El obispo de Tyler, en Texas, Joseph Strickland, ha recurrido a su cuenta de Twitter para dar su más absoluto apoyo al vídeo viral de un sacerdote que afirma que no se puede ser católico y votar al candidato demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre.
“Como obispo de Tyler apoyo la declaración del Padre Altman en este vídeo”, afirma Joseph Strickland desde su cuenta en la red social Twitter. “Me avergüenza haber tardado tanto. Gracias, Padre Altman, por su VALENTÍA. Si amáis a Jesús & a su Iglesia & a esta nación… por favor, ATENDED A ESTE MENSAJE”.
As the Bishop of Tyler I endorse Fr Altman’s statement in this video. My shame is that it has taken me so long. Thank you Fr Altman for your COURAGE. If you love Jesus & His Church & this nation…pleases HEED THIS MESSAGE https://t.co/D413G0lfQV
— Bishop J. Strickland (@Bishopoftyler) September 5, 2020
Para darse cuenta de hasta qué punto está Strickland lanzando una declaración de guerra con ese tuit hay que considerar dos cosas: cuál es el mensaje de este Padre Altman y cuál es la postura abrumadoramente mayoritaria entre los colegas del de Tyler en el episcopado norteamericano.
El mensaje del Padre Altman -de la diócesis de Lacrosse, en Winsconsin- puede resumirse en una frase que pronuncia en el vídeo, y que va aún más lejos de lo que hemos sugerido: “No se puede ser a la vez católico y votante demócrata, punto”. Demócrata, claro, como perteneciente al Partido Demócrata de Estados Unidos, el que presenta a las elecciones el tándem Biden-Harris, cuyo radicalismo anticristiano ya hemos tratado en estas páginas.
James Altman, para mayor abundamiento, denuncia la hipocresía de la jerarquía católica de su país y su destructiva politización izquierdista que causa escándalo a muchos fieles y ha apartado del recto camino a muchos otros. Altman, además, explica la base de la naturaleza humana y nuestro propósito en la vida.
En cuanto a la postura general de los obispos, es exactamente la que describe Altman, y ‘su’ partido ha sido siempre el demócrata. Ahora, que un sacerdote denuncie esta esquizofrenia episcopal -apoyar a un partido con una plataforma ideológica frontalmente contraria a los valores cristianos e incluso hostil a la libertad religiosa- es una noticia menor; que lo haga uno de los obispos, en cambio, resulta explosivo.
Strickland no es, ciertamente, un obispo estadounidense al uso. Desde hace ya tiempo se ha convertido en una especie de ‘Pepito Grillo’ en la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, un ‘disidente’ que ya el año pasado se sirvió de su cuenta en la red social Twitter para exigir que se aclaren de una vez las acusaciones vertidas recientemente por el arzobispo Carlo Maria Viganò sobre encubrimiento de abusos sexuales en el Vaticano, que procesionó con el Santísimo en plena pandemia mientras sus colegas se parapetaban en sus obispados, que alaba la Misa según el Rito Extraordinario.
No le auguramos una brillante carrera en el escalafón eclesial, pero apostaríamos que le espera un premio más alto.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando