La larga marcha hacia el paganismo

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(La Verità)- Nos dirigimos hacia el ambientalismo como religión universal; de hecho, una nueva «teología ecológica» parece estar a punto de sustituir a la doctrina de la Iglesia.

Un nuevo humanismo sorpresa parece estar preparándose debido al caos que se ha creado con la crisis y la pandemia. Es evidente que en este caos económico, social, político y moral falta una gobernanza global. Por este motivo, puede suceder cualquier cosa. El riesgo es que se pueda imponer un nuevo «humanismo sorpresa», decidido por pocos y acogido por todos en un espíritu de reconciliación. Hoy estamos en una fase que pretende la reconciliación para resolver los problemas comunes y globales. Reconciliación que estará disfrazada con soluciones económicas, sociales, políticas, ambientales, tecnológicas, etc., pero que en realidad será una reconciliación sobre todo moral, porque tendrá un impacto en la criatura humana y la creación.

Nos sentimos confusos, pero en realidad, no todos lo están. Tras la misteriosa pandemia y la igualmente misteriosa reacción a la misma, nos damos cuenta de que somos impotentes ante los escenarios que tenemos delante y que tememos haber perdido la orientación, sospechando, además, que alguien tiene la brújula y sabe adónde tiene que llevarnos.

Pero en este momento es necesario tomar decisiones rápidas, pero también globales en sus consecuencias, por lo que será importante comprenderlas dado que dichas consecuencias serán de carácter económico, social, político, moral, etc. Corremos el riesgo de que nos sean impuestas sin comprenderlas. Sin embargo, esto no es una novedad. Nos queda, por lo menos, el derecho de sentirnos turbados y poder escribirlo (aquí, en La Verità), porque tenemos la impresión, de nuevo, de que se está pensando en corregir los errores y resolver los problemas ignorando sus causas y reproduciendo los errores del pasado. Tanto, que es lícito tener la duda de que puedan ser precisamente estos errores el objetivo que se quiere alcanzar.

Deberíamos sentirnos turbados porque lo que está en juego es el valor de la vida humana, desde el freno a la natalidad al hecho de redimensionar el número de población en exceso. Y esta vez no en referencia al llamado mundo occidental, sino a todo el mundo. Pero, ¿han «hecho los cálculos»?

En esta segunda fase de solución global al tema demográfico, mi impresión es que estamos incluso superando el maltusianismo que había inspirado las decisiones relacionadas con la caída de la natalidad en Occidente tomadas en los años 70, y que nos han llevado a esta crisis. Mi impresión es que, hoy, el pensamiento filosófico de esta fase está inspirado, más que en Thomas Malthus, en la religión natural de John Locke, aceptable para todos, que es el ambientalismo, aderezado con la apreciación de David Hume por las religiones paganas, ejemplares por su respeto a la naturaleza y la tolerancia que las caracteriza y que son una alternativa a la intolerancia y el fanatismo de las religiones monoteístas. Ambientalismo pagano, religión universal. ¿Es este el nuevo humanismo sorpresa? Dependerá de las decisiones de quien tiene el poder.

Las premisas del great reset, propuesto por quien tiene el poder, anuncian como siempre programas más bien utópicos. Lo que el mundo entero debería hacer para resolver la crisis es llevar a cabo un reequilibrio socioeconómico que elimine las desigualdades y el soberanismo egoísta, impidiendo los riesgos de tensión social. Sin embargo, curiosamente, también aquí se concentra la atención al elevado envejecimiento de la población y sus efectos socioeconómicos (ignorando siempre las causas) y, al mismo tiempo, se plantea la exigencia de un decrecimiento (esta vez global) de la población (pues existe el riesgo de nuevas pandemias), obviando a propósito los efectos de estas dos decisiones estratégicas globales tomadas en conjunto. El silogismo aristotélico ha sido sustituido, hoy, por la lógica-ilógica del pensamiento político e hipócritamente correcto.

Ahora bien, las bases estratégicas del mundo futuro ya han sido individuadas y serán (sobre todo) digitales y verdes. Ambas vuelven a proponer el tema de la población. La primera, la digital (tecnología e inteligencia artificial), no necesita, ciertamente, de un crecimiento de población, puesto que la sustituye. La segunda (la tutela del medioambiente) sufre por la presencia del hombre, cáncer de la naturaleza.

Y he aquí la sorpresa. Lo que parece que se está preparando, gracias a los mismos eslóganes utópicos de la sociedad abierta de Karl Popper (final de la desigualdad, de las discriminaciones, de los soberanismos egoístas, de los autoritarismos dogmáticos) es un nuevo humanismo digital y ambientalista, en el que el ambientalismo entrará probablemente en la misma Constitución. Y esto sucede con el aparente consentimiento de la autoridad moral que podría ya tener lista una nueva «teología ecológica», que sustituiría a la Doctrina social de la Iglesia. Pero son muy pocos los que se preocupan de la vida humana, antaño sagrada, ahora menos, hasta el punto que hoy se puede eliminar a un ser humano. El riesgo es que, en breve, gracias a este nuevo «humanismo sorpresa», algunos seres humanos no solo puedan ser eliminados, sino que deban ser eliminados por ley constitucional y moral. ¿Es esta la next civilization? Si es así, estamos aviados.

Publicado por Ettore Gotti Tedeschi en La Verità.

Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.

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Comentarios
4 comentarios en “La larga marcha hacia el paganismo
  1. No sé por qué siguen/seguís poniéndolos a ellos de «los tolerantes» y «los abiertos», frente a nosotros, cuando no lo son. En el mundo paganizado bonobizado, los heterosexuales, familiares, provida, matrimoniales, fieles,…, y los católicos(creyentes) en general, no tendremos(tenemos) cabida y seremos(somos) perseguidos. Tratan de imponer «sus» cosas. Eso no es ser más abierto ni más tolerante. No me trago lo del relativismo. Solo es/fue una estación de paso hacia el otro lado. Estamos viviendo lo del pasado a la inversa. Antaño, del paganismo al cristianismo. Y ahora del cristianismo a una especie de neopaganismo. Los cristianos estamos abocados a las catacumbas otra vez de seguir así. Aunque creo que algunos apuestan más por pervertir el cristianismo al estilo hitleriano, por ej, vendiendo un falso cristianismo eugenésico homosexualista, hedonista,… a ver si cuela. Con lo que nos robarían hasta el nombre.

  2. Te recomiendo que te busques un profe de mates y que te explique lo que es el crecimiento exponencial, andas flojo de todo lo que no sea dogmas y sacramentos

  3. Espero que la afirmación del artículo no pretenda insinuar que se descuide el medio ambiente, pues también es creación de Dios y debemos cuidarlo en la medida que nos sea posible a cada uno. Otra cuestión es que con ese pretexto se vaya en contra de la humanidad y de la palabra del Señor.

  4. Estoy totalmente de acuerdo con el autor del artículo, D. Ettore Gotti Tedeschi. Si hay una constante en la Iglesia católica desde los años 60 es la de aceptar las corrientes culturales del mundo occidental sin oponerse a ellas, El panteismo ambientalista, pagano y anti humano es solamente la última tendencia ante la que la Iglesia inclina la cerviz. La Iglesia quiere estar en el mundo, aunque sea como comparsa palmera de las ideas dominantes del mundo. Esta divinización de la Naturaleza que califica al hombre como «especie invasora» y aspira a su eliminación es tan diabólica que faltan palabras para expresar toda la maldad que esconde. El exterminio de una cantidad enorme de personas, ya sea por el aborto como por la eutanasia va en la senda de la geodivinización, cuya meta final será la aniquilación total de la especie humana, la enemiga del ecologismo. Pero ya anuncio que eso no ocurrirá y los pastores que se inclinen ante este nuevo ídolo tienen asegurada la ira de Dios.

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