaula, pero la jaula será más grande. No es fácil. Siguen los sufrimientos. Tendremos que combatir para aumentar, aunque sea un centímetro, las dimensiones de la jaula».

Más interesante es la declaración que hizo hace unos meses al Corriere della Sera un importante diplomático vaticano: «Hay que dialogar de manera pragmática. Sabemos que se trata de un mal acuerdo, porque los chinos tienen la sartén por el mango, y cada vez que la cogemos nosotros, los católicos, nos quemamos. Pero Pekín acepta que la Iglesia de Roma entre en las cuestiones religiosas, algo que nunca antes habían admitido. Y además, la puerta están entrecerrada. Mañana podría cerrarse por lo que cualquier diálogo sería más difícil. Mejor un mal acuerdo que ningún acuerdo».

Si, por tanto, hace dos años la Santa Sede reconocía que «no es un gran acuerdo», a dos años de distancia admite que es «un mal acuerdo», pero que considera, sin embargo, mejor que «ningún acuerdo».

Los frutos del entendimiento dos años después

En China, sin contar Hong Kong y Macao, existen 135 diócesis y prefecturas apostólicas. Antes del acuerdo, solo 72 de estas tenían obispo. Hoy, dos años después, la cifra sigue siendo la misma. En los últimos 24 meses ha habido, en total, dos ordenaciones episcopales y cinco instalaciones oficiales. Las dos ordenaciones, que han tenido mucho eco mediático, han sido las de monseñor Antonio Yao Shun, obispo ordinario de la diócesis de Jining, el 26 de agosto de 2019 y la de monseñor Stefano Yu Hongwei, coadjutor de la diócesis de Hanzhong, el 28 de agosto de 2019. Ambas, como ha subrayado a AsiaNews un experto en relaciones sino-vaticanas como es el misionero del PIME padre Sergio Ticozzi, «no son el resultado del acuerdo: las dos ordenaciones estaban siendo gestionadas desde hacía años y la iniciativa partió, respectivamente, de la comunidad y del anciano obispo local».

En lo que respecta a las instalaciones oficiales, la primera ha sido la de monseñor Pietro Jin Lugang de Nanyang el 30 de enero de 2019, «que hacía cuatro años que se negociaba», continúa el padre Ticozzi. Su instalación se enmarca en un acuerdo con las autoridades locales para evitar que ocho sacerdotes que no querían registrarse oficialmente fueran expulsados de sus iglesias, dejando solos a los fieles.

Monseñor Pietro Lin Jiashan de Fuzhou y monseñor Paolo Ma Cunguo de Shouzhou, ambos obispos clandestinos, han sido oficializados. Sobre todo el segundo, «para evitar ulteriores dificultades al ministerio pastoral». Los últimos dos, monseñor Pietro Li Huiyuan de Fengxiang y monseñor Jin Yangke de Ningbo ya eran obispos oficiales, pero aún no instalados «tal vez porque sus ancianos predecesores lo habían ordenado, de manera no muy respetuosa con las reglas».

Por último, siete obispos excomulgados han sido perdonados por el papa Francisco: cinco de estos, que habían tomado posesión con permiso del régimen, pero no de Roma, en cinco diócesis, han quedado a la guía de sus rebaños. Los otros tomaron posesión de sus diócesis, ocupando el lugar de dos obispos nombrados pro Roma, pero clandestinos dado que el gobierno chino no los ha reconocido nunca.

Obispos perseguidos y situación de punto muerto en Hong Kong

A día de hoy hay en China 14 obispos clandestinos, no reconocidos por Pekín, muchos de los cuales son perseguidos, o son vigilados, o están bajo arresto. Los casos más complejos son los de Vincenzo Guo Xijin (Xiapu-Mindong), Agostino Cui Tai (Xuanhua) y Taddeo Ma Daqin (Shanghai). Otros dos obispos, Giacomo Su Zhimin y Cosma Shi Enxiang, han desaparecido, el primero en 1966 y el segundo en 2001: el régimen nunca ha declarado dónde se encuentran o si siguen con vida.

Como es comprensible, a pesar de algunos resultados, el acuerdo que trata la cuestión de los nombramientos de los obispos no ha producido muchos «éxitos», sobre todo si se considera que aún no se ha nombrado el obispo de Hong Kong, cuya sede está vacante desde 2019. Como ha recordado a tempi.it el padre Gianni Criveller, misionero que ha pasado 27 años en la ex ciudad autónoma, después de la aprobación de la ley de seguridad nacional y el aumento de la represión, «si la decisión sobre la sucesión se hubiera tomado enseguida, tal vez no todos estarían contentos, como sucede siempre, pero las consideraciones habrían sido prevalentemente de carácter eclesial. Ahora, en cambio, independientemente del candidato que se elija, el nombramiento tendrá un significado político enorme». Esta es la razón de la situación de punto muerto.

Iglesias destruidas y misas prohibidas a los menores de 18 años

Más allá del nombramiento de los obispos, y a pesar del acuerdo, el régimen chino no ha detenido su política de persecución de los católicos, y en general de los cristianos y todas las otras religiones. La aprobación de los reglamentos sobre las actividades religiosas en China, que tuvo lugar en febrero de 2018 y que fue revisada en febrero de 2020, ha dificultado enormemente la vida de los cristianos. En muchas localidades, los cristianos son fichados y discriminados si quieren obtener un empleo estatal; los menores de 18 años no pueden entrar en las iglesias, ni participar en la catequesis, ni ser educados en la fe; a los sacerdotes y los obispos se les exige la inscripción en la Asociación patriótica, que predica una Iglesia independiente y autónoma del Vaticano y del Papa; las comunidades religiosas no pueden organizar ninguna actividad sin la autorización del Estado (peregrinaciones y catequesis incluidos); las comunidades religiosas no pueden abrir escuelas o jardines infantiles.

Es más: muchas iglesia han sido demolidas, a otras les han derribado la cruz del tejado; dentro y fuera de los lugares de culto hay que exponer la bandera china, y a veces el retrato del presidente Xi Jinping, y hay que instalar cámaras de vigilancia conectas a los sistemas de seguridad pública; a los sacerdotes se les exige, durante las celebraciones, subrayar la adhesión de la fe a los valores fundamentales del socialismo con características chinas.

Por qué se convierten los chinos

Tal vez se refiere a la represión de los católicos el portavoz del ministro de Asuntos Exteriores, Zhao Lijian, cuando habla de «éxito». Y si así fuera, se equivocaría: no solo el número de los cristianos ha superado en China al de quienes se adhieren al Partido comunista, sino que según una encuesta realizada por el pastor Steve Z. y publicada en China Source, quienes se adhieren al cristianismo son siempre más instruidos, se adhieren por «razones metafísicas» y no pragmáticas («conocer la verdad e ir al cielo») y, por último, conocen la fe gracias al testimonio de otros cristianos.

Publicado por Leone Grotti en Tempi.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

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Comentarios
3 comentarios en “China y Vaticano: todos los frutos del acuerdo (que se renovará en breve)
  1. han metido la pata, y no saben como sacarla.
    Se me ocurre, que podría ser de decirles a los chinos que los católicos quieren saber el contenido del acuerdo, y que no les queda otro remedio que publicarlo, antes de renovarlo, ante las noticias que llegan a Occidente.
    Sacan a la luz el acuerdo, junto con todas las acciones contra la Iglesia catolica durante estos dos años. China queda ante todo el mundo fatal. Si quiere renovarlo, tendrá que respetar la religión católica en su pais. Pues no se acuerda, con quien te trata mal. China quiere vender, y le importa su prestigio en el mundo. En una palabra: ¡ Tienen que sacarlo a la luz !, si quieren un mínimo de respeto, por parte de China.

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