Ayer fue presentado el nuevo Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II en su sección de Madrid. La presentación, que tuvo lugar en el Seminario Conciliar de Madrid, contó con la presencia del prefecto de la Congregación para la Educación Católica, el cardenal Giuseppe Versaldi, el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, el arzobispo Vincenzo Paglia, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, el nuevo nuncio en España, Bernardito Auza, el decano del Instituto Juan Pablo II, Manuel Arroba Conde y el presidente de la Universidad San Antonio de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza.
Tras el discurso del decano, Manuel Arroba Cano, que destacó que en esta nueva etapa habría que hacer “una reflexión inclusiva”, superar “cualquier factor de fracturación” y orientar el estudio “con una clave inclusiva” donde se hagan “sentir voces diversificadas”, aseguró que la Iglesia quiere “hacer un planteamiento de educación en salida”.
Más breve fue el nuevo nuncio en España, Bernardito Auza, quién tuvo unas palabras de agradecimiento a la institución y señaló “la importancia de estas iniciativas”, basadas en dos principios: que la familia “es la base de cada sociedad y también de la Iglesia” y el principio de la realidad, una realidad que hay que “cultivar, formar, ayudar…”. Finalmente, transmitió sus mejores deseos y oraciones para el éxito de esta iniciativa.
El Nuncio Apostólico de Su Santidad, Mons. Bernardito Auza habla del papel fundamental de la familia en esta sociedad. Así como de la realidad donde la familia es “una criatura que hay que cultivar, y formar”. pic.twitter.com/oWMBXZOMlD
— Pontificio Instituto Juan Pablo II Madrid (@JPablo2Madrid) January 22, 2020
Después llegó el turno de José Luis Mendoza, presidente de la UCAM, al que se veía el más emocionado de la mesa, incluso diría algo alterado. Mendoza, además de su intervención, estaba haciendo de presentador del evento, sabedor de su protagonismo en la consecución del proyecto. El acto comenzó con éste de pie con los brazos en alto y rezando.
El discurso de Mendoza fue el más largo de la tarde y el más estridente, se podría decir. “Nosotros como universidad procuramos hacer presente el amor de Dios y su misericordia” mediante el “anuncio del Kerigma”, aseguraba el presidente de la UCAM. Es muy importante “facilitar el encuentro con Jesucristo” dijo a voz en grito.
Mendoza también presumió de haber hablado con Juan Pablo II y de la visita de Benedicto XVI a la universidad, cuando éste era Joseph Ratzinger. Del Papa Francisco dijo tener “una relación muy estrecha”. “Qué tres Papas hemos tenido”, dijo Mendoza. Del Papa Francisco destacó que es “muy valiente” y es un gran defensor de la vida.
El único objetivo de su universidad, aseguró Mendoza, ha sido “servir a la Iglesia”, y destacó, utilizando una expresión de moda desde hace 7 años, que se trata de una “universidad en salida”. “Amamos a todos”, dijo Mendoza gritando, “también a los musulmanes”, exclamó, “porque todos somos hijos de Dios”.
También hubo lugar para las bromas: “Tengo 14 hijos” dijo, y “los hemos tenido nosotros, no el estado”, añadió en referencia a las palabras de la ministra Celaá, entre las risas del público que abarrotaba el salón de actos del seminario. Mendoza acabó su interminable intervención sentenciando: “Siempre en comunión con el Papa Francisco como cabeza de la Iglesia”.
Después llegó el turno del arzobispo de Madrid, el cardenal Osoro, quién, entre varias citas a textos del Concilio y del Papa Francisco, dijo: “Una sociedad que se olvida de la familia se está olvidando de sí misma”.
El arzobispo y presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Vicenzo Paglia, fue el encargado de la lección inaugural del Instituto, y comenzó destacando que la erección de esta nueva sede en Madrid “es el primer fruto maduro de la reforma del instituto querida por el Papa Francisco”.
El prelado reconoció que había “una pizca de ambición” en el proyecto, y aseguró que no se tenía “la intención de suprimir el instituto” sino más bien, se pensó “en relanzarlo con mayor amplitud de horizontes y compromiso” y habló de “un crecimiento en continuidad”.
“Nos sentimos comprometidos a honrarla no enterrándola en nuestro jardín”, dijo Paglia en referencia a la herencia del Instituto, “si no difundiéndola para el bien de la iglesia y de la sociedad”. Es necesaria “una nueva creatividad a la altura de los desafíos que la historia nos presenta”, aseguraba Paglia, “es necesario conocer las situaciones concretas” y “comunicarse de manera comprensible”, yendo “más allá del perímetro del escritorio”.
En su discurso, que rivalizaba con el dado por Mendoza en cuanto a duración, y plagado de citas al Papa Francisco, el presidente de la Academia Pontificia por la Vida anunció que habría un “aumento sustancial de la investigación”, que significa, según el prelado, “producir un conocimiento de calidad en la frontera de las nuevas cuestiones” y “atenderlas de manera creativa”.
“No existe una teología de la Familia”, aseguraba Paglia, “ni en el derecho canónico” hay un hueco para ello, y “es muy importante”. “Estamos obligados a crear una reflexión teológica nueva”, dijo el arzobispo curial.
Por su parte el cardenal Versaldi destacó que esta iniciativa surgió “por voluntad profética” del Papa Francisco y manifestó que «no hay que limitarse a repetir inflexiblemente las formas y modelos del pasado. Hay que discernir en toda su globalidad y actualidad la realidad de la familia».