«Cuando Dios nos perdona olvida todo el mal que hemos hecho»

santa marta custodia Vatican News
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Francisco ha ofrecido la misa de esta mañana en Santa Marta a los ancianos, que en tiempos de restricciones debido al Coronavirus, se encuentran entre aquellos que, más que otros, sufren la distancia de sus seres queridos.

Me gustaría que hoy oremos por los ancianos que sufren este momento de una manera especial, con una gran soledad interna [interior] y, a veces, con tanto miedo. Oremos al Señor para que esté cerca de nuestros abuelos, nuestras abuelas, todos los ancianos y les dé fuerzas. Nos dieron sabiduría, vida, historia. Nosotros también estamos cerca de ellos en oración.

La homilía ha estado inspirada en el Evangelio y el tema del perdón que lleva a Pedro a preguntarle a Jesús cuántas veces es legítimo perdonar a los demás. No es fácil, reconoce Francisco, quien recuerda que hay «personas que viven condenando a las personas». Pero lo que Dios quiere, dice, es «ser magnánimo» para «perdonar, perdonar desde el corazón». A continuación se muestra el texto de la homilía según nuestra transcripción de Vatican News:

Jesús viene de hacer una catequesis sobre la unidad de los hermanos y lo terminó con unas bellas palabra: «Les aseguro que si dos de ustedes, dos o tres, están de acuerdo y piden una gracia, se les otorgará». La unidad, la amistad, la paz entre los hermanos atrae la benevolencia de Dios. Y Pedro hace la pregunta: «Sí, pero a las personas que nos ofenden, ¿qué debemos hacer? Si mi hermano comete pecados contra mí, me ofende, ¿cuántas veces tendré que perdonarlo? ¿Siete veces? Y Jesús respondió con esa palabra que significa, en su idioma, «siempre»: «Setenta veces siete». Siempre tienes que perdonar. Y no es fácil perdonar. Porque nuestro corazón egoísta siempre está apegado al odio, la venganza, los rencores. Todos hemos visto familias destruidas por odios familiares que van de generación en generación. Hermanos que, frente al ataúd de uno de sus padres, no se saludan porque guardan viejos rencores. Parece que el apego al odio es más fuerte que el amor y este es precisamente el tesoro, digamos, del diablo. Él siempre se agacha entre nuestros rencores, entre nuestros odios y los hace crecer, los mantiene allí para destruir. Destruye todo. Y muchas veces, por pequeñas cosas, destruye. Y este Dios que no vino a condenar sino a perdonar también es destruido. Este Dios que puede celebrar por un pecador que se acerca y olvida todo.

Cuando Dios nos perdona, olvida todo el mal que hemos hecho. Alguien dijo: «Es la enfermedad de Dios». No tiene memoria, es capaz de perder memoria en estos casos. Dios pierde el recuerdo de las malas historias de tantos pecadores, de nuestros pecados. Él nos perdona y continúa. Él solo nos pregunta: «Haz lo mismo: aprende a perdonar», no continúes esta infructuosa cruz de odio, de rencor, de «me pagarás». Esta palabra no es cristiana ni humana. La generosidad de Jesús que nos enseña que para entrar al cielo debemos perdonar. De hecho, nos dice: «¿Vas a misa?» – «Sí» – «Pero si cuando vas a misa recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, reconcíliate primero; no vengas a mí con amor por mí en una mano y odio con tu hermano en la otra «. Consistencia del amor. Perdonar. Perdona de todo corazón.

Hay personas que viven condenando a las personas, hablando mal de las personas, ensuciando continuamente a sus compañeros de trabajo, ensuciando a sus vecinos, parientes, porque no perdonan algo que hicieron o no perdonan algo que no les gustó. Parece que la riqueza del diablo es esta: sembrar el amor por no perdonar, vivir apegado a no perdonar. Y el perdón es una condición para entrar al cielo.

La parábola que Jesús nos cuenta es muy clara: perdona. Que el Señor nos enseñe esta sabiduría del perdón que no es fácil. Y hagamos una cosa: cuando vamos a confesarnos, para recibir el sacramento de la reconciliación, primero nos preguntamos: «¿Perdono?». Si siento que no perdono, no pretendo pedir perdón, porque no seré perdonado. Pedir perdón significa perdonar. Están juntos, los dos. No pueden separarse. Y aquellos que piden perdón para sí mismos como este caballero, que el maestro lo perdona todo, pero no le dan perdón a los demás, terminarán como este caballero. «Así también mi Padre celestial lo hará contigo si no perdonas de corazón cada uno a su hermano».

Que el Señor nos ayude a entender esto y a bajar la cabeza, no ser orgullosos, ser magnánimos en el perdón. Al menos para perdonar «por interés». Como es que Sí: perdona, porque si no perdono, no seré perdonado. Al menos esto. Pero siempre perdón.

Después de la misa, ha tenido lugar una adoración eucarística.

(Vatican News)

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Comentarios
31 comentarios en “«Cuando Dios nos perdona olvida todo el mal que hemos hecho»
  1. Muy de acuerdo con el Papa. Doy fe del perdón de Dios,que tuvo y tiene una inmensa misericordia conmigo. Primero intenté comprender, después Cristo me recogió y al final perdoné, con la yuda de Dios.

    1. Que bueno ACS,que sepas que Dios te ha perdonado,y que puedas perdonarte y perdonar a los demás,así es como Dios nos da un corazón nuevo,de carne no de piedra,un corazón para amar y perdonar.Me alegro mucho y no te guardes lo recibido solo para ti,comunícalo a tiempo y a destiempo,que nadie calle tu voz.

    2. Gracias por tu comentario ACS. También de acuerdo con el querido Papa Francisco Dios no es rencoroso, Dios perdona porque ÉL es amor.

      1. SUSANAA y E. A. POE,
        Así es. No sólo lo sé por experiencia, también la Biblia lo dice. Durante todo el antiguo testamento Dios no hace màs q perdonar y olvidar las infidelidades del pueblo de Israel y renovar su alianza con el hombre una y otra vez.

        Jeremias 31,34
        34 Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande – – oráculo de Yahveh – cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme. »

        Gracias por sus comentarios, no los había visto hasta ahora.

  2. Si pudiera, te haría un dibujito para que lo entendieras. Si dice «cuando Dios nos perdona, olvida…» es porque YA LO HA HECHO. Lo de las condiciones para que nos perdone es previo a que lo haga. Una vez que lo hace, olvida. Pero si, como siempre, vas a interpretar torticeramente cualquier palabra para darle la vuelta y llevarla a tu terreno, pues para ti la perra gorda. Se ve que el odio que te corroe no es porque seas malo: es porque andas corto de entendederas. Supongo que el que no te dé para más será atenuante para que Él te perdone…

    1. No, no es tan así como dices. Cuando una persona es absuelta de sus pecados a través del Sacramento de la Reconciliación, lo que Dios perdona es la pena eterna, el castigo eterno. Pero el débito por la pena temporal, se sigue debiendo y se paga en esta vida o bien en la otra en el Purgatorio. La única forma en que Dios «olvide» todo es que después que una persona se haya confesado (con propósito de enmienda e intención de reparar el daño causado si lo hubo), consiga una «indulgencia plenaria». Ahí si la persona va derecho al cielo sin pasar por el Purgatorio. Pero de lo contrario, tendremos que pasar una temporadita en el Purgatorio (que pueden ser siglos y hasta milenios). El pecado no sale gratis.

  3. «Cuando Dios nos perdona, olvida…». No voy a corregir lo que diga el Papa, pero voy a exponer lo que me enseñaron y enseña la Iglesia. Primero, Dios perdona a quién está arrepentido y pide perdón y hace firme propósito de no volver a pecar poniendo, si es necesario, los medios oportunos.
    Si esto no se da -movido el corazón por la gracia pero que puede ser rechazada-, no hay perdón. Segundo , si hay confesión sacramental se impone una penitencia (olvido o no, hay que reparar si es posible el mal causado y, en cualquier caso, el mal cometido). Además de eso, San Francisco de Sales -doctor de la Iglesia- enseña que muchos de los males que recibimos en la vida son consecuencia y castigo del pecado y, por otra parte, así lo afirma una de las fórmulas de absolución: «… el bien que puedas hacer y los males que puedas sufrir, te sirvan para perdón de tus pecados…». La pena merecida por el pecado, es claro que Dios no la olvida, por eso existe el Purgatorio. Dios misericordios es justo.

  4. Además de lo expuesto más arriba -que no sé si pasará la censura- hay que añadir, en la línea de lo que comenta Belzunegui que en el colegio me enseñaron que había muchas confesiones o nulas o hasta sacrílegas. ¿Por qué? Porque no se cumplian las condiciones que requiere el Sacramento. Y en cuanto al perdón que debemos dar nosotros, distingamos entre la siempre disposición al perdón (que nos pide Dios y es sana mental y espiritualmente) y el perdón tontorrón de quien , en cosas de importancia, y no en las pequeñeces y miserias de cada día, sin que haya petición ni reparación, debe perdonar «al aire» . ¿Nos pide Dios lo que El, inmensamente misericoridioso y bueno, no hace? ¿Somos más buenos que Dios, creo que no? Esto confunde a muchos católicos y el buenismo reinante parece que lo exige, pero no es así. Lo dijo ya muy bien Benedicto XVI. Ni el pecado es nimiedad (por él murió , para redimirnos del mismo, nada menos que el Hijo de Dios), ni todo vale.

  5. Peor aún es el artículo 301, que afirma que aún conociendo bien la norma, una persona puede encontrarse en condiciones concretas que no le permiten dejar de pecar. Eso va en contra de lo enseñado por el Concilio de Trento (Magisterio Extraordinario, infalible), en contra de lo dictaminado por Veritatis Splendor, y en contra de 1ª Cor 10,13.

  6. Cuando una persona es absuelta de sus pecados a través del Sacramento de la Reconciliación, lo que Dios perdona es la pena eterna. Pero el débito por la pena temporal, se sigue debiendo y se paga en esta vida o bien en la otra en el Purgatorio. La única forma en que Dios «olvide» todo es que después que una persona se haya confesado (con propósito de enmienda e intención de reparar el daño causado si lo hubo), consiga una «indulgencia plenaria». Ahí si la persona va derecho al cielo sin pasar por el Purgatorio. Pero de lo contrario, tendremos que pasar una temporadita en el Purgatorio (que pueden ser siglos y hasta milenios). El pecado no sale gratis.

  7. Dios no es un anciano con la enfermedad de Alzheimer. Al final de la historia, cuando venga de nuevo Jesús, no quedará una sola acción del hombre, en favor o en contra de Cristo, que no pase a ser pública y manifiesta. «Pues no hay cosa escondida que no vaya a saberse, ni secreto que no acabe por hacerse público. Si alguno tiene oídos para oír, que oiga». Hace falta conversión para el perdón de los pecados mortales que rompen nuestra unión con Dios.

    1. Magnífica cita bíblica que le estropea totalmente su plan misericordítico exacerbado a Un Bergoglio que no quiere rectificar nada y ahonda en la demolición.

  8. Siento que esta Iglesia Catolica postconciliar es un fraude: edulcorada, buenista, miedosa, poco comprometida con la salvacion de las almas, mas trabajadora social que pescadora de hombres: “ecumenica”, protestantizada, sometida a las veleidades de la epoca: hoy promarxista y manana ecologista y por si fuera poco, ahora con un papa anticatolico, prosodomita e izquierdista.
    donde estan las conversiones de personajes monumentales del pasado? Donde estan las predicas sobre la salvacion del alma? Donde hay un sentido de trascendencia con este hibrido de mentecato-perverso de Bergoglio?
    Sera que Lefevre tenia razon?

  9. Dios es un ser todo misericordioso, y por lo tanto con capacidad para perdonar, por muy malo que haya sido el error. Yo sé que a Belzunegui-Satan y sus seguidores les gustaría guillotinar y torturar a pecadores, tales como: violadores, prostitutas… Tal es su concepto anticristiano de Justicia. Siempre y cuando se de el arrepentimiento ante Dios, se da el perdón. Jesús perdonó a la adultera, a quienes lo crucificaron… Es falso, tal y como da a entender Belzunegui-Satan de que primero hay que pagar por los pecados y luego perdonar. Jesús jamás pidió explicación a priori antes de perdonar a la adultera, es más Él dijo a después de perdonarla que no volviera a pecar. Así que el Papa no ha dicho ninguna mentira, por mucho que a sus masones detractores odien al Papa.

    1. Cristo ha muerto por mis pecados,por tus pecados,por los de los judíos,por los de los cristianos,por los de los musulmanes,los hindúes,budistas y toda la humanidad,creyente o no creyente,y los frutos de su muerte y resurrección,están ahí para todos los que invoquen su Nombre Jesús.No se ha dado otro nombre para la salvación.

    2. El que tiene un concepto no cristiano de justicia eres tú. Te sería bueno informarte antes de opinar (porque de toda palabra ociosa que hablaren los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio). Con tu comentario, incitas a otros al error y al pecado y eso se llama escándalo. El Catecismo dice:

      1459 Muchos pecados causan daño al prójimo. Es preciso hacer lo posible para repararlo (por ejemplo, restituir las cosas robadas, restablecer la reputación del que ha sido calumniado, compensar las heridas). La simple justicia exige esto. Pero además el pecado hiere y debilita al pecador mismo, así como sus relaciones con Dios y con el prójimo. La absolución quita el pecado, PERO NO REMEDIA TODOS LOS DESÓRDENES QUE EL PECADO CAUSÓ (cf Concilio de Trento: DS 1712). LIBERADO DEL PECADO, EL PECADOR DEBE TODAVÍA RECOBRAR LA PLENA SALUD ESPIRITUAL. Por tanto, debe hacer algo más para reparar sus pecados: debe «satisfacer» de manera apropiada o «expiar» sus pecados.

      1. Confundes amor al pecador con condescendencia al pecado. Al pecador se lo ama; al pecado se lo aborrece (eso decía San Agustín). Y al pecador se lo ama, haciéndole ver que su conducta es una enorme ofensa a Dios y al prójimo. Al pecador no se lo ama confirmándolo en su conducta errada, diciéndole que lo que hace está bien, sino sacándolo de ella.

        «Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete».

        Lo dijo Cristo en Apocalipsis 3:19. Como ves, en la reprensión y castigo también se encuentra el amor. Pero como no eres cristiano, ni tienes idea de ello.

        «Porque el señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo». Hebreos 12:6.

        Y no, no te torturaría ni siquiera a ti, menos aún a los que nombras. Lo que tienes por justicia cristiana, es todo lo contrario. Estás lejos del Reino de Dios. Por el bien de tu alma, te sería bueno no opinar tan a la ligera; estás amontonando juicio sobre tu cabeza.

        1. Deberías ser más prudente Markus porque como te dije en mi comentario anterior, de toda palabra ociosa que hablen los hombres, han de dar cuenta de ellas en el día del Juicio. Y tú, al querer desacreditar el Catecismo, lo que haces es decir que la Iglesia Católica enseña error. Pero la Iglesia, no puede enseñar error alguno porque Cristo mismo lo garantizó: “las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella”. Y el apóstol San Pablo dijo de la Iglesia que es “columna y sostén de la verdad” (1 Timoteo 3:15). Los hombres se pueden equivocar, pero la Iglesia en su enseñanza no; es dogma de fe que el magisterio extraordinario de la Iglesia está protegido por el Espíritu Santo. ¿No te gusta lo que dice el Catecismo? Lo siento por ti que encuentras tropiezo en la ensañanza de la Iglesia. Markus, lo que tú escribiste es lisa y llanamente incitación al pecado, es escándalo. Y eso no conduce al cielo.

  10. Cristo ha muerto por mis pecados,por tus pecados,por los de los judíos,por los de los cristianos,por los de los musulmanes,los hindúes,budistas y toda la humanidad,creyente o no creyente,y los frutos de su muerte y resurrección,están ahí para todos los que invoquen su Nombre Jesús.No se ha dado otro nombre para la salvación.

  11. Algunos se empeñan en hacer decir a Belzunegui lo que nunca ha dicho ni dirá, pues Belzunegui quiere, siguiendo a Jesucristo, » que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad » : 1 Timoteo 2:4. Y la Verdad es Jesucristo, no Mahoma, ni Buda, ni Lutero, ni Enrique VIII, que murieron. Sólo Jesucristo resucitó y vive. Jesus Christus ieri et hodie, ipse en in saécula.

    1. Tu no quieres las salvación de nadie, cada vez que tienes ocasión no pierdes el tiempo en insultar a inmigrantes, homosexuales, musulmanes, ecologistas y al propio Papa, eso no es de nadie quiera la salvación para con el prójimo

  12. Yo hoy he rezado el Rosario para pedir por los veinte ancianos que han muerto abandonados en un asilo, cuyo nombre prefiero no saber. Y por la anciana que fue asesinada por su hijo en Madrid. Y por todos los ancianos del mundo qur están solos, tristes, abandonados, maltratados, mal queridos, engañados, olvidados. Dios los bendiga y guarde, y que cada vez seamos mas conscientes del sufrimiento que padecen y de lo marginados y excluidos que estan en esta cruel sociedad. Siempre rezo por ellos y por Maria R. He trabajado como enfermera y he visto de que calaña son algunos «humanos».

  13. Todas esas disquisiciones,lingüísticas,distraeny enmascaran la realidad,y esa realidad,es muy sencilla,que sin la Misericordia de Dios,no se salva,ni el tato,todos hemos pecado,de pensamiento,de palabra,por obra u omisión,nadie puede tirar la primera piedra,sino humillarse e implorar,suplicar a Dios que perdone a su pueblo,por la Bondad de su Nombre,porque somos sus hijos,hijos de su Esclava,Señor perdona nuestros delitos,porque así infundes respeto,por el honor de tu Nombre,no nos entregues a la muerte,Tu eres un Dios de vivos.Señor restauramos,y brotará la alegría,en los corazones porque nos salvastes.

  14. Nao son disquisiciones lingüísticas sino distinciones conceptuales, que no quieren apreciar los que ni siquiera saben distinguir entre pecador y pecado. Quien no odia el pecado no salva al pecador. Lo deja en la miseria, en la esclavitud del pecado, de Satanás, camino del infi erno.

  15. Tanto hablar de misericordia divina sin conversión es una invitación a seguir pecando, confiados presuntuosamente en un Dios que es misericordioso, pero no tonto.

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