Todavía faltan ocho semanas para que expire el controvertido acuerdo secreto entre las autoridades comunistas chinas y la Santa Sede, pero los chinos, a través de uno de sus órganos de prensa, da por hecho su renovación. Mientras, aumentan las voces de quienes imploran al Vaticano que no lo ratifique.
El Vaticano está decidido a renovar el acuerdo provisional con la República Popular, se lee en el Global Times, uno de los órganos del Partido, según informa Katholische.de. Las negociaciones actuales son «una prueba de que el acuerdo marco ha funcionado bien durante los últimos dos años”, lo que contribuye a «llevar las relaciones bilaterales al siguiente nivel». Para su valoración, el diario cita, entre otros, al canciller de la Academia de Ciencias del Vaticano, monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, afirmando que Pekín y el Vaticano «renovarán el acuerdo, lo que significa que la primera experiencia fue bien». Sánchez Sorondo, recuérdese, causó cierto revuelo cuando afirmó que la tiranía china era el máximo exponente de la Doctrina Social de la Iglesia.
Otra fuente que cita el diario es el vicepresidente de la Conferencia de Obispos del Estado chino, el obispo Zhan Silu de Mindong, quien se limita a señalar que el acuerdo provisional, que expira el 22 de septiembre, será permanente si se prorroga. Zhan fue uno de los siete obispos cuyo nombramiento el Papa reconoció posteriormente en el otoño de 2018, habiendo sido previamente designado por la Asociación Patriótica Católica del estado y consagrado a otros obispos.
Desde su firma, el acuerdo muñido por el ex cardenal pedófilo McCarrick (de quien seguimos esperando con casi un año de retraso la investigación vaticana) y cerrado por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, ha sido una fuente de perplejidad para los fieles de todo el mundo, especialmente los de la propia China.
Desde fuera, al menos, parece como si una parte -la Santa Sede- hubiera hecho cesiones extraordinarias -reconocer a la cismática Iglesia Patriótica elegida por el Partido Comunista, levantar la excomunión a sus prelados y sacerdotes e incluso darles sedes, apartando a los obispos fieles, animar a los fieles a ser ‘buenos socialistas’, etcétera- a cambio de nada. Pekín no ha hecho más que aumentar la persecución y la presión sobre los fieles chinos, demoliendo iglesias y santuarios, deteniendo a clérigos, imponiendo la prédica socialista en las iglesias y las imágenes de Mao sustituyendo a las de Cristo en los hogares.
Por eso han sido muchos, encabezados por el arzobispo emérito de Hong King, cardenal Joseph Zen, quienes han implorando a la Santa Sede que no renueven unos acuerdos que, según Zen, “son una trampa”, y según cualquiera que siga las noticias parece una cesión sin contrapartida y una traición a una Iglesia clandestina china que se ha mantenido fiel a Roma en medio de la peor de las persecuciones.
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La Santa Sede debería escuchar al cardenal Zen y a tantos sacerdotes y laicos chinos, que claman para que no se renueve ese equivocado acuerdo que tanto sufrimiento ha causado a la Iglesia en China.
Y lo de Sorondo diciendo que «la primera experiencia fue bien», es significativo de la lamentable posición ideológica en la que se encuentra este cardenal y otros, que están fomentando un pacto demoledor para el catolicismo en China. Si fue malo el primer error, reiterarlo ya es el colmo.
Resulta lamentable reiterar el mismo error de un acuerdo destructivo para la Iglesia en China.
Antonio… usted escribe cosas a la gente sin saber como piensan…
No es de inteligentes.
Después de haberle leído en otros comentarios entiendo que tenga usted la palabra fanático en la punta de su lengua.
Siga…
Siendo secreto el acuerdo, por ahora la prueba irrefutable de que el acuerdo es un error y un perjuicio está en que China muestre tanto interés en que se renueve.
Hoy toca felicitar a Marcos Oliver, aunque no estaría de más que Infovaticana nos presentara a su nuevo fichaje, que espero rectifique en lo referente al artículo » Roma no rehabilitó al fundador de Schoenstatt «, pues el proceso de beatificación sigue su curso.
es un escándalo que la cúpula de la Iglesia católica haya llegado a un acuerdo «secreto» por el que, como vemos, el duro régimen chino persigue e impide la vida eclesial de los católicos y les impone la cosmovisión marxista, que es diametralmente opuesta al santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Un auténtico escándalo, que por lo visto a los miles de eclesiásticos de la iglesia no les importa ni un ápice.
Estos silencios actuales son fermento de futuras traiciones al Señor.
La Iglesia católica necesita apóstoles valientes que no teman ir a contracorriente, que se den cuenta del golpe tremendo de timón que se está dando desde 2013, y que alcen su voz aún a riesgo de perderlo todo. Eso es lo que hicieron los 12. Lo que hizo San Juan Bautista. Lo que hizo el mismo Cristo cuando fue asesinado por decir la Verdad de Dios a los hombres en el poder, en su época.
Que apocalíptico…
¿Vivirá usted con esta enorme carga sobre sus hombros?
¿Sera capaz de comer y dormir cada día, siendo consciente de todo esto?
Neila, en verdad son duros y dificiles los tiempos en que debemos combatir, pero la verdad se irá abriendo paso y dejará al descubierto las intenciones de cada uno. Bendiciones
No se preocupen quienes negocian sin DIOS! solo hacen negocios personales sin verdad! Aunque ellos mismos se engañen y lleven su engaño a muchos más! Igual no sirve y no servirá! Igual es nada para los verdaderos fieles de DIOS!
¿Cómo no lo iba usted a traer al Blog…?
Si es que el Santo Padre no le deja dormir…
Y algunos impresentables todavía están con usted…
Se cargan la credibilidad católica de esta publicación…
Gracias Nuova Bussola…
Sin acento, por favor… Si se las da, al menos disimule usted su ignorancia del italiano…
No tendría que ser secreto si fuese bueno.