El Vaticano: que la colaboración con los budistas sea «una fuente de bendición para todos los seres sensibles y para el planeta»

Francisco: Para los católicos el proselitismo está prohibido

«Podemos dedicarnos con mayor libertad a promover una cultura de compasión y fraternidad para aliviar el sufrimiento de la humanidad y del ambiente».

La Vesakh es la fiesta más importante para los budistas ya que conmemora los principales acontecimientos de la vida de Buda. Este acontecimiento se celebra en fechas diferentes en los distintos países de cultura budista. Pero la mayoría lo celebra, este año 2020, el próximo 6 de mayo.

El Vaticano no ha querido perder esta ocasión para transmitir un mensaje a los que profesan esta religión. Lo ha hecho a través del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, que lidera el cardenal español Miguel Ángel Ayuso, con un mensaje titulado: Budistas y cristianos: Construyamos una cultura de compasión y fraternidad.

En el escrito, el Vaticano no duda en comparar a Buda con san Francisco de Asís. «La fiesta de Vesakh/ Hanamatsuri nos insta a recordar cómo el príncipe Siddhartha se puso en camino en busca de la sabiduría con la cabeza rapada y renunciando a su condición de príncipe», reza el comunicado vaticano, que cuenta como cambió sus ropas de seda de Benarés «por el simple hábito de un monje». «Su noble gesto nos recuerda el de San Francisco de Asís, que se cortó el pelo y cambió sus bellos ropajes por el simple hábito de un mendigo porque quería seguir a Jesús», prosigue.

«Su ejemplo y el de sus seguidores nos inspira una vida de desapego pensando en lo más importante. Por consiguiente, podemos dedicarnos con mayor libertad a promover una cultura de compasión y fraternidad para aliviar el sufrimiento de la humanidad y del ambiente», dice el comunicado.

«En un espíritu de gratitud por vuestra amistad, os pedimos humildemente que acompañéis y sostengáis a vuestros amigos cristianos en la promoción de la bondad del amor y de la fraternidad en el mundo de hoy», continua el escrito del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.

Asegura que los budistas y los cristianos, «aprendemos unos de otros a ser más atentos y compasivos cada día», y así «podemos seguir buscando formas de colaborar para que nuestra relación se convierta en una fuente de bendición para todos los seres sensibles y para el planeta, que es nuestra casa común». ¿Cómo se quedan?

El documento sostiene que «para garantizar la continuidad de nuestra solidaridad universal», -la palabra caridad es muy carca- «es necesario un proceso educativo para nuestro «viaje» compartido». Es entonces cuando el Vaticano invita a los budistas a participar en el evento mundial «Reconstruir el Pacto Educativo Global», que fue trasladado a octubre por el coronavirus.

«Os invitamos a colaborar con todos para promover esta iniciativa, individualmente y dentro de vuestras comunidades, para cultivar un nuevo humanismo», prosigue el escrito curial.

Por último, antes de felicitarles la fiesta y decir que rezan por la epidemia, el organismo vaticano asegura que le complace ver, como en varias partes del mundo, los budistas y los cristianos «tienen valores profundamente arraigados y trabajan juntos para erradicar las causas de los males sociales».

Les dejamos el comunicado completo, publicado en español por la Oficina de Prensa de la Santa Sede:

Queridos amigos budistas,

En nombre del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso os brindamos nuestros más sinceros saludos y mejores deseos así como a todas las comunidades budistas del mundo con motivo de la celebración de la fiesta de Vesakh/Hanamatsuri. El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso lo ha hecho en los últimos veinticuatro años en esta alegre ocasión. Dado que este año se cumple el vigésimo quinto aniversario de este tradicional mensaje, nos gustaría renovar nuestro vínculo de amistad y colaboración con las diversas tradiciones que representais.

Este año quisiéramos reflexionar con vosotros sobre el tema «Budistas y cristianos: construyamos una cultura de compasión y fraternidad», conscientes del alto valor que nuestras mutuas tradiciones religiosas atribuyen a la compasión y la fraternidad en nuestra búsqueda espiritual, en el testimonio y en el servicio a una humanidad y a una tierra heridas.

El Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común afirma que «las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común». Al reunirse con el Patriarca Supremo de los Budistas en Tailandia el pasado mes de noviembre, Su Santidad el Papa Francisco dijo que «podemos creer en el ejercicio de una buena ‘vecindad’ y crecer en él «capaces de generar y aumentar iniciativas concretas en el camino de la fraternidad, especialmente con los más pobres, y en referencia a nuestra tan maltratada casa común De esta manera contribuiremos a la construcción de una cultura de compasión, fraternidad y encuentro, tanto aquí como en otras partes del mundo (Cf. Visita al Patriarca Supremo de los Budistas, Bangkok, 21 de noviembre de 2019).

La fiesta de Vesakh/ Hanamatsuri nos insta a recordar cómo el príncipe Siddhartha se puso en camino en busca de la sabiduría con la cabeza rapada y renunciando a su condición de príncipe. Cambió sus ropas de seda de Benarés por el simple hábito de un monje. Su noble gesto nos recuerda el de San Francisco de Asís, que se cortó el pelo y cambió sus bellos ropajes por el simple hábito de un mendigo porque quería seguir a Jesús, que «se despojó de sí mismo, tomando condición de siervo» (Filipenses 2, 7) y «no tenía donde reclinar la cabeza» (Mt 8, 20). Su ejemplo y el de sus seguidores nos inspira una vida de desapego pensando en lo más importante. Por consiguiente, podemos dedicarnos con mayor libertad a promover una cultura de compasión y fraternidad para aliviar el sufrimiento de la humanidad y del ambiente.

Todo está relacionado. La interdependencia nos devuelve al tema de la compasión y de la fraternidad. En un espíritu de gratitud por vuestra amistad, os pedimos humildemente que acompañéis y sostengáis a vuestros amigos cristianos en la promoción de la bondad del amor y de la fraternidad en el mundo de hoy. Al igual que nosotros, budistas y cristianos, aprendemos unos de otros a ser más atentos y compasivos cada día, así podemos seguir buscando formas de colaborar para que nuestra relación se convierta en una fuente de bendición para todos los seres sensibles y para el planeta, que es nuestra casa común.

Creemos que para garantizar la continuidad de nuestra solidaridad universal, es necesario un proceso educativo para nuestro «viaje» compartido. Con este fin, el 15 de octubre de 2020 se celebrará un evento mundial cuyo tema es «Reconstruir el Pacto Educativo Global». «Un encuentro para reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión» (Papa Francisco, Mensaje para el lanzamiento del Pacto Educativo Global, 12 de septiembre de 2019). Os invitamos a colaborar con todos para promover esta iniciativa, individualmente y dentro de vuestras comunidades, para cultivar un nuevo humanismo. También nos complace ver que, en varias partes del mundo, los budistas y los cristianos tienen valores profundamente arraigados y trabajan juntos para erradicar las causas de los males sociales.

Rezamos por los afectados por la pandemia de coronavirus y por los que los asisten. Animamos a los fieles a vivir este difícil momento con esperanza, compasión y caridad.

Queridos amigos budistas, en este espíritu de amistad y colaboración, renovamos nuestros buenos deseos de una pacífica y alegre fiesta de Vesakh/Hanamatsuri.

Miguel Ángel. Card. Ayuso Guixot, MCCJ

Presidente

Mons. Kodithuwakku K. Indunil J.

Secretario

Ayuda a Infovaticana a seguir informando