El Superior de la FSSPX propone recurrir al rosario «con más fervor» ante la supresión de la misa

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«No perdamos nuestro tiempo ante las pantallas y no nos dejemos vencer por la fiebre mediática».

El Superior General de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, Davide Pagliarani, ha dirigido una carta a los fieles con motivo de la epidemia de coronavirus, que tiene a varios países en jaque con su población recluida en sus casas.

En ella, el sucesor de Marcel Lefevbre, recuerda que, aunque en algunos lugares sea imposible acudir a misa, seguimos teniendo «al alcance de nuestra mano un medio privilegiado y un arma más potente que la ansiedad, la incertidumbre o el pánico que puede suscitar la crisis del coronavirus: el Santo Rosario». 

«Ha llegado el momento de rezar el Rosario en nuestras casas de forma más sistemática y con más fervor que de costumbre», dice Pagliarani, quien anima a los fieles a no perder el tiempo «ante las pantallas» y a no dejarse vencer «por la fiebre mediática».

«Si debemos obedecer el mandato de confinamiento, aprovechemos para transformar nuestro «arresto domiciliario» en una especie de alegre retiro en familia, durante el cual la oración recupere el tiempo y la importancia que merece. Leamos el Evangelio de la A a la Z, meditémoslo con calma, escuchémoslo en paz: las palabras del Maestro son mucho más efectivas y alcanzan más fácilmente la inteligencia y el corazón», asegura el Superior de la FSSPX.

«¡Ahora que las circunstancias, e incluso las disposiciones gubernamentales, nos separan del mundo es cuando menos debemos permitir que el mundo entre en nuestros hogares!», exclama el sacerdote italiano, quien anima a aprovechar esta situación. » Aprovechemos esta situación. Démosle prioridad a los bienes espirituales que ningún microbio puede atacar», aconseja.

Les ofrecemos la carta completa, publicada por la FSSPX:

Queridos fieles

En estos momentos de prueba ciertamente difíciles para todos, quisiera ofrecerles algunas reflexiones. 

No sabemos cuánto durará la situación actual ni, sobre todo, cómo pueden evolucionar las cosas en las próximas semanas.  Ante esta incertidumbre, la tentación más natural es buscar desesperadamente garantías y explicaciones en los comentarios e hipótesis de los más sabios «expertos». Sin embargo, a menudo, esas hipótesis que en este momento abundan por todas partes se contradicen entre sí y aumentan la confusión en lugar de aportar un poco de serenidad. Es un hecho definitivo que la incertidumbre es parte integrante de esta prueba. Depende de nosotros el provecho que saquemos de esto.

Si la Providencia permite una calamidad o algún mal, siempre lo hace para obtener un bien mayor que, directa o indirectamente, está relacionado con el bien de nuestras almas. Sin esta premisa esencial, corremos el riesgo de desesperarnos, ya que una epidemia, calamidad o cualquier otro tipo de prueba siempre nos encontrarán poco preparados.

¿Qué quiere el Señor que entendamos en este momento? ¿Qué quiere de nosotros en esta Cuaresma tan particular en la que parece haber decidido qué sacrificios debemos hacer?

Un simple microbio todavía es capaz de poner de rodillas a la humanidad. En la era de los grandes logros tecnológicos y científicos es, por sobre todas las cosas, el orgullo humano el que se ve humillado. El hombre contemporáneo tan orgulloso de sus logros, que instala cables de fibra óptica en el fondo de los océanos, construye portaaviones, plantas de energía nuclear, rascacielos y ordenadores, y que después de haber puesto el pie sobre la luna siguió conquistando hasta llegar a Marte, se encuentra ahora indefenso frente a un microbio invisible.   No debemos permitir que el ruido mediático de estos días y el miedo que podamos tener nos hagan perder esta lección profunda y fácil de entender para los corazones sencillos y puros que escudriñan con fe los tiempos presentes. La Providencia todavía nos enseña hoy a través de acontecimientos. La humanidad, y cada uno de nosotros también, tiene una oportunidad histórica para volver a la realidad, a lo real, y no a lo virtual hecho de sueños, mitos e ilusiones.

Traducido en términos del Evangelio, este mensaje corresponde a las palabras de Jesús, quien nos pide que permanezcamos unidos a Él lo más estrechamente posible, porque sin Él nada podemos hacer y somos incapaces de resolver cualquier problema (Jn. 15:5). Estos tiempos de incertidumbre, la espera de una solución y el sentimiento de impotencia y de nuestra fragilidad deben incitarnos a buscar a Nuestro Señor, para implorarle, para pedirle perdón, para rezarle con más fervor y, sobre todo, para abandonarnos a Su Providencia. 

A esto hay que sumar la dificultad, e incluso la imposibilidad, de asistir libremente a la Santa Misa, y esto aumenta la dureza de esta prueba. Pero seguimos teniendo al alcance de nuestra mano un medio privilegiado y un arma más potente que la ansiedad, la incertidumbre o el pánico que puede suscitar la crisis del coronavirus: el Santo Rosario, que nos une a la Santísima Virgen y al Cielo. 

Ha llegado el momento de rezar el Rosario en nuestras casas de forma más sistemática y con más fervor que de costumbre. No perdamos nuestro tiempo ante las pantallas y no nos dejemos vencer por la fiebre mediática. Si debemos obedecer el mandato de confinamiento, aprovechemos para transformar nuestro «arresto domiciliario» en una especie de alegre retiro en familia, durante el cual la oración recupere el tiempo y la importancia que merece. Leamos el Evangelio de la A a la Z, meditémoslo con calma, escuchémoslo en paz: las palabras del Maestro son mucho más efectivas y alcanzan más fácilmente la inteligencia y el corazón.

¡Ahora que las circunstancias, e incluso las disposiciones gubernamentales, nos separan del mundo es cuando menos debemos permitir que el mundo entre en nuestros hogares! Aprovechemos esta situación. Démosle prioridad a los bienes espirituales que ningún microbio puede atacar: acumulemos nuestros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido los consumen. Porque donde esté nuestro tesoro, allí también estará nuestro corazón (Mt. 6, 20:21).

Aprovechemos esta oportunidad para cambiar de vida, sabiéndonos abandonar a la Divina Providencia, y no nos olvidemos de rezar por aquellos que sufren en estos momentos. Debemos encomendar al Señor a todos aquellos para quien el día del juicio se aproxima, y pedirle que tenga piedad de tantos contemporáneos nuestros que siguen siendo incapaces de extraer de estos eventos actuales las lecciones apropiadas para sus almas. Recemos para que, una vez que la prueba haya sido superada, no regresen a su vida anterior, sin que nada haya cambiado. Las epidemias siempre han servido para conducir a los tibios a la práctica religiosa, a pensar en Dios, a detestar el pecado. Tenemos la obligación de pedir esta gracia para cada uno de nuestros compatriotas, sin excepción, incluyendo – y sobre todo – a los pastores que carecen de espíritu de fe y ya no saben discernir la voluntad de Dios. 

No nos desanimemos: Dios no nos abandona jamás. Sepamos meditar en las palabras llenas de confianza que nuestra Santa Madre Iglesia pone en los labios del sacerdote en tiempos de epidemia: «Oh, Dios, que no deseas la muerte del pecador, sino que se arrepienta: recibe con tu perdón a tu pueblo, que se vuelve hacia Ti: y mientras se mantenga fiel a tu servicio, por tu clemencia retírale el flagelo de tu ira. Por Nuestro Señor Jesucristo».

Los encomiendo a todos ante el altar y a la paternal protección de San José. ¡Que Dios les bendiga!

Don Davide Pagliarani, Superior General de la Fraternidad San Pío X

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Comentarios
26 comentarios en “El Superior de la FSSPX propone recurrir al rosario «con más fervor» ante la supresión de la misa
  1. El rezo del Santo Rosario, con la consideración de los misterios, la repetición del Padrenuestro y del Avemaría, las alabanzas a la Beatísima Trinidad y la constante invocación a la Madre de Dios, es un continuo acto de fe, de esperanza y de amor, de adoración y reparación.

    Pero, en el Rosario… ¡decimos siempre lo mismo! —¿Siempre lo mismo? ¿Y no se dicen siempre lo mismo los que se aman?… ¿Acaso no habrá monotonía en tu Rosario, porque en lugar de pronunciar palabras como hombre, emites sonidos como animal, estando tu pensamiento muy lejos de Dios? —Además, mira: antes de cada decena, se indica el misterio que se va a contemplar.

    —Tú… ¿has contemplado alguna vez estos misterios? Hazte pequeño. Ven conmigo y —este es el nervio de mi confidencia— viviremos la vida de Jesús, María y José.

    San Josemaría Escrivá

    1. Cada día les prestaremos un nuevo servicio. Oiremos sus pláticas de familia. Veremos crecer al Mesías. Admiraremos sus treinta años de oscuridad… Asistiremos a su Pasión y Muerte… Nos pasmaremos ante la gloria de su Resurrección… En una palabra: contemplaremos, locos de Amor (no hay más amor que el Amor), todos y cada uno de los instantes de Cristo Jesús.

    2. Chapeau!!!!! Así si!!!!

      Que Dios le bendiga Belzunegui y no me tenga en cuenta mi tirón de orejas de días anteriores.

      VIVA CRISTO REY

  2. Es lo más sensato además de una idea excelente. Mientras el papanatas Narciso, perdón, papa Francisco, hace el ridículo acudiendo a «rezar» rodeado de guardaespaldas para ordenar a Dios, en quien no cree, que pare el Covid-19, concediendo entrevistas a enemigos declarados de la Iglesia de Cristo, con el único propósito de seguir alimentando su insaciable ego, los verdaderos creyentes, como el cardenal Sarah instan a rezar con más intensidad. Porque cualquier lugar es válido siempre que se rece desde el corazón, pidiéndole humildemente a Dios que nos perdone y a la vez rogando para que seamos capaces de entender el mensaje que el Señor nos envía a través de esta epidemia y, cómo no, volvernos más solidarios y fraternales dejando a parte los egoísmos y personalismos…

  3. El catolicismo modernistas en ruinas, ahora el catolicismo tradicionalista sometido y aplastado por el poder secular del NOM judìo. Dejar a los fieles sin la Santa Misa de precepto es la ruina, DIOS SANTÌSIMO no nos abandones interviene Yà

  4. El título es inexacto, la misa no se suprime… Se suprime la celebración pública de forma transitoria por esta situación.

    Los sacerdotes continúan celebrando por nosotros diariamente de forma privada.

    Por favor, seamos responsables y llevemos con el máximo rigor las recomendaciones… Yo soy médico católico y practicante, les pido oraciones desde casa porque la situación es crítica. Trabajo en uno de los grandes hospitales de Madrid y ya no hay camas en UCI, el personal sanitario también enferma.

    Dios tenga misericordia.

  5. Estupendo el Rosario, pero queremos Misas, Misas, Misas, la renovación del sacrificio del calvario, para que la Redención no se pare. Los supermercados abiertos, las administraciones públicas con los empleados trabajando y las iglesias sin Misas. Esto clama al Cielo.

  6. Hermoso mensaje de la Iglesia Catolica sobreviviente del desastre postconciliar, ese es el pequeño rebaño que mantiene aun viva la llama del evangelio.

  7. Predican como Marx
    Mandan a lo Hitler.
    Pero viven a lo Rockefeller.

    Pachamamas al Tiber……………

    Renuncia subita, renuncia subita, renuncia subita.

  8. Oh Jesús mío! Amado mío!
    Danos Sacerdotes!
    Danos muchos Sacerdotes!
    Danos muchos Santos Sacerdotes!
    Danos muchos Santos Sacerdotes, mi Jesús, que sepan y crean que Tú mí Jesús, realmente mueres nuevamente en cada Santo Sacrificio del Altar en el Sacerdote, cuando verdaderamente renuevan TU propia muerte mi Jesús; éste mi Jesús, es uno de los misterio más grande de nuestra Fe; y mi Jesús, cuán pocos, poquisísísímo creen, REALMENTE CREEN que tu mueres en cada Santo Sacrificio, y nos REDIMES y SALVAS.
    Los hechos lo avalan mi Jesús, llorarían desesperado para RENOVAR Tu muerte en ellos, y darnos a Tí mi Jesús. Pero los dulces esbirros imaginan que puede ser reemplazada Tu MUERTE mi Jesús

    Cuantos menos Santos Sacerdotes se vislumbren, más cerca está Tú Venida.
    Mientras UNO santo renueve Tú muerte, tú estarás Presente mi Jesús.

    Tú MADRE mía, amada mía, debes llorar de dolor; Tú lo viste morir, y MORISTE Espiritualmente contigo mi Jesús.

  9. Me ha impresionado mucho la excelente carta de Pagliarani. Los comentarios añadidos me entristecen. Ya sé que las increibles estupideces no vienen de la maldad de sus autores. Más bien se trata de una pandilla de chalados a los que se ha ido el tarro. Pobre gente. Están como cabras.

  10. El Santo Rosario es nuestro arma contra el mal. Los Tercios de Flandes con la Inmaculada vencieron, en la Batalla de Lepanto, en la Guerra Civil en todas las familias católicas.
    El Santo Rosario diario, recémoslo por España. Ahora más que nunca.

    1. He de decir que hasta hace unos años no valoré el Rosario como se merece. Hace años lo recuperé. Y vuelve a estar muy presente con el virus éste. Me apunto a la iniciativa.

  11. A nuestro querido Monseñor Marcel Lefebvre lo invoco todos los días, como un GRAN amigo del Cielo, (él está en la gloria de Dios, para mi interior).

    Gracias a sú interseción, y de alguien de la Fraternidad, conocí y participo de la Misa Tridentina; que no la cambio por nada.

    Para mí Alma, Mons Marcel, es un ser querido más, como lo es también mi amado Padre, ó una abuela; que Dios permitió en su bondad, por la Fe, tener certeza del estado de sus Almas, amén de que están en mi conciencia y corazón; y pueden estar en el Prójimo, como los Ángeles, JESÚS y MARÍA, por nombrar lo más excelso.

  12. ¿De verdad está dando Infovaticana tribuna a los cismáticos lefebvrianos? Soportaba leer sus comentarios, pero ver ahora también que se les da pauta en las noticias, me deja alucinado. ¡Adios Infovaticana! Me quedaré solo con Infocatólica, que son bastante más fieles a la Iglesia.

    1. ¿De Verdad, duda usted, que Mons Marcel Lefebvre está en el Cielo, en la Gloria de Dios? ¿Con todo lo que padeció y sufrió a contracorriente, en defensa de la VERDAD en nuestra Madre Iglesia, y por la Salvación de las Almas? Debería usted conocer su vida, su obra, su sufrimiento, por amor a N.S. Jesucristo.

      Juan, buen hombre, ¿Si dicen que nuestro Juan Pablo II está en Cielo, con todas las formales HE RE JÍ AS que escribió, desarrollo, y actuó? ¿Como no va ha estar en el cielo nuestro Mons Marcel Lefebvre, que luchó contra todas esas he re jí as, que son parte de la destrucción actual de nuestra amada Iglesia de CRISTO?

      Querido Juan, si la FE sobrenatural no se lo muestra ó demuestra, crealo entonces por las obras que Mons Marcel realizó en la Verdad de Cristo; y sinó, crealo por la fangosa realidad que impera.

      ¡¡¡Mons Marcel Lefebvre ORA PRO NOBIS!!!

  13. ¿De Verdad, duda usted, que Mons Marcel Lefebvre está en el Cielo, en la Gloria de Dios? ¿Con todo lo que padeció y sufrió a contracorriente, en defensa de la VERDAD en nuestra Madre Iglesia, y por la Salvación de las Almas? Debería usted conocer su vida, su obra, su sufrimiento, por amor a N.S. Jesucristo.

  14. Juan, buen hombre, ¿Si dicen que nuestro Juan Pablo II está en Cielo, con todas las formales HE RE JÍ AS que escribió, desarrollo, y actuó? ¿Como no va ha estar en el cielo nuestro Mons Marcel Lefebvre, que luchó contra todas esas he re jí as, que son parte de la destrucción actual de nuestra amada Iglesia de CRISTO?

    Querido Juan, si la FE sobrenatural no se lo muestra ó demuestra, crealo entonces por las obras que Mons Marcel realizó en la Verdad de Cristo; y sinó, crealo por la fangosa realidad que impera.

    ¡¡¡Mons Marcel Lefebvre ORA PRO NOBIS!!!

  15. me sorprende que nadie se haya fijado en algo que también dice:
    «Leamos el Evangelio de la A a la Z, meditémoslo con calma, escuchémoslo en paz: las palabras del Maestro son mucho más efectivas y alcanzan más fácilmente la inteligencia y el corazón.

    Si queremos conocer a Cristo y su Espíritu, lo mejor, es La Palabra de Dios.

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