Francisco: “La fe debe ser transmitida, pero no para convencer”

Francisco: “La fe debe ser transmitida, pero no para convencer”

En su homilía de la Misa de hoy sábado, celebrada en Santa Marta, Su Santidad ha vuelto a insistir en una de las temáticas que han caracterizado hasta ahora su pontificado: evangelización, sí, siempre, pero sin ‘proselitismo’.

La distinción no es fácil. En principio, la idea es que evangelicemos con el testimonio de nuestra vida cristiana, que debe bastar para atraer a otros a la fe.

Lo explica así Su Santidad: “La fe es siempre misionera, de lo contrario no es fe. Se lleva la fe con el testimonio de la vida, sobre todo. A veces, hay una falta de convicción de fe, que no es sólo un dato del carné de identidad. Quien tiene fe debe salir de sí mismo y mostrar «socialmente» la fe . Esto no significa hacer proselitismo, es dar testimonio de la fe con servicio, es vivir como cristianos. Antes de decir algo cristiano uno tiene que vivir la fe concretamente. No se transmite la fe para convencer, sino para ofrecer un tesoro. Se lleva la fe con humildad, como dice hoy la Primera Carta de Pedro”.

Antes de decir algo uno tiene que vivir la fe concretamente, eso está claro. ¿Y después? El Santo Padre lo ilustra con una anécdota personal: “Una vez, en Polonia, un estudiante universitario me preguntó: «En la universidad tengo muchos compañeros ateos. ¿Qué tengo que decirles para convencerlos?» – «¡Nada, querido, nada! Lo último que necesitas hacer es decir algo. Empieza a vivir y ellos verán tu testimonio y te preguntarán: «¿Por qué vives así?».

Y presenta a continuación el caso contrario con estas palabras: “¿Cuántas veces en la Iglesia, en la historia, han habido movimientos, grupos, de hombres o mujeres que han querido convencer a la gente de la fe, convertir… Verdaderos «proselitistas». ¿Y cómo terminaron? En la corrupción”.

La homilía se corresponde con el Evangelio del día, en el que vemos a Jesús resucitado aleccionando a los apóstoles: “Id por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado”.

Y termina el Santo Padre su homilía: “Pidamos al Señor que nos ayude a vivir nuestra fe de esta manera: fe de puertas abiertas, una fe transparente, no «proselitista», sino que haga ver: «Pero yo soy así». Y con esta sana curiosidad, ayude a la gente a recibir este mensaje que los salvará”.

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