El recientemente nombrado obispo de la diócesis argentina de San Luis, Gabriel Barba, ha tardado poco en mostrar su fidelidad al pensamiento moderno, invitando personalmente a un conocido travesti a leer una de las intenciones de la plegaria de los fieles en la misa de la fiesta del patrón de la ciudad, San Luis de Francia.
Hablamos de un obispo instalado con cierta prisa y toda la intención: su predecesor, Pedro Martínez Perea, demasiado conservador para los tiempos que corren, fue fulminantemente conminado a renunciar a su cargo después de diez años de desempeño.
No es que se tratara, en absoluto, de un prelado ‘rebelde’, pero sí, decididamente, poco proclive a la lealtad sin fisuras que cada vez se exige de modo más evidente. Como contaba en su día The Wanderer, Martínez Perea escribió una carta pastoral en 2017, tras la publicación de Amoris laetitia, en la que daba una interpretación de la exhortación papal a la luz de la Tradición, con no poco esfuerzo y en contradicción a la lectura ‘abierta’ oficial entre el episcopado argentino. A fines de 2019, había prohibido por decreto la presencia de mujeres como ayudantes de las ceremonias litúrgicas, lo cual provocó un escándalo nacional replicado por los medios de comunicación. Además, había dado cobijo en su diócesis a algunos institutos religiosos conservadores con clara tendencia al tradicionalismo, que podían formar allí a sus estudiantes y ejercer tranquilos su apostolado. No podía durar.
Su sucesor, Barba, en cambio, es francisquista de estricta observancia, como acaba de demostrar para sorpresa -digamos- de los fieles de una de las diócesis más conservadoras de Argentina. La celebración por el día de San Luis Rey de Francia, con la presencia de público con distanciamiento por el coronavirus, marcó, según varios feligreses, una «nueva etapa de la diócesis de San Luis».
Desde luego. Que un conocido travesti lea alguna plegaria de intercesión en misa es una cosa; que el día elegido para el ‘evento’ sea el del santo patrón es algo más llamativo. Pero lo realmente significativo es que el propio obispo le invitara a hacerlo. “Cuando el Obispo se enteró de mi presencia le pidió a los organizadores que yo lea una intención”, declaró a El Diario el conocido transexual y docente Francia López. “Y con mucho placer, no solamente por una cuestión personal, sino por lo que represento hacia el colectivo, decidí hacerlo”.
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