«He mantenido siempre mi inocencia mientras sufría una grave injusticia»

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El cardenal Pell ha escrito un comunicado con motivo de la decisión, por unanimidad, de la Corte Suprema de Australia, por la que han anulado la sentencia por la que fue condenado por abusos sexuales.

Les ofrecemos el comunicado, publicado en The New Daily:

Siempre he mantenido mi inocencia mientras sufría una grave injusticia.

Esto ha sido remediado hoy con la decisión unánime del Tribunal Superior.

Espero leer la Sentencia y los motivos de la decisión en detalle.

No tengo mala voluntad para mi acusador. No quiero que mi absolución aumente el dolor y la amargura que muchos sienten; ciertamente hay suficiente dolor y amargura.

Sin embargo, mi juicio no fue un referéndum sobre la Iglesia Católica; ni un referéndum sobre cómo las autoridades de la Iglesia en Australia trataron el delito de pedofilia en la Iglesia.

La cuestión era si había cometido estos crímenes horribles, o no.

La única base para la curación a largo plazo es la verdad y la única base para la justicia es la verdad, porque la justicia significa verdad para todos.

Un agradecimiento especial por todas las oraciones y miles de cartas de apoyo.

Quiero agradecer en particular a mi familia por su amor y apoyo y por lo que tuvieron que pasar; mi pequeño equipo de asesores; aquellos que hablaron por mí y sufrieron como resultado; y todos mis amigos y simpatizantes aquí y en el extranjero.

También mi más profundo agradecimiento y gratitud a todo mi equipo legal por su firme determinación de ver prevalecer la justicia, arrojar luz sobre la oscuridad fabricada y revelar la verdad.

Finalmente, soy consciente de la actual crisis de salud. Rezo por todos los afectados y nuestro personal médico de primera línea.

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Comentarios
21 comentarios en “«He mantenido siempre mi inocencia mientras sufría una grave injusticia»
        1. Bergoglio ha hecho el ridículo como previamente lo hizo en la campaña contra el obispo de Granada. Es una victoria de la Iglesia

  1. [su] «juicio no [debería haber sido, pero fue] un referéndum sobre la Iglesia Católica; ni un referéndum sobre cómo las autoridades de la Iglesia en Australia trataron el delito de pedofilia en la Iglesia.
    La cuestión [en su juicio _como en cualquier otro juicio_ debería haber sido] si había cometido estos crímenes horribles, o no.
    La única base … para la justicia es la verdad, porque la justicia significa verdad para todos.

    1. Pretendía referirme al segundo juicio (de los dos que tuvo con jurado, pues el primero no lo condenó, si no me equivoco; luego han venido las revisiones).

  2. Siempre he defendido la tesis, expuesta en unas cuantas ocasiones en los comentarios sobre el caso Pell en Infovat, que las sentencias condenatorias basadas exclusivamente en el relato verosímil de la supuesta víctima, constituyen un atentado contra la presunción de inocencia y el Estado de Derecho, habida cuenta del alto riesgo de condena de un inocente, como ha sido el caso. Pero es que, en el caso Pell, como ya señaló el voto particular de la sentencia apelada, el relato, además de inverosímil, era imposible.

    Por cierto, Bergoglio, haz el favor de no apuntarte, ahora, a caballo ganador porque, no sólo no lo defendiste en ningún momento, sino que te lo quitaste de encima de mala manera, al hacer Pell demasiada limpieza en tu cueva de ladrones. Los cañones eran australianos, pero las bombas, de fabricación vaticana, más en concreto bergo liante.

    1. El Tribunal Superior de Australia ha estimado que había «una posibilidad significativa de que una persona inocente haya sido condenada porque las pruebas no han establecido su culpabilidad según el nivel de prueba requerido». Los siete magistrados del Tribunal Superior establecieron por unanimidad que el tribunal inferior había «omitido abordar si existía una posibilidad razonable de que el delito no se hubiera cometido, de modo que debería haber habido una duda razonable sobre la culpabilidad».

    2. Todo este proceso de caza de brujas poco tenía que ver con los abusos a menores y mucho con el intento de limpieza que Pell quería iniciar en el Vaticano. No es la primera vez que se utiliza la presunta justicia para intentar anular a una persona. Pell es fuerte pero ha sufrido una tortura de meses, injusta, increíblemente dura, de la que esperamos que salga fortalecido y con ganas de luchar en todos los ámbitos. Hoy los periódicos no informarán de su inocencia como lo hicieron de su presunta culpabilidad, las cosas son así. Specola.

    3. Para nosotros, nada ha cambiado y pensamos lo que hemos pensado siempre. ¡Larga vida a Pell!, para que pueda ver la caída de sus perseguidores. Ni el Vaticano, ni Francisco, han movido un dedo por defender al molesto cardenal, esto ya nos indica mucho. No hagamos caso de las bellas palabras sino de los hechos.

  3. Me alegro por él, por lo mucho que habrá sufrido. Aunque me remito al juicio verdaderamente importante: el del Señor que es justo y misericordioso a la vez. El dará a cada uno lo que corresponda.
    Sigamos orando unos por otros.

  4. Elegante comunicado del cardenal Pell, solo el sabe lo que ha tenido que pasar, 23 horas sin ver la luz, confinado en una celda, misera, como todas en Australia, Dios le de fuerza y siga muchosd años por el bien de la Iglesia

  5. Muy agradecida con Dios por esto, que humilde el Cardenal Pell en ese comunicado, es un gusto leer a alguien lleno de Dios y sentido común. Ahora bien PF quien en su homilia salió con el tema, luego que lo abandonase y creo que no contaba con este veredicto, haber si se echa encima esta victoria. Saludos

  6. En Mexico tambièn nos alegramos desde ayer por esta noticia. Asi ha querido tambièn pasar Dios de esta manera en esta humanidad caìda en pecados horrendos.

    Larga vida al Cardenal Pell.

  7. Los guerreros se presumen sus heridas, sus cicatrices,, el Cardenal Pell, guerrero de Cristo,, tiene las huellas de su injusto encierro en su fisonomia,,, debió sufrir mucho,,, gracias a Dios que salió de esa cárcel.

  8. Este comunicado es más significativo por lo que NO DICE, que por lo que dice. Por ejemplo, no cita a ninguna autoridad eclesiástica, ni de Roma, ni de Australia, ni de ninguna parte. Todos le abandonaron.

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