En estos momentos extraordinarios, sin misas en muchos sitios, desde InfoVaticana te animamos a leer las lecturas del día en familia, meditarlas, rezar el Padrenuestro y una comunión espiritual.
La Conferencia Episcopal Española ha ofrecido una guía para seguir la Semana Santa desde casa. Puedes verla aquí.
La diócesis de Astorga también nos ofrece una Liturgia de la Palabra para rezar en casa, que puedes ver pinchando aquí.
Les ofrecemos las lecturas de la celebración de hoy:
Primera lectura: Isaías 49, 1-6
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: El Señor me llamó desde el vientre materno, de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel, por medio de ti me glorificaré». Y yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas». En realidad el Señor defendía mi causa, mi recompensa la custodiaba Dios. Y ahora dice el Señor, el que me formó desde el vientre como siervo suyo, para que le devolviese a Jacob, para que le reuniera a Israel; he sido glorificado a los ojos de Dios. Y mi Dios era mi fuerza: «Es poco que seas mi siervo para restablecer las tribus de Jacob y traer de vuelta a los supervivientes de Israel. Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».
Salmo (70. 1-2. 3-4a. 5-6ab. 15ab y 17)
R/. Mi boca contará tu salvación, Señor
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,
inclina a mí tu oído, y sálvame.
R/.
Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa.
R/.
Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza y mi confianza,
Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías.
R/.
Mi boca contará tu justicia, y todo el día tu salvación.
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas.
R/.
Evangelio: Juan 13, 21-33. 36-38
En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo: «En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar». Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: «Señor, ¿quién es?». Le contestó Jesús: «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado». Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo pronto». Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”». Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿adónde vas?». Jesús le respondió: «Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde». Pedro replicó: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti». Jesús le contestó: «¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».
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“Uno de vosotros me va a entregar”. ¡Y su nombre es… Jorge Mario Bergoglio!
Tranquilo Francisco, da la impresión que tiene un completo antipapal. Te has olvidado que estamos en semana santa. Al menos después que pase la resurrección coge la pluma y comenta. Pero al menos en este tiempo considero que no. Al final eres libre de hacer y escribir lo que te viene del corazón.
Saludos hermano y que Dios te guarde.
luis alberto:
Le he contestado respetuosamente, pero dicho comentario está sometido a la censura del maricomplejines de turno. No decía nada que no haya dicho ya en el referido comentario. Que no voy a repetir, por si el inquisidor se arrepiente y lo publica.
Reciba un abrazo fraterno y que el Señor le bendiga.
La lista es larga pero una buena parte los judas modernos pertenecen a la denominada «compañia de Jesús», desde un tal Rahner, pasando por un Arrupe y no digamos el que hoy esta de papa, estos mas bien deberian de llamarse Los Iscariotes de Jesús
Sugiero que INFOVATICANA deshabilite los comentarios para estos tipos de publicaciones, porque pueden llevar a irrespeto y blasfemias contra la Palabra de Dios
Es muy interesante que Jesucristo como Dios, no diga el nombre del traidor. Es San Juan quien lo menciona, ¿Por qué Jesús no? Porque Jesús no tiene el corazón que todos tenemos. Se puede decir, que “encubre” el delito de Judas. Una vez más, la Misericordia de Jesús está por encima del pecado.
Saludos
Que preciosas palabras, Luis Alberto. Cuanto bueno ha dicho usted. Que Dios le bendiga.
La paz María Eugenia, eso es lo que me ha enseñado la Iglesia desde que estoy en una de las comunidades Neocatecumenales aquí en Lima-Perú durante 40 años: amar a la Iglesia, obediencia a Pedro y a no juzgar así vea con mis ojos.
Saludos