Durante los últimos años hemos oído al Pontífice en numerosas ocasiones hablar sobre el rigorismo. Se entiende como la mentalidad de algunos católicos por la que estarían obsesionados con las formas y la moral, basando su fe en el cumplimiento escrupuloso de las normas.
Durante la pandemia del coronavirus se ha podido observar como algunos prelados han cumplido las directrices gubernamentales en la prevención del contagio de coronavirus yendo muchas veces incluso más lejos que los propios políticos.
Es curioso ver como parte del clero, que a lo mejor era laxo con los propios ritos, se vuelven ahora completamente ‘rigoristas’ tratándose de las recomendaciones de los políticos, que por otra parte han ido dando bandazos de manera improvisada.
Un ejemplo de esta escrupulosidad en el cumplimiento de las normas ha tenido como protagonista al cardenal Cupich, quién en una catedral desértica se ha colocado un dispositivo de plástico, el cual le cubría toda la cara, para dar la comunión a una sola persona.
Puede verlo aquí:
So Cardinal Cupich donned a visor (but no mask) to give Holy Communion to exactly one person, who himself is wearing a mask when he receives Our Lord in his hands. I’m all for minimising risk, but in the circumstances the visor is pointless, and just bizarre really. pic.twitter.com/m2sm75s9E8
— Catholic Sat (@CatholicSat) June 22, 2020
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Este video es una broma ¿No?.
Raza de víboras,como podréis escapar a la eterna condenación?
Escrito está.
Rigorista y ridículo empiezan por ri- también riesgo y risa
Pero lo mas curioso es que te acuerdes de Francisco, el papa que lo redujo a estado laical y se te olviden Juan Pablo que no hizo nada y Benedicto que le puso una sanción privada y de mentirijillas o Vigano que se echaba unas risas y se abrazaba con él hasta que dejó de ser nincio y no le dieron el puesto de cardenal que fue como una iluminación para él, a eso se le llama memoria selectiva
¡Qué escena ridícula!
Aunque no mucho mejores las he vivido en España. Son demasiado rigoristas los curas y obispos, efectivamente. Al pie de la letra. Esclavos de la norma.
Ahora se entiende mejor lo que nos parecía siempre tan grotesco, tan inverosímil (los fariseos reprochando a Jesús el curar en sábado). El fanatismo con el que cumplimos las nuevas leyes laicistas nos hacen perder el sentido común…
Jaaa. Es que cuidarse y cuidar a los otros es una obligación moral. Pero, las payasadas, a mi, me da risa. Jaaaa. Jaaaa.