«Jesús no vino a predicar la ley y después se fue. Jesús vino en compasión, es decir, a padecer con y por nosotros y a dar su propia vida».
El Señor está cerca de nosotros, «su compasión tomará sobre sí nuestros problemas, nuestros pecados, nuestras enfermedades interiores”. Lo dijo el Papa Francisco en su homilía en Casa de Santa Marta, al comentar el Evangelio del día que relata la curación del leproso.
(Benedetta Capelli/Vatican News)- «Señor, si quieres, puedes». Es una oración sencilla, «un acto de confianza» y al mismo tiempo «un verdadero desafío», que el leproso dirige a Jesús para curarlo. Una súplica que viene de lo profundo de su corazón y que relata, al mismo tiempo, el modo de actuar del Señor, bajo el signo de la compasión, “del sufrir con y por nosotros», de «tomar el sufrimiento del otro sobre sí» para aliviarlo y curarlo en nombre del amor del Padre. El Papa Francisco exhortó a mirar la compasión de Jesús, que vino a dar su vida por nosotros los pecadores.
El Papa destacó la «historia sencilla» del leproso que pide a Jesús la curación. En aquel «si quieres» está la oración que «atrae la atención de Dios» y está la solución. «Es un desafío – afirmó Francisco – pero también es un acto de confianza. Yo sé que Él puede y por esto me encomiendo a Él”. «Pero ¿por qué – se preguntó el Pontífice – este hombre sintió dentro de sí mismo hacer esta oración? Porque veía cómo actuaba Jesús. Este hombre había visto la compasión de Jesús». «Compasión», no pena, es un «estribillo del Evangelio» que tiene los rostros de la viuda de Naín, del Buen Samaritano, del padre y del hijo pródigo.
La compasión involucra, viene del corazón e involucra y te conduce a hacer algo. Compasión es padecer con, tomar el sufrimiento del otro sobre sí para resolverlo, para sanarlo. Y ésta fue la misión de Jesús. Jesús no vino a predicar la ley y después se fue. Jesús vino en compasión, es decir, a padecer con y por nosotros y a dar su propia vida. El amor de Jesús es tan grande que la compasión lo llevó precisamente hasta la cruz, a dar su vida.
El Papa invitó a repetir «esta pequeña frase»: «Tuvo compasión de ello», Jesús – explicó Francisco – «es capaz de involucrarse en los dolores, en los problemas de los demás porque vino para esto, no para lavarse las manos y dar tres o cuatro sermones y marcharse», está junto a nosotros siempre.
«Señor, si tú quieres puedes sanarme; si tú quieres puedes perdonarme; si tú quieres puedes ayudarme». O si quieren que lo diga un poco más ampliamente: «Señor, soy pecador, ten piedad de mí, ten compasión de mí». Oración sencilla, que se puede decir muchas veces al día. «Señor, yo pecador, te pido: ten piedad de mí.» Muchas veces al día, interiormente desde el corazón, sin decirlo en voz alta: «Señor, si tú quieres, puedes; si quieres, puedes». Ten piedad de mí». Repetir esto.
El leproso, con su oración sencilla y milagrosa, logró obtener la curación gracias a la compasión de Jesús, que nos ama incluso en el pecado.
Él no se avergüenza de nosotros. «Oh padre, yo soy un pecador, ¿cómo iré a decir esto?…» ¡Mejor! Porque Él vino precisamente por nosotros los pecadores, y cuanto más grande pecador tú eres, más cerca de ti está el Señor, porque vino por ti, el más grande pecador, por mí, el más grande pecador, por todos nosotros. Tengamos la costumbre de repetir esta oración, siempre: «Señor, si quieres, puedes». Si quieres, puedes», con la confianza de que el Señor está cerca de nosotros y su compasión tomará sobre sí nuestros problemas, nuestros pecados, nuestras enfermedades interiores, todo.
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En otras palabras » se un pecador y peca fuerte pero deja que tu fe sea mas fuerte » Martin lutero
¿Y qué más da? Lo de este hombre es hablar, hablar, hablar…
Entonces, los señores Don Jitlerio y Don Estalines debían ser casi jesuses…
Eso no es lo que el Papa ha dicho, ni lo que ha querido decir.
Yo pensaba lo mismo que tú.
Yo siempre escuché que los santos estaban más cerca de Dios por su humildad y amor incondicional al Señor. Y que los pecadores estaban lejos de Dios, aunque prontos a recibir el perdón divino si se arrepentian sinceramente.
Los Santos están más cerca de Dios. Dios está más cerca de los pecadores.
Cuidado porque la conclusión lógica podría ser: «Si quiero que el Señor esté cerca de mi, tengo que pecar más y con pecados más grandes».
Exacto.
Humildemente pido disculpas por atreverme a apostillar al Santo Padre, pero me parece que en la homilía del Papa Francisco hay una mezcla de verdad bondadosa con torpe ingenuidad. Verdad bondadosa es que Cristo se compadece de nosotros y pide a Su Padre que nos perdone “porque no saben lo que hacen” y torpe ingenuidad es decir que al pecar estamos más cerca de Dios. Para acercarnos a Dios hemos de seguir a Cristo y cuando pecamos nos apartamos del camino, por lo cual para acercarnos hemos de arrepentirnos y pedir perdón para poder entrar en Su Reino.
Dios se hizo hombre para darnos ejemplo, para enseñarnos la Verdad, para que siguiendo Su Camino, tuviéramos Vida Eterna. Los terribles sufrimientos de Su Pasión significan claramente un ejemplo de que acercarnos a Dios requiere imitar a Cristo para avanzar aunque a veces caigamos.
Me parece que está bien apostillado.
Magnificamente apostillado
Es buena doctrina; no hay nada erróneo en ello. Cuanto más pecador, Jesús más te busca para que te conviertas.
Recordemos la parábola de la oveja perdida. El Buen Pastor, deja todas las demás, busca y encuentra la oveja perdida, la pone sobre sus hombros (más cerca imposible) y la devuelve al redil.
Recordemos también la frase de Jesús de que no ha venido a por los justos sino a por los pecadores. No hay que asustarse de verse muy, muy pecador. Especialmente por tí, se encarnó y padeció el Señor.
Pero se tiene que expresar muy bien para no llevar a contradicciones. Siempre se ha dicho que el que peca se aleja de Dios. Entonces ¿se aleja de Dios y se acerca a Jesucristo? Cuidado con esto.
Así también lo entiendo yo. Creo que a eso se refiere el Papa.
Cuando se explica el relato de la mujer adúltera, observo que no se hace hincapié en la última frase que le dirige Jesús «vete y no peques más».
Claro que Jesús quiere que nos convirtamos. La conversión implica «no pecar».
No es así, no es así. Dios nos quiere santos, por lo menos que nos esforcemos en ser santos, es decir que evitemos el pecado.
Si. Y si mueres en pecado mortal, lo mismo. Ahora Dios no manda al infi erno por ningún pecado, entre otras cosas porque el infi erno no existe, según Francisco, digo… Scalfari
Mariela, perdone mi atrevimiento por la pregunta. Cuando María pise la cabeza de la serpiente y venza a Satanás, ¿qué dice la doctrina católica que pasa con el infierno y con los que allí estén? Pregunto por desconocimiento.
Hola Betsaida. Nada que perdonar, al contrario.
El infierno es la separación de Dios. Los condenados a causa de sus pecados, serán atormentados «para siempre». Pongo entre comillas para siempre, porque en la Tierra vivimos apegados a las coordenadas del espacio y del tiempo, pero para Dios todo es presente. El in fierno, no desaparecerá y allí será el rechinar de dientes para todos los que eligieron el pecado y rechazaron la Misericordia
Betsaida, recemos mucho para que no caigamos, ni nadie caiga, en tan terrible desgracia. Estemos vigilantes siempre. Jesús murió para que nadie se condenara y dispuso todos los medios para ello. Así que aprovechemos todas las gracias y animemos a los demás a hacer lo mismo.
Confiemos y amemos mucho a Dios y a María, para estar siempre con Ellos, tanto aquí como después.
Eclesiástico: El Señor no da a nadie licencia para pecar .
Nunca digas: por El me he apartado, porque lo que El detesta, no lo hace.
Cuánta chorrada, yo lo llevaré colgado en la espalda.
discutible afirmación
Digamos, en primer lugar, que Dios nos ha dado previamente la fuerza necesaria para cumplir todos los mandamientos que él nos ha impuesto, de manera que no hemos de apenarnos como si se nos exigiese algo extraordinario, ni hemos de enorgullecernos como si devolviésemos a cambio más de lo que se nos ha dado. Si usamos recta y adecuadamente de estas energías que se nos han otorgado, entonces llevaremos con amor una vida llena de virtudes; en cambio, si no las usamos debidamente, habremos viciado su finalidad.
Segunda Lectura
De la Regla monástica mayor de san Basilio Magno; obispo
(Respuesta 2,1: PG 31, 908-910)
Creen ustedes que el Innombrable y sus secuaces leen y rezan cada año este texto ?
Belzunegui,
sí, pero también Jesús se acerca a los pecadores para sanarles. Él mismo lo dijo , que los sanos no necesitan médico. El problema es que un ateo que escuche las palabras del papa , como desconoce las escrituras, puede interpretarlas como que para que Jesús venga a nosotros hay que pecar.
Chester estoy de acuerdo totalmente con lo que refiere en la mayor parte de su comentario,pero no en la última,precisamente porque contradice la primera,ya que si usted,yo u otro práctica lo que usted tan bien a descrito, jamás podría después,hacer ese juicio,que está totalmente fuera de su competencia.
O sea, que el pecado no aparta de Dios, sino que acerca más.
Pero de dónde se ha escapado este ignorante?
Hombre, pobre p4p4 que no da una. Claro que tiene razón.
Dios vino por los pecadores, no por los justos. La oración del
Yo pecador,,, no es otra que reconocer con toda humildad qué pecadores somos, y cómo esperamos que Él nos perdone y abrace a pesar de que caemos, una, y otra, y otra vez. Dios nos muestra su amor, y en un instante, somos capaces de todo, de todo, ,,
Y ¿acaso nos rechaza? NO., nos sigue esperando, Él espera,,,, sabe que somos vasijas de barro.
Del protestantismo, Albert
Creo que están malinterpretando al pa pa .Jesús mismo dice que los sanos no necesitan médico.
El pecado aparta de Dios, naturalmente que sí! pero a los que ya estan muy apartados y perdidos , heridos y desorientados, Jesús les viene a buscar, les recoge, les lleva a su redil y les sana poco a poco. Y créame que ese encuentro SÍ aleja del pecado. Doy fe de ello, por experiencia propia.
Sólo por su misericordia y gran bondad.
Esto dice Cristo Jesús.
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
Debemos tener cuidado con el lenguaje que manejamos, no dejar términos a medias.
Y también dijo “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento”. Pero creo eso lo dijo también por los que sienten justos.
TODOS SOMOS PECADORES, y necesitamos la misericordia del Padre en Jesucristo.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Y obvio pedir perdón y arrepentirnos.
Hay personas que se esfuerzan y dan un mejor testimonio cristiano, para mi son un ejemplo, hay niveles, el mio es muy bajo.
Mario Enriquez. No sé por qué dice eso, porque por su comentario, a mí no me parece que su nivel sea bajo.
Además, no se trata de niveles, afortunadamente, sino de dejarse amar por Dios.
Saludos!
Si «…cuanto más grande pecador tú eres, más cerca de ti está el Señor…», ¿de quién está más cerca Dios, de la Santísima Virgen María o de mí?¿Debo pecar para que Dios se acerque a mí?
Desafortunadas palabras que no corresponden con lo que el Papa quiso decir.
Dios no está «cerca» del pecador, Dios «busca» al pecador para que se convierta, que es distinto.
San Pedro dijo ; Aléjate de mi Señor, que soy un pecador.
San Pablo también es consideró hasta un 4borto, y él dice cómo Cristo vino al mundo a salvar a los pecadores, y él se considera el primero.
Se dejó besar por Judas, mostrando su mejilla, esperando hasta el último momento, ablandar ése corazón.
Cristo vino por los enfermos no por los sanos, Bendito sea.
Solo falta esto, cada vez qe habla sube el pan qe pontificado mas largo mas agotador mas desmotivante, vaya mierda
Desde niño sabia que entre más pecados cometiera, más me alejaría de Dios. El titular también me hace pensar en lo que decía Lutero, peca horriblemente que de todas formas estás salvado.
Lc 19,10
«El hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar aquello que se havia perdido»
El pa pa habla en este sentido. Lo que es criticable es criticable; lo que no, no.
había
Amén ACS
La realidad es que lo dijo de una forma impropia, que ha requerido el análisis para discernir el sentido en el que se supone que quiso decirlo.
Obviamente es muy diferente decir que Cristo nos llama a la conversión y otra decir que estamos más cerca de Él cuando pecamos. Eso es una boutade la diga quien la diga.