Con la nueva ley ‘antihomotransfobia’ italiana, el Papa podría ser denunciado

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Los términos de la nueva ley italiana contra la ‘homotransfobia’ es, a la vez, tan draconiana y difusa como el neologismo que la justifica, y no es difícil interpretarla para perseguir cualquier opinión contraria al nuevo ‘dogma’ LGTBI, incluidas muchas vertidas por el propio Papa, o la misma doctrina moral de la Iglesia Católica.

“Si se aprueba… la ley contra la homotransfobia, el Papa Francisco se arriesga a ser investigado. Lo dice el polémico periodista católico Antonio Socci, que añade: “Hay en el Vaticano quien se plantea con desazón una pregunta: ¿hasta el propio Papa podría ser mañana investigado en base a la ley que acaba de presentarse en el Parlamento sobre la homotransfobia?”. En realidad, solo hay que analizar la palabra para advertir el punto orwelliano de la ley: un término que no existía siquiera hace siquiera unas décadas se ha convertido en objeto de un tipo penal.

La idea es que si es punible criticar y/o discriminar en absoluto a homosexuales y transexuales, con la indefinible cualificación de “incitación al odio”, cualquier opinión contraria a la opinión ‘oficial’ puede ser constitutiva de delito, según el criterio del juez. Por ejemplo, el ‘matrimonio gay’, o la adopción por parejas de homosexuales, o cualquier tipo de asesoría para alterar la orientación sexual, o la prohibición de ordenar homosexuales, o…

O casi cualquier cosa.

El Papa tiene numerosos mensajes que podrían chocar frontalmente con esta ley. Por ejemplo, “la Iglesia, aunque respeta a las personas en cuestión, no puede admitir en el seminario y las órdenes sagradas, aquellos que practican la homosexualidad, tienen raíces profundamente homosexuales o apoyan la llamada cultura gay”.

Por ejemplo, en la misma Amoris Laetitia: “Otro desafío surge de varias formas de una ideología, genéricamente llamada género, que niega la diferencia natural y la reciprocidad del hombre y la mujer. Promete una sociedad sin diferencias de género y vacía la base antropológica de la familia. Esta ideología induce proyectos educativos y pautas legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente liberada de la diversidad biológica entre hombres y mujeres”.

Pero no hace falta, ni es el Papa el único -ni, desde luego, el más probable- que corre peligro de acabar ante los tribunales como consecuencia de esta ley demencial: es cualquier sacerdote, incluso cualquier fiel que recuerde la doctrina de la Iglesia con respecto a la antropología sexual.

El Gobierno ha reaccionado a estos temores asegurando que no existe riesgo para la libertad de expresión. Pero tanto el cardinal Ruini como el senador Quagliariello sostienen lo contrario al afirmar que, según la propia ley, quien expresa una opinión sin usar violencia ni ofender a persona concreta alguna puede ser incriminado. “Es un típico ejemplo de dictadura del relativismo”, concluye Ruini.

Según Socci, el tipo penal que describe la ley “es tan genérico que, por ejemplo, la crítica al matrimonio homosexual o a la teoría de género o a otras tesis LGBT podría juzgarse mañana como “discriminación” o “instigación al odio”. Entre los puntos más criticados y espinosos están las penas de cárcel previstas en algunos casos y que, en el examen pericial, se pueda consultar como asociación de utilidad pública algún grupo de presión LGBT.

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Comentarios
20 comentarios en “Con la nueva ley ‘antihomotransfobia’ italiana, el Papa podría ser denunciado
  1. Es una pena que tengas que ver al papa Francisco en los juzgados o en la cárcel para que te des cuenta de tu error, y, posiblemente, viéndolo ni siquiera aceptes tu error sobre él.

  2. Y dado el caso: ¿Qué pasaría con aquellos quienes por respeto a la ley naturaleza de género de macho o de hembra, ratificada, abalada en ley moral son antihomotransfóbicus?

    Porque aquí, tal cual y cómo se constata los provocadores del anti son ellos, los del LGTBI

  3. Esa ley es italiana. y El Vaticano es un Estado aparte de Italia. ¿Es así o me equivoco? Yo creo que el verdadero interés que tienen en imponer tantas leyes es para sacar dinero de las sanciones económicas, y en este caso preveen que puede ser bastante sustancial, dado que no son pocas las personas que opinan lo contrario a la versión oficial LGTBnosecuantos. La conclusión de todo esto es: ¿dónde queda la libertad de expresión?

  4. Al Papa no lo podrían enjuiciar porque Italia no tiene jurisdicción sobre el Vaticano. Son dos estados independientes.
    Además, las intervenciones de Francisco en esta materia son tan blandas, que no molestan al lgtbi. Quienes sí estamos bajo amenaza judicial, somos los sacerdotes y laicos que no callamos, y que sin insultar ni discriminar, defendemos la doctrina de la Iglesia en la materia. A nosotros sí nos pueden imponer multas y llevar a prisión por hacer lo que Cristo nos mandó. Y eso no sólo en Italia. Con las leyes españolas también estamos expuestos a procesos penales.

    1. Esas leyes del lgtbi, italianas y españolas, como de otros países, son propias de estados totalitarios, van contra la libertad religiosa, la libertad de conciencia, y la libertad de expresión. La reacción fácil de muchos pastores es callar para no tener problemas, y esa es una de las razones por las que en la Iglesia hay tanto silencio y casi nadie condena la perversidad de la ideología de género. Pero nosotros no debemos contentar a los que mandan, sino obedecer a Dios, cuyo juicio es el único importante, y procurar el negocio de nuestra salvación y el de la salvación del prójimo, y por eso debemos, por caridad, denunciar la inmoralidad de la homosexualidad y del lgtbi y convertir a quienes son esclavos de esas conductas.

  5. El modernismo es que el señor de todo es el hombre, es decir su propio Dios, a partir de hay , todas las barbaridades se suceden, lo grave es que se juegan la vida eterna, es decir una plaza en el hotel del infierno. TODOS los males arrancan de que olvidamos que somos hijos De Dios .

  6. Es una ley de persecución de la Iglesia, claramente. ¿Qué ocurrirá cuando se lea a san Pablo? ¿Qué pasará con todos los católicos por permanecer fieles a una organización de odio a la sodomía?. Está claro, persecución.

  7. Empezaron a entreabrir la ventana, y hoy la casa es de paredes abiertas. Ese grupejo lgbt decía: «Lo único que queremos es que no nos ataquen. No pedimos más.» Y la homofilia u homosimpatía se apoderó de la sociedad. Y ahí vamos. Como el diablo es un amargado que nunca está satisfecho, todavía falta ver más sometimiento.

    1. Nuestros hijos. Ahí apuntan. Y tan grave o más que esto que se comenta en esta noticia, es el hecho de que amenazan con quitar la patria potestad a los padres que se nieguen a que corrompan a sus hijos en las escuelas y demás.

  8. Pues sí, aunque nos multen y nos metan en la cárcel tenemos que advertir, que no condenar, a los homosexuales que de no arrepentirse irán al in fierno eterno. No podemos salvarnos nosotros solos de manera egoista y tenemos que procurar que los homosexuales también se salven. La salvación de nuestroSeñor Jesucristo, no es un tesoro para nosotros sólos sino para todos. Por amor nos pagarán con multas y cárcel, pero cumpliremos con nuestro deber.

  9. Me han eliminado el mensaje anterior, Don Nadie. Le decía que NADIE le va a meter a usted en la cárcel por decir que la homosexualidad es pecado. Sí le pueden meter en la cárcel por insultar o calumniar a los homosexuales.

      1. NO, Mariela. NO. NO. Se equivoca usted. NO es un insulto para los homosexuales que le digan que es pecado tener sexo con otro homosexual.

        SI es un insulto cuando les insultan, diciendo que son unos degenerados, invertidos, aberración, etc, etc…

        SI es un insulto que su libro «sagrado» pida LA MUERTE del homosexual. Que se ORDENE matar al homosexual. Eso sí es un insulto.

        A ustedes les parece terrible que se griten «arderéis como en el 36», pero NO les parece terrible que su libro ordene matar homosexuales.

        A mí me parecen terribles ambas barbaridades.

        1. Realmente lo que es penoso es que alguien diga «arderéis como en el 36»
          Pero vamos, que si ardemos como en el 36, ganaremos como en el 39.
          Muy tranquila estoy que jamás he hablado de pegar fuego a nada ni a nadie.
          No quiero que ardan ni aquí ni en la otra vida.

          1. Sí, Mariela. Efectivamente. Es penoso, y una vergüenza, que nadie diga «arderéis como en el 36». Completamente de acuerdo.

            Ahora… esa sensibilidad suya respecto a esa frase, aplíquela usted a su libro sagrado, que dice que hay que MATAR a los homosexuales.

            Como que no, ¿verdad? Lo de tener la piel muy fina… según para qué cosas, ¿verdad?

            Pues está ahí, Mariela. HAY QUE MATAR A LOS HOMOSEXUALES. Lo dice la Biblia.

            Ahora usted puede «disculpar» esa frasecita, diciendo que no se trata de matar matar… sino que hay que entenderlo… y estará usted a la mismita altura argumental que quienes dicen exactamente lo mismo del «arderéis como en el 36».

  10. Fíjese, Don Nadie, que este hombre, Paul Sullins, está diciendo, nada más y nada menos, que los homosexuales son unos pedófilos.

    ¡Qué pasada…! ¿Eh? ¿Se da usted cuenta?

    No habría ningún problema, por cierto, si FUERA CIERTO. La ciencia es ciencia, y punto. Los LGTBI protestarían mucho mucho, pero sin razón, y yo apoyaría a la CIENCIA. PUNTO.

    Pero resulta que este cura, Paul Sullins, MIENTE COMO UN BELLACO.

    ¿Cómo no van a cargar contra la Iglesia Católica los LGTBI tras semejantes ataques de los católicos?

    ¡Es tremendo… tremendo!.

    ¿Por qué aquí NADIE tiene el coraje de ver esas figuras, y RESPONDER. Le he pillado en una MENTIRA. ¡Cúrreselo un poco, Don Nadie, y mírese ambas figuras, y el texto, y dígame si ES O NO ES MENTIRA que los homosexuales son unos pedófilos.

    NADIE tiene el coraje aquí de ver esas gráficas, ¿verdad?

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